La Galería Marlborough de Nueva York inauguró Vía Crucis, la más reciente serie de pinturas y dibujos del reconocido pintor colombiano Fernando Botero, quien está considerado el artista vivo latinoamericano de mayor proyección mundial y cuyo prestigio está consolidado globalmente.
Con esta nueva exhibición, el artista se hace presente, cinco años después, de presentar su polémica secuencia de pinturas inspirada en los prisioneros de Abu Grahib y los tormentos que sufrieron en las cárceles iraquíes, dados a conocer por la revista The New Yorker en el año 2006 y que causaron tal indignación que el artista realizó una serie sobre el tema.
Vía Crucis reúne 27 óleos de gran, mediano y pequeño formato y 34 dibujos en técnica mixta sobre papel y como su nombre lo indica, narra el Camino de la Cruz y la pasión de Cristo. La escritora Cristina Carrillo de Albornoz, quien escribe la introducción del nuevo catálogo que acompaña esta muestra dice “Botero, quien en sus propias palabras dice ser a veces creyente y a veces agnóstico, captura la intensidad y crueldad y a la vez la penetrante poesía del tremendo drama del Camino de la Cruz que Cristo recorrió hacia su crucifixión. Refiriéndose al estilo de Botero, Carrillo lo compara con el poeta inglés Francis Bacon, quien a su vez dice “No existe una belleza excelente que no tenga proporciones extrañas”.
El estilo de Fernando Botero es propio, auténtico y muy original. Su arte, tanto en pintura como en escultura, sobrepasa gustos regionales y valores temporales para lograr un sentimiento fundamental en gente de todas partes del mundo. Su obra puede ser comprendida por todos los públicos, de cualquier raza y en cualquier país o continente, sin necesidad de explicaciones de ninguna índole.
El crítico de arte colombiano Eduardo Serrano señala que es destacable la originalidad de su lenguaje plástico de formas plenas y abundantes, sin sombras ni texturas, y su maestría para llevar el volumen pictórico a una exaltación sin precedentes. No existe otro artista vivo que tenga tantos admiradores, estudiosos y coleccionistas de su obra. Su trabajo se reconoce tanto en los Estados Unidos como en Sur América y Europa tanto como en África, Australia y Asia. La publicación Asia Pacific Sculpture News atribuye este fenómeno a “su visión de humanidad que trasciende todo tipo de fronteras culturales específicas; es una visión humanística que impulsa los ritmos más antiguos universales de la vida”.
La exhibición estará abierta hasta el 2 de diciembre, en la sede neoyorquina de la Galería Marlborough. 40 West – 57th Street, Nueva York, NY 10019. Teléfono (212) 5414900.