
La música urbana y la energía colombiana se apoderaron del escenario global, cuando J Balvin deslumbró al mundo durante el espectáculo del entretiempo en la final del Mundial de Clubes entre el Paris Saint-Germain (PSG) y el Chelsea. Él, que es considerado uno de los artistas latinos más influyentes en este momento, transformó el centro del estadio MetLife de Nueva Jersey, en una fiesta vibrante que celebró el poder de la música y la cultura latina.
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El reguetonero arrancó su presentación con el imparable “Mi Gente”, un himno global que hizo retumbar las gradas y encendió las pantallas de millones de hogares. Le siguió “Reggaeton”, canción que reafirma sus raíces urbanas y su capacidad para hacer que el mundo baile al compás de su inconfundible ritmo. Con una puesta en escena electrizante, efectos visuales de alto impacto y una coreografía cargada de sabor, el colombiano dejó claro por qué es un ícono de la música contemporánea.
Pero J Balvin no estuvo solo. El show del entretiempo se convirtió en un desfile de estrellas internacionales. La rapera y cantante estadounidense Doja Cat sorprendió con una potente interpretación de su éxito “Woman”, fusionando sensualidad, fuerza y una estética futurista que atrapó al público. A su lado brilló Tems, la cantante nigeriana que aportó su sello afrobeat con una actuación cargada de emoción y estilo.
La presentación conjunta de estos tres artistas no solo elevó la temperatura del espectáculo deportivo, sino que también representó un momento simbólico para la cultura global: una muestra de diversidad, talento y la fusión de géneros que dominan la escena actual.
Para el antioqueño, este evento marca otro hito en su carrera. Su presencia en la final del Mundial de Clubes —un evento de élite seguido por fanáticos del fútbol en todos los continentes— reafirma la creciente influencia de la música latina más allá de las fronteras lingüísticas y culturales.