En plena temporada decembrina, cuando las celebraciones suelen venir acompañadas de excesos, la concejal Cristina Calderón hizo un llamado urgente a reforzar la prevención frente al uso de pólvora, el consumo de alcohol y los siniestros viales en Bogotá. Durante una conversación con Quinique, la cabildante expuso cifras preocupantes y subrayó que diciembre “puede convertirse no solo en un mes festivo, sino en un periodo de tragedias anunciadas”.
Lesionados por pólvora: un problema que vuelve cada diciembre
Calderón recordó que 146 personas resultaron lesionadas por pólvora el año pasado, una cifra que —según ella— refleja la falta de conciencia ciudadana frente al peligro de manipular artefactos pirotécnicos.
La concejal destacó que la Alcaldía de Bogotá adelanta una campaña interinstitucional enfocada en advertir que el uso de pólvora en la ciudad es ilegal, pese a que su comercialización sí está permitida en otros lugares del país. También enfatizó que la Navidad oficial de Bogotá no incluye shows con pólvora desde hace varios años, una práctica que se mantiene para reducir riesgos.
Le puede interesar: El Puente de Boyacá encenderá la Navidad este 30 ...
“Un volador lanzado desde una ventana puede quemar un edificio entero”, advirtió, insistiendo en que la prevención depende tanto de las autoridades como de los propios ciudadanos. Frente a la poca capacidad de vigilancia, recordó que Bogotá tiene un déficit de 8.000 policías, razón por la cual pidió denunciar al 123 cualquier caso de manipulación o venta irregular.
Alcohol y pólvora: una mezcla peligrosa
Las cifras también muestran una relación directa entre pólvora y consumo de licor. En 2023, 37 personas lesionadas por pólvora estaban bajo los efectos del alcohol, lo que revela, según Calderón, una peligrosa cultura de excesos.
“El problema no es solo el espacio público”, explicó. “En casas, restaurantes o reuniones familiares, el trago está presente y eso incrementa riñas, lesiones y accidentes”. La concejal lamentó que celebraciones como el Día de la Madre sigan registrando altos niveles de violencia asociados al alcohol.
Siniestros viales: 61 muertes en diciembre de 2024
El panorama vial tampoco es alentador. La concejal señaló que en diciembre de 2024 se reportaron 61 muertes viales, cifra que atribuye a múltiples factores: exceso de velocidad, consumo de alcohol, falta de infraestructura adecuada y poca autoridad.
Recordó que atropellar a un peatón a 50 km/h multiplica las posibilidades de supervivencia frente a hacerlo a 60 km/h. Además, insistió en endurecer sanciones para conductas peligrosas como manejar borracho o subir motocicletas a los andenes, prácticas que hoy son solo infracciones, pero que ella considera deberían tratarse como delitos penales.
También llamó la atención sobre la necesidad de intersecciones más seguras, más cruces peatonales, mejor visibilidad, andenes accesibles y un verdadero plan de seguridad vial para Bogotá.
Medidas actuales y retos pendientes
Durante diciembre, la Policía y la Secretaría de Movilidad intensifican controles en vía, realizan retenes, revisan documentos y refuerzan operativos contra el manejo en estado de embriaguez. Calderón también informó de la reciente incautación de varios kilos de pólvora hechiza, resaltando que ese tipo de materiales incrementa los riesgos de explosión y lesiones.
También le puede interesar: Alumbrado de Monserrate 2025: tarifas y horarios
Sin embargo, advirtió que ninguna estrategia será suficiente si la ciudadanía no asume su parte. “Ni con 8.000 policías adicionales alcanzaríamos a cubrir toda la ciudad”, señaló, recordando que Bogotá tiene un territorio amplio y un 75 % de zona rural.
Un llamado a la responsabilidad
Para cerrar, la concejal envió un mensaje directo: “Decir ‘una pólvora más no hace daño’ es desconocer la realidad”. El año pasado, 43 menores resultaron lesionados, cuatro de ellos bajo la supervisión de un adulto responsable. “Manipular pólvora, conducir borracho o incumplir normas viales tiene consecuencias reales para usted y para los demás”.
Calderón insistió en que Bogotá necesita una ciudadanía más empática, educada y consciente del impacto de sus decisiones: “El respeto por la vida debe estar por encima de cualquier celebración”.
