
El 6 de marzo de este año, Juan Pablo Raba vivió una experiencia que lo mantuvo al borde de la muerte, luego de que una terapia de ozono le provocara una embolia aérea, una complicación que le hizo temer por su vida. En una reciente entrevista en el programa Bravíssimo, él relató los detalles de este incidente médico y cómo, afortunadamente, logró superarlo gracias a su buena condición física y a la rápida intervención de su esposa, Mónica Fonseca.
El actor explicó que la terapia de ozono, un tratamiento alternativo que se utiliza para tratar diversas condiciones médicas, le causó una embolia aérea, un fenómeno en el que una burbuja de gas entra en los vasos sanguíneos, generando una grave complicación.
“Sentí que me moría. Automáticamente, sudor frío, opresión en el pecho, me empecé a ahogar. Afortunadamente, hace años estoy muy juicioso con la respiración, entonces empecé a respirar, a no hiperventilar y llamé a mi esposa”, contó Juan Pablo Raba, visiblemente afectado por la experiencia.
Mónica Fonseca acudió rápidamente al consultorio donde él se encontraba y lo trasladó a la Clínica Santa Fe, ubicada cerca del lugar, donde fue atendido de manera inmediata. Aunque el bogotano logró mantener la calma, el diagnóstico médico fue sorprendente: el actor sufrió lo que se conoce como un infarto tipo dos.
A pesar de tener sus signos vitales estables, los médicos le informaron que su corazón había sufrido una "sacudida" debido al estrés extremo que experimentó. “El infarto tipo uno es cuando el corazón deja de funcionar por una obstrucción, ese no fue mi caso. Mi corazón está perfecto, pero lo que pasa es que te miden una proteína llamada troponina, que se libera cuando el corazón está en proceso de infarto, y la tenía muy alta”, explicó Raba.
El intérprete destacó que, gracias a su constante actividad física, el diagnóstico no fue tan grave como podría haber sido. “Si no fuera una persona que se ejercita constantemente, probablemente la historia hubiese sido otra”, afirmó. Su condición física, que incluye una rutina regular de ejercicios, permitió que no tuviera que permanecer mucho tiempo hospitalizado.
Sin embargo, Juan Pablo Raba salió del hospital en silla de ruedas, un recordatorio del impacto que esta experiencia tuvo en su cuerpo. A pesar de ello, él sigue con su proceso de recuperación y ha podido retomar actividades físicas de bajo impacto. “Sigo montando bicicleta, pero con una intensidad más baja. No tengo ninguna contraindicación”, agregó.