
La carretera Bogotá–Villavicencio, uno de los corredores viales más importantes de Colombia, atraviesa nuevamente una crisis por los constantes derrumbes y bloqueos ocasionados por el invierno. El presidente Gustavo Petro reconoció que el Gobierno no cuenta con los recursos para atender los daños y lanzó fuertes críticas contra la oposición.
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“No hay dinero para arreglarla”
A través de un mensaje en su cuenta de X, el mandatario explicó que la vía pasa por un terreno “geológicamente inestable”, lo que ha dificultado su mantenimiento. Según dijo, en el contrato de concesión se excluyeron los puntos más críticos de la carretera, trasladando al Estado la carga financiera de su reparación.
“No tenemos dinero hoy para arreglar la carretera al Llano, dado el éxito de la oposición en hundir la ley de financiamiento en el año 2024”, escribió el presidente.
Solicitud a la Corte
Ante la falta de presupuesto, Petro pidió a la Corte Constitucional que contemple un procedimiento de emergencia que permita obtener los recursos necesarios.
“Solo un procedimiento de emergencia podría ayudarnos a financiar las obras, y se necesitan para ya”, enfatizó el jefe de Estado, al tiempo que reiteró la urgencia de intervenir la vía en medio de la actual temporada de lluvias.
Críticas a la oposición
El presidente también señaló a un exgobernador con influencia en la oposición, a quien acusó de debilitar las finanzas públicas y sabotear los mecanismos de financiamiento. Aunque no lo mencionó directamente en su publicación, se trataría de Juan Guillermo Zuluaga, figura política del Meta y crítico del Gobierno.
Petro insistió en que la responsabilidad del colapso financiero que hoy impide la intervención de la carretera recae en los sectores opositores que promovieron el hundimiento de la ley de financiamiento en 2024.
Impacto económico y social
Las declaraciones del presidente llegan en medio de un nuevo invierno que ya ha causado cierres prolongados en este corredor estratégico. Cada vez que la vía se bloquea, los costos de transporte aumentan de manera significativa y los gremios económicos del Meta reportan pérdidas millonarias.
La vía al Llano conecta la capital del país con la región de los Llanos Orientales, un eje clave para el transporte de alimentos, combustibles y mercancías. Su inestabilidad y los constantes cierres han convertido este corredor en un dolor de cabeza tanto para transportadores como para el Gobierno, que ahora enfrenta el reto de buscar salidas urgentes pese a la falta de recursos.