Un juez penal especializado de Bucaramanga sentenció a 20 años de prisión al exjefe paramilitar Carlos Mario Jiménez Naranjo, conocido como alias ‘Macaco’, tras ser hallado culpable de 141 hechos criminales relacionados con un plan sistemático de violencia que incluyó asesinatos, desapariciones forzadas y desplazamientos masivos.
El fallo también impuso al excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) una multa equivalente a 25.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes. La decisión judicial lo declaró responsable de una serie de delitos de extrema gravedad, entre ellos homicidio agravado, desaparición forzada, desplazamiento forzado, tortura, abuso sexual y secuestro, muchos de ellos cometidos contra personas protegidas por el Derecho Internacional Humanitario.
Además de la pena de prisión, el juez negó a Jiménez Naranjo cualquier beneficio como la prisión domiciliaria o la suspensión condicional de la pena, por lo que deberá permanecer recluido en un centro carcelario.
La Fiscalía General de la Nación, a través de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, documentó que alias ‘Macaco’ no solo tuvo pleno conocimiento de los crímenes cometidos por su estructura armada, sino que también los ordenó directamente. Estas acciones ocurrieron entre los años 2000 y 2005 en varios departamentos, incluyendo Antioquia, Bolívar, Caquetá, Cundinamarca, Nariño, Norte de Santander, Risaralda y Santander.
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Durante el proceso judicial, se acreditaron 237 víctimas de su accionar criminal. Entre los crímenes más representativos está el asesinato del periodista Flavio Iván Bedoya Sarria en Tumaco (Nariño) en abril de 2001; el homicidio del investigador del CTI Orlando Torres Losada en Florencia (Caquetá) en septiembre de 2002; y el asesinato de los militantes de la Unión Patriótica, Arsenio y Oleider Paloma Viuche, en La Montañita (Caquetá) en marzo de 2002.
Alias ‘Macaco’ también admitió su participación en el desplazamiento forzado de comunidades de la hacienda Las Pavas en el sur de Bolívar en 2003, así como en múltiples casos de violencia sexual, entre ellos el abuso cometido contra una joven en Barrancabermeja en 2002 y el brutal crimen contra cuatro hermanas en Putumayo en enero de 2001.
