
El ciclista colombiano Nairo Quintana, del Movistar Team, brilló en la edición 108 del Giro de Italia, una competencia que consagró al británico Simon Yates, del UAE Team Emirates, como campeón. A sus 35 años, Quintana participó en la carrera apoyando al líder de su equipo, Einer Rubio, quien logró finalizar en la octava posición, a 13 minutos y 5 segundos del primer lugar. Esta edición podría marcar el último Giro como profesional para el boyacense.
Durante la etapa final del Giro, celebrada el 1 de junio y con salida en el Vaticano, Quintana protagonizó un gesto que no pasó desapercibido. Rompió el protocolo de salida para acercarse al papa León XIV, quien previamente había bendecido la etapa. En un momento espontáneo y cargado de emoción, el ciclista colombiano se detuvo para saludar al pontífice e intercambiar unas palabras.
“Tenía la mayor ilusión de saludarlo y de estrecharle la mano. Era un momento especial y lo aproveché”, declaró Quintana al medio Caracol Sports. También expresó que le transmitió al papa el orgullo que sienten los católicos y los latinos por su figura, deseándole sabiduría divina en su labor.
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Aunque el gesto fue ampliamente celebrado por sus seguidores como un acto de fe, la acción de Quintana podría acarrearle una sanción. El reglamento del Giro de Italia contempla multas de entre 100 y 500 francos suizos para los corredores que no sigan las instrucciones oficiales. La organización aún no ha tomado una decisión final al respecto.
Más allá de la controversia, el episodio reafirma la influencia y carisma del colombiano, quien sigue dando de qué hablar dentro y fuera de las competencias.