Hace quince años, Colombia despertó con una noticia que marcó a toda una generación: la muerte de Luis Andrés Colmenares, estudiante de la Universidad de los Andes, ocurrida la noche del 31 de octubre de 2010 tras asistir a una fiesta de Halloween.
Su cuerpo fue hallado horas después en un caño del parque El Virrey, y el caso se convirtió en uno de los procesos judiciales más recordados del país, símbolo de dolor, dudas e injusticia.
Hoy, la historia parece repetirse. Un nuevo 31 de octubre, otro estudiante de Los Andes, Jaime Esteban Moreno Jaramillo, también de 20 años, perdió la vida después de una celebración de Halloween. El país vuelve a sentir el mismo estremecimiento, la misma tristeza, el mismo nudo en la garganta.
El nuevo caso que sacude a Los Andes
De acuerdo con información confirmada por fuentes médicas y policiales, Jaime Esteban Moreno, estudiante de Ingeniería de Sistemas, habría sido agredido por algunos compañeros durante una fiesta universitaria en la noche del jueves 30 de octubre.
Fue trasladado de urgencia al Hospital Chapinero y luego remitido al Hospital Simón Bolívar, donde ingresó con un trauma craneoencefálico severo. Pese a los esfuerzos del personal médico, falleció hacia las 7:00 de la noche del viernes 31 de octubre.
La Policía Metropolitana de Bogotá confirmó la captura de tres personas por lesiones personales en hechos relacionados con la agresión. La coincidencia de la fecha, el perfil del joven y el escenario universitario reavivaron el recuerdo de Colmenares, un nombre que para muchos colombianos representa una herida que nunca terminó de cerrar.
La noticia del fallecimiento de Jaime Esteban Moreno provocó la reacción inmediata de Jorge Colmenares, hermano de Luis Andrés, quien compartió en la red social X su dolor y la sensación de vivir otra vez la misma tragedia:
Las coincidencias estremecen. Ambos jóvenes tenían 20 años, ambos estudiaban en Los Andes, ambos murieron después de una fiesta de Halloween y ambos casos desataron conmoción nacional. Quince años separan las tragedias, pero la sensación de impotencia y tristeza es idéntica.
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La comunidad universitaria ha expresado su solidaridad con la familia de Jaime Esteban Moreno y ha convocado una velatón en su memoria. Las autoridades, por su parte, investigan las circunstancias del hecho y piden prudencia ante las especulaciones que ya circulan en redes sociales.
Para las familias Colmenares y Moreno, el 31 de octubre dejó de ser una fiesta para convertirse en un día de memoria. Ambas perdieron a un hijo, ambas merecen respuestas. Esta vez, el país mira distinto, más atento, con la esperanza de que la justicia no llegue tarde y de que toda la verdad salga a la luz.
