
Los negociadores del Gobierno colombiano y de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), una disidencia de las FARC, coincidieron este domingo en que la voluntad de paz es la que ha permitido superar los impasses y avanzar hacia la firma de un acuerdo centrado en la participación de la población.
"Ambas delegaciones nos hemos enfrentado a momentos complejos, pero la voluntad de paz, creo, es la explicación de que hoy estemos celebrando 11 meses desde ese momento (de la instalación de los diálogos en Caracas) y es lo que nos ha permitido mantenernos en la mesa", aseguró el jefe de la delegación gubernamental, Armando Novoa.
El representante se refirió así a las negociaciones en el cierre del quinto ciclo celebrado en el resguardo indígena de Inda Zabaleta del municipio de Tumaco, en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador.
La situación más compleja de los diálogos ocurrió en febrero pasado cuando Andrés Rojas, alias 'Araña', uno de los negociadores de esa disidencia, fue arrestado al finalizar un ciclo de conversaciones en Bogotá porque está pedido en extradición por Estados Unidos, que lo acusa de narcotráfico.
Luego de superar esa situación, el Gobierno colombiano acordó este domingo con la CNEB la creación de zonas de ubicación temporales en los departamentos sureños de Nariño y Putumayo para 120 miembros de ese grupo armado.
Novoa recordó hoy que el país vive un momento diferente a cuando se firmó el acuerdo de paz entre el Gobierno y la desmovilizada guerrilla de las FARC en 2016.
"Hoy tenemos un momento muy diferente, un momento atravesado por una pugnacidad extrema, por una situación de confusión en el debate público, por la pérdida de un propósito nacional claro y en ese contexto estamos desarrollando esta mesa de diálogos", aseguró Novoa.
La firma de los acuerdos del quinto ciclo se hizo en presencia de los delegados de Venezuela, Suiza y Noruega, que son los garantes de este proceso de paz.
A recuperar la confianza
El jefe negociador del Gobierno colombiano recordó que lo ocurrido con alias Araña hizo que se perdiera la confianza y que "puso sobre la mesa las inconsistencias del funcionamiento institucional del Estado, de su falta de armonía, de su falta de identificación fuerte en el propósito de la búsqueda de la paz".
Eso explica que el "Estado colombiano no hubiera sido consistente en la decisión de reconocer a esta mesa de diálogos de paz y hubiera permitido la detención con fines de extradición del señor Andrés Rojas".
La detención de ese jefe de las disidencias originó una crisis en la mesa debido a que desde el año pasado fueron suspendidas las órdenes de captura contra él y otros negociadores en virtud del proceso de paz.
La Fiscalía, sin embargo, argumentó que dicha suspensión no acoge las órdenes de captura internacionales, pues Rojas es requerido por una corte de California por cargos relacionados con actividades de narcotráfico.
Con la presencia de la comunidad
Novoa les dijo a los negociadores de la disidencia que el mensaje que iban a transmitir al presidente colombiano, Gustavo Petro; al ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, y a la opinión pública es que se necesita "hacer una alianza para defender los avances que están plasmados en el documento" que fue firmado hoy.
Por su lado, el jefe del equipo negociador del CNEB, José Vicente Lesmes, alias "Walter Mendoza" aseguró que si bien es cierto que se había perdido la confianza, los pasos que se dan son para recuperarla totalmente, todo con el ánimo de construir un documento que permita firmar la paz.
En ese sentido, expresó que es fundamental que el Estado se comprometa a hacer los esfuerzos necesarios para cumplir y no repetir lo ocurrido con el acuerdo de 2016, que él suscribió como miembro de las FARC y del que luego se apartó porque, supuestamente, el Gobierno incumplió lo pactado.
Mendoza recalcó además que la presencia de la mujer, de las comunidades indígenas, de los afros y de todos los estamentos será lo que permitirá llegar a la paz.