Colombia despide hoy al general (r) Jorge Enrique Mora Rangel, quien falleció este sábado en el Hospital Militar Central. Su trayectoria, que abarcó más de cuatro décadas, lo convirtió en una de las figuras más influyentes en la historia reciente del conflicto armado colombiano y en los esfuerzos del Estado por alcanzar la paz.
Un militar formado en combate y doctrina
Nacido en Cúcuta en 1945, Mora Rangel ingresó joven a la Escuela Militar y ascendió de manera constante. Su carrera combinó mando operativo, formación doctrinal y misiones estratégicas, lo que lo proyectó como uno de los oficiales más respetados de su generación.
Ocupó cargos de alta responsabilidad, entre ellos comandante de brigadas, jefe de operaciones y director de escuelas de formación. Su reputación como oficial de campo, disciplinado y exigente, lo consolidó dentro del cuerpo de mando.
Comandante del Ejército en un momento decisivo del conflicto
Entre 1998 y 2002, Mora Rangel fue comandante del Ejército Nacional, etapa marcada por la “zona de distensión” con las Farc durante las negociaciones de San Vicente del Caguán. Desde ese rol, denunció los abusos de la guerrilla dentro de la zona y mantuvo una postura crítica frente al avance del proceso, argumentando riesgos para la seguridad nacional.
Tras la llegada de Álvaro Uribe a la presidencia, en 2002 asumió como comandante general de las Fuerzas Militares. Desde allí lideró la modernización de la Fuerza Pública, la ampliación del pie de fuerza y la ejecución de operaciones estratégicas que modificaron el equilibrio del conflicto. Su gestión fue determinante en la reorganización militar del país.
Presentó su retiro en 2003, luego de más de 42 años de servicio activo.
Del conflicto armado a la paz: su rol en La Habana
En 2012, el presidente Juan Manuel Santos lo convocó como uno de los negociadores plenipotenciarios en el proceso de paz con las Farc en La Habana. Su presencia tuvo un peso simbólico y político enorme: por primera vez, un excomandante general de las Fuerzas Militares se sentaba a negociar directamente con la insurgencia que había combatido durante décadas.
Su papel ayudó a transmitir confianza a las Fuerzas Armadas, que veían en él un representante legítimo de sus preocupaciones y líneas rojas. Aunque fue crítico del acuerdo final, como lo expresó en su libro "Los pecados de la paz", fue un actor indispensable en el diseño de temas sensibles como la dejación de armas, las garantías de seguridad y el futuro de la doctrina militar.
Un legado marcado por complejidades
El general Mora Rangel fue, para muchos, uno de los oficiales más influyentes en los momentos más duros y más transformadores del conflicto armado colombiano. Para otros, una figura polémica, firme y cuestionadora de los procesos institucionales posteriores a su retiro.
Su vida resume las tensiones del país: la conducción del conflicto, los debates sobre seguridad, el tránsito hacia una negociación política y la discusión sobre la memoria y la responsabilidad histórica
