Por @Lauquiceno
Una pared roja en su oficina da la bienvenida a los visitantes. Con programación del Festival iberoamericano de Teatro en mano y un botón en su chaqueta nos recibe en una casa antigua de dos pisos en el tradicional barrio Teusaquillo de Bogotá. Allí hay una mujer que se pasa los dedos por el pelo azul y dice con una sonrisa:
— “Descubrí este color de pelo al azar, por accidente, un poco como uno encuentra las cosas en la vida. Mi esposo me dijo un día a las 6 pm: Tenemos una fiesta de disfraces, y a mí no me gustan las fiestas de disfraces. Llamé a John Jairo, mi maquillador, y le dije: Préstame una peluca de colores para ahorita, y él me dijo: Me queda una azul con el estilo de Farrah Fawcett, y cuando me la puso le dije: Este es el color que estábamos buscando", dice la antropóloga al frente de la empresa cultural más importante de Colombia, el Festival Iberoamericano de Teatro.
Ana Marta de Pizarro es la mamá de dos hijos, Manuela de 27 años, y Mateo de 30, esposa de Juan Antonio Pizarro, hermano mayor del líder político Carlos Pizarro Leongómez. Amante en su niñez del flamenco y en su juventud del teatro. Antropóloga de la Universidad Nacional en los años setenta. La persona que durante 15 años almorzó de lunes a viernes con Fanny Mikey, la creadora de un festival que cambió la forma de percibir el teatro en Colombia.
La señora de pelo azul que junto a Fanny recorría el mundo en busca de las obras que sorprenderían a los colombianos el año siguiente. La que recuerda junto a Daniel Álvarez Mikey, hijo de Fanny, un paso fugaz por Belgrado para ver la obra Diccionario de Khazars de Tomaz Pandur, donde la pelirroja puso a bailar a los asistentes de un bar en una tierra como Colombia con las heridas abiertas de la guerra en sus calles y edificios.
La pulsión de la muerte y la vida presente en cada función de teatro que veían juntas, y los viajes, fueron el pretexto para construir una amistad que cambiaría sus vidas.
“Me encuentro a Fanny de casualidad, como casi todas las cosas que le pasan a uno, cuando era directora del teatro Jorge Eliecer Gaitán.”
Cuando Ana Marta dirigía el Teatro Jorge Eliecer Gaitán en los noventa buscaba la forma de tener viva la programación del teatro sin muchos recursos:
—“Le propuse a Fanny llevar sus obras más exitosas de los últimos años a precios populares al Teatro Jorge Eliecer Gaitán y ella aceptó. Llevamos tres obras y desde ese momento nos hicimos muy amigas. Un día y después de luchar mucho decidí salir del sector público, y había una función especial que le había comprado el ETB a Fanny, una obra que se llamaba “Yo amo a Shirley”, y ese día le dije: “Creo que ya no aguanto más Fanny, ya no soy capaz de seguir en esto, me voy”, y ella me dice: “Lo que necesites, aquí estoy”. Intenté trabajar como antropóloga y a los seis meses me la encontré en un restaurante, en ese momento me dijo “Quiero que trabajes conmigo en el festival”
En octubre de 1993 abandona su profesión para dedicarse con Fanny a gestionar obras, compañías y grupos teatrales. Una idea que revolucionó la forma de ver el arte en Colombia. De ballets y zarzuelas, y pocos espectáculos cada noche, el festival reuniría lo mejor del teatro, la danza, el circo y la música.
Evoca su llegada al festival con la nostalgia con la que se recuerdan los hechos que marcan la vida, como recuerda la pelea con sus padres para entrar a estudiar en la Universidad Nacional, su paso por el Partido ¨Comunista donde conoció al amor de su vida, Juan Antonio Pizarro, y de cómo su militancia en la izquierda interrumpió su pasión por el flamenco: “En ese momento había una cosa que era terrible, si yo era de izquierda bailar flamenco era pequeñoburgués. Entonces cambié las castañuelas por las piedras”
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“Este año recomiendo un espectáculo fuera de serie que se llama Murmullos. Lo dirige Victoria Chaplin, hija de Charles Chaplin"
El Festival Iberoamericano de Teatro llega a su edición número 14 con una programación que incluye danza, circo, cabaret y teatro físico. Ana Marta recomienda la obra Murmullos, al mando de la hija de Charles Chaplin, Victoria Chaplin, un espectáculo del nuevo circo francés, y Bodas de Sangre, la clásica obra de Federico García Lorca que este año llegará a los espectadores en un gran formato.
A pesar de la trayectoria y el apellido del “ibero”, para ella las empresas culturales en Colombia tienen una gran fragilidad y por eso también el lema de este año es “Todos tenemos que ver”, una invitación a ser parte del festival.
Entre llamadas, golpes en la puerta, esta mujer se prepara para una de las fiestas culturales más importantes de Colombia: “Falta un mes”, dice y sin dudar desearía que Fanny estuviera hoy aquí:
—“Me hace falta la amiga, cuando hay algún problema me hace falta la claridad que ella tenía para resolver los problemas. Pero la extrañó mucho más cuando viajo, porque ahora cada viaje es solitario y silencioso. No está ella. Cuando Fanny murió una amiga me dijo: No llore tanto, cuando vaya a llorar piense que después de 15 años puede almorzar con quien usted quiera"
Festival Iberoamericano de Teatro
“Me encuentro a Fanny de casualidad, como casi todas las cosas que le pasan a uno, cuando era directora del teatro Jorge Eliecer Gaitán.”
Cuando Ana Marta dirigía el Teatro Jorge Eliecer Gaitán en los noventa buscaba la forma de tener viva la programación del teatro sin muchos recursos:
—“Le propuse a Fanny llevar sus obras más exitosas de los últimos años a precios populares al Teatro Jorge Eliecer Gaitán y ella aceptó. Llevamos tres obras y desde ese momento nos hicimos muy amigas. Un día y después de luchar mucho decidí salir del sector público, y había una función especial que le había comprado el ETB a Fanny, una obra que se llamaba “Yo amo a Shirley”, y ese día le dije: “Creo que ya no aguanto más Fanny, ya no soy capaz de seguir en esto, me voy”, y ella me dice: “Lo que necesites, aquí estoy”. Intenté trabajar como antropóloga y a los seis meses me la encontré en un restaurante, en ese momento me dijo “Quiero que trabajes conmigo en el festival”
En octubre de 1993 abandona su profesión para dedicarse con Fanny a gestionar obras, compañías y grupos teatrales. Una idea que revolucionó la forma de ver el arte en Colombia. De ballets y zarzuelas, y pocos espectáculos cada noche, el festival reuniría lo mejor del teatro, la danza, el circo y la música.
Evoca su llegada al festival con la nostalgia con la que se recuerdan los hechos que marcan la vida, como recuerda la pelea con sus padres para entrar a estudiar en la Universidad Nacional, su paso por el Partido ¨Comunista donde conoció al amor de su vida, Juan Antonio Pizarro, y de cómo su militancia en la izquierda interrumpió su pasión por el flamenco: “En ese momento había una cosa que era terrible, si yo era de izquierda bailar flamenco era pequeñoburgués. Entonces cambié las castañuelas por las piedras”
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A pesar de la trayectoria y el apellido del “ibero”, para ella las empresas culturales en Colombia tienen una gran fragilidad y por eso también el lema de este año es “Todos tenemos que ver”, una invitación a ser parte del festival.
Entre llamadas, golpes en la puerta, esta mujer se prepara para una de las fiestas culturales más importantes de Colombia: “Falta un mes”, dice y sin dudar desearía que Fanny estuviera hoy aquí:
—“Me hace falta la amiga, cuando hay algún problema me hace falta la claridad que ella tenía para resolver los problemas. Pero la extrañó mucho más cuando viajo, porque ahora cada viaje es solitario y silencioso. No está ella. Cuando Fanny murió una amiga me dijo: No llore tanto, cuando vaya a llorar piense que después de 15 años puede almorzar con quien usted quiera"
Festival Iberoamericano de Teatro
