La pizza es sin duda es estándar de la comida rápida en el mundo entero y en una ciudad como Bogotá, con una escena gastronómica tan dinámica y diversa, las diferentes propuestas pueden quedar opacadas por la basta oferta que existe. Sin embargo, hay un caso que vale la pena discutir, el de Pizzarola, que hace un par de meses abrió sus puertas, exactamente en una casa digna de conservación en Quinta Camacho.
Lo interesante este proyecto es que se destaca por su estilo neoyorkino, parecida a la popular de barrio que existe en la capital, es decir, con porciones individuales, solo que con ingredientes de primera categoría y lo mejor de todo, con un precio competitivo, para que cualquier tipo de parche los visite. Tienen diversos sabores, pero también acompañamientos como entradas y postres. KienyKe.com conversó con Camila Karkomés, una de sus socias fundadoras, para conocer a fondo esta propuesta.
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KienyKe: ¿Cómo surgió la idea de apuntarle a este concepto de pizza neoyorkina?
Camila Karkomés: Realmente no es una pizza neoyorkina en el sentido clásico. Durante un viaje a Nueva York para probar su comida callejera, nos encontramos con unos napolitanos que habían adaptado su receta a ese característico "slice" con grasa y gracia, además de la crocancia que define la pizza neoyorkina. En ese instante, comprendimos que habíamos encontrado lo mejor de ambos mundos y vimos la necesidad de llevar esa experiencia a nuestro país. Desde el inicio, queríamos que nuestros clientes pudieran disfrutar de la pizza tanto en el local como para llevar (grab and go).
KyK: Algo que llama la atención de la pizza es el precio tan competitivo, ¿cómo lo logran manteniendo también buenos ingredientes?
CK: Al analizar el mercado bogotano, observamos que muchas pizzas por porción o callejeras tienen precios muy bajos, pero la calidad suele ser deficiente.
Uno de los factores que puede encarecer este tipo de producto son los ingredientes importados. Por eso, con nuestro chef nos enfocamos en trabajar con productos locales.
A partir de recetas clásicas y con un toque de creatividad, buscamos sorprender a nuestros comensales con sabores nuevos, por ejemplo, creamos nuestra propia straciatella hecha con queso siete cueros del llano. Queremos que cada bocado sea una experiencia única, fusionando lo tradicional con lo innovador.
KyK: ¿Cómo fue el proceso creativo de escoger cada uno de los sabores disponibles?
CK: Después de casi seis meses de pruebas con nuestro amigo Andrés Nieto, un gran chef colombiano, decidimos romper con los esquemas de los sabores tradicionales. Él nos propuso explorar diferentes combinaciones con lo dulce y lo salado.
Aunque pueda parecer un simple pedazo de pizza, en realidad es mucho más que eso. Además, el horno y nuestra receta, que combina lo mejor de la masa napolitana con la neoyorquina, juegan un papel crucial en esta experiencia única y con eso, llegamos a la propuesta que tenemos actualmente en Pizzarola.
KyK: ¿Cómo fue la adecuación de esta casa en la que se encuentran?
CK: Comenzamos con nuestro horno dorado, el corazón de Pizzarola. Desde el principio, tuvimos claro que queríamos un concepto industrial, pero con un ambiente acogedor y muy cool para que las personas se sientan como en casa.
Dado que el restaurante se encuentra en una casa antigua, prestamos especial atención a cada detalle del proceso de adecuación, pero nunca perdiendo el foco de lo que queríamos.
KyK: ¿Cómo sueñan que siga creciendo la marca?
CK: Nuestro objetivo inicial es posicionarnos en el mercado de las pizzas con una propuesta diferente y atractiva, convirtiéndonos en el referente de las pizzas por slice. A largo plazo, planeamos abrir varios puntos en Bogotá, siempre alineados con las características y la filosofía de nuestro negocio.