
En medio del concreto bogotano, donde la lluvia suele bailar sin ritmo y la prisa marca el paso de la ciudad, hay un lugar que late distinto. Se llama Bar Continental, y desde hace cinco años no solo ha servido cocteles: ha contado historias. Con su lema “Somos Ron, Somos Son”, este espacio se ha convertido en un pasaje directo al Caribe sin necesidad de abordar un avión.
Ubicado estratégicamente en Chapinero, barrio que se ha ganado su reputación como punto de encuentro entre la tradición y la contracultura, Bar Continental nació con una promesa que hoy sigue cumpliendo: transportar a sus visitantes a los rincones más vibrantes de Latinoamérica, a través de sabores, ritmos y una estética que mezcla la nostalgia de las viejas salsotecas con la audacia del diseño contemporáneo.
Queríamos que cada visita fuera un viaje por el Caribe, por sus sabores, su música, su energía, dice Guillermo Rivera, fundador del bar, con ese brillo en los ojos que tienen quienes crearon algo que se volvió más grande de lo que imaginaron.
La barra como mapa del Caribe
En Continental, la barra es brújula. El ron, el gran protagonista, no es solo un destilado: es el hilo conductor de un relato sensorial. Y para celebrar su aniversario, presentan “Cuchifrito Circuit”, una nueva carta de cócteles que rinde homenaje al movimiento de salsa underground de los años 70 en Nueva York. Una época donde la música, como el ron, también era resistencia, raíz y revolución.
El Bauzá Old Fashioned, por ejemplo, es más que un trago: es una reinterpretación moderna que mezcla ron, miel negra, triple sec artesanal y chocolate amargo al 65%. Es un sorbo que evoca a Eddie Palmieri, a las luces tenues del Bronx, a una historia que se baila y se bebe.
Cocina para compartir, gozar y recordar
Pero la experiencia no se queda en la copa. La cocina de Bar Continental también narra, con platos que invitan a la conversación y al disfrute. Las costras de chorizo, las papas emputadas y el queso costeño frito no son solo provocaciones para el paladar; son homenajes a la diversidad y al ingenio culinario del Caribe y América Latina.
La cocina y la barra en Bar Continental hablan el mismo idioma: el del sabor, la memoria y el goce, dice Rivera. Y lo cierto es que todo en el bar —desde la carta hasta la playlist— parece hablar ese mismo dialecto festivo y profundo.
Sonido en vinilo, corazón en clave de salsa
Cada semana, Bar Continental vibra al ritmo de su programación musical. Sus noches de vinilos con DJs melómanos son una cita obligada para quienes entienden que la salsa también se escucha con el alma. Y si lo que buscas es fiesta, el Salsatón —ya convertido en leyenda urbana— transforma el bar en un templo del baile sin prejuicios.
Porque sí: aquí se viene a probar, a brindar, a comer... pero también a sudar en la pista. Y a entender que la cultura caribeña es eso: una celebración perpetua, con el corazón en clave de son y cuerpo de ron.
Un aniversario que no solo celebra, sino reafirma
En estos cinco años, Bar Continental ha evolucionado sin perder su esencia. Se ha convertido en un refugio cultural, en un espacio donde la identidad latinoamericana se siente viva, se escucha fuerte y se saborea con alegría.
Para quienes ya lo conocen, la invitación es a regresar y redescubrir. Para quienes aún no han cruzado sus puertas, este es el momento: déjate llevar por la música, el sabor, y esa promesa que el bar cumple cada noche sin falta —que al menos por unas horas, Chapinero puede parecer La Habana, Cartagena o el Bronx salsero.