Kittiwat Unarrom es un tailandés que hace pasteles con formas de cabezas, manos y pies ensangrentados, al mejor estilo de los clásicos de terror del cine. La pasión por la masa la heredó de su padre, quien amasaba baguettes y panecillos en un pequeño local. Unarrom aprendió los secretos de la confitería al lado de su mentor y luego se formó como artista plástico en la Escuela de Bellas Artes de Taiwán. Con la ayuda de libros de anatomía transformó panes en partes del cuerpo, convirtiendo su local en Tailandia en una morgue llena figuras repugnantes pero comestibles.
Kittiwat Unarrom tiene una pastelería macabra en Tailandia.
Lo que parece carne es masa y la sangre es salsa de chocolate. Un trabajo de texturas que sorprende a los curiosos. “Mi objetivo es romper con las primeras impresiones de la cultura visual. Es pan, tiene sabor a pan pero a la gente le impresionan y no le dan ganas de comer, por lo que ven” dice el artista.
Los panes de Unarrom tienen un sabor dulce y textura tiesa.
Cada pieza está hecha de pan, chocolate, pasas, mermelada y azúcar. Después de amasarlas, darles la primera forma y el primer golpe de calor, se retiran del horno y en caliente se modelan. Luego se pintan y finalmente se someten a la cocción final. Algunas se venden por partes como la nariz, las orejas, la boca o las vísceras.
El empaque de los panes hace aún más desagradable su aspecto.
Visitar esta panadería no sólo es una experiencia atractiva para los amantes del gore. Las largas filas que se forman en la entrada tienen público de todas las edades. El lugar parece una carnicería de barrio. Del techo cuelgan ganchos metálicos y los panes que son envueltos en plástico adherente se exhiben en bandejas de aluminio.
A través de un alimento milenario, Unarrom crea un choque visual en los espectadores. Una comida transformada en un cadáver mutilado, que por más repugnante que parezca resulta atractivo. Haga click aquí para ver el video.
Kittiwat Unarrom tiene una pastelería macabra en Tailandia.
Lo que parece carne es masa y la sangre es salsa de chocolate. Un trabajo de texturas que sorprende a los curiosos. “Mi objetivo es romper con las primeras impresiones de la cultura visual. Es pan, tiene sabor a pan pero a la gente le impresionan y no le dan ganas de comer, por lo que ven” dice el artista.
Los panes de Unarrom tienen un sabor dulce y textura tiesa.
Cada pieza está hecha de pan, chocolate, pasas, mermelada y azúcar. Después de amasarlas, darles la primera forma y el primer golpe de calor, se retiran del horno y en caliente se modelan. Luego se pintan y finalmente se someten a la cocción final. Algunas se venden por partes como la nariz, las orejas, la boca o las vísceras.
El empaque de los panes hace aún más desagradable su aspecto.
Visitar esta panadería no sólo es una experiencia atractiva para los amantes del gore. Las largas filas que se forman en la entrada tienen público de todas las edades. El lugar parece una carnicería de barrio. Del techo cuelgan ganchos metálicos y los panes que son envueltos en plástico adherente se exhiben en bandejas de aluminio.
A través de un alimento milenario, Unarrom crea un choque visual en los espectadores. Una comida transformada en un cadáver mutilado, que por más repugnante que parezca resulta atractivo. Haga click aquí para ver el video.
