
Para muchas personas, teñirse el cabello es más que una moda, es parte esencial de su estilo personal. Sin embargo, este procedimiento de estilismo puede traer consigo riesgos para la salud del cuero cabelludo, la piel e incluso provocar reacciones alérgicas. ¿Con qué frecuencia es seguro hacerlo? ¿Qué colores son más dañinos? ¿Cómo cuidar el cabello desde la dieta? El doctor Zhao Zhaoming, dermatólogo especializado, responde estas preguntas clave para quienes no quieren sacrificar la salud por la estética.
No más de cuatro veces al año: la frecuencia recomendada para teñirse el cabello
La medicina moderna china aconseja que el cabello no se tiña más de una vez cada tres meses, es decir, un máximo de cuatro veces al año. Esta recomendación se debe a que los tintes contienen químicos y metales que, al entrar en contacto con la piel, pueden causar irritaciones como enrojecimiento, picazón o dermatitis alérgica de contacto.
Además, estudios científicos han sugerido una posible relación entre el uso frecuente de tintes y un aumento en el riesgo de ciertos tipos de cáncer en el tracto urinario, lo que hace aún más importante moderar la frecuencia de aplicación y tomar precauciones para proteger la salud.
Los tonos claros, los más agresivos
El deseo por los colores claros es común, pero no exento de riesgos. “Cuanto más claro sea el tinte, mayor será el daño para el cabello y el cuero cabelludo”, advierte el doctor Zhao. Esto se debe a que los tonos claros requieren más capas de decoloración y aplicación, lo que debilita la estructura capilar y puede irritar la piel.
Para minimizar los riesgos, se recomienda usar siempre un protector para el cuero cabelludo antes de aplicar el tinte y evitar productos de procedencia dudosa. Además, es fundamental que el tinte no toque tres zonas sensibles: la piel detrás de las orejas, el cuello y el rostro, ya que el contacto con estas áreas eleva considerablemente la probabilidad de reacciones alérgicas.
Olor fuerte, otro enemigo silencioso
El doctor Zhao también señala que algunos tintes desprenden olores penetrantes que pueden irritar las vías respiratorias y, en casos extremos, desencadenar alergias o ataques de asma. Por ello, recomienda tomar precauciones adicionales, como teñirse en espacios bien ventilados y prestar atención a cualquier síntoma inusual durante o después del proceso.