Por su nombre de pila –Roberto Ernesto Sorokin Esparza, argentino, 40 años- no lo conocen ni en su casa. En el mundo artístico es “Coti Sorokin”, que tampoco le dice mucho al grueso de los colombianos. Pero cuando se habla de sus canciones estalla la sorpresa. Color Esperanza (la hizo famosa Diego Torres), Andar Conmigo (Julieta Venegas), Te quise tanto (Paulina Rubio), y otras muchas.
Acaba de estar en Bogotá. Se promociona ahora como cantante de sus propias composiciones, cuyo título resume la situación: Lo dije por boca de otro.
¿Sigue pensando que la vida es sexo, drogas y Rock & Roll?
Sí, podría ser, hay que disfrutar la vida.
¿Para usted qué es la vida?
A los 20 era ansiedad por saber qué es la vida, por saber cuál es el camino.
¿Qué opciones tenía a los 20?
Salir a la selva, ponerme el cuchillo entre los dientes o la nada. Con esa edad yo estaba saliendo de la universidad donde estudié música en Rosario y no sabía nada acerca del futuro. Era un pibe de Rosario, de barrio, totalmente pobre, músico, bohemio.
Bohemio de trago, ¿o de marihuana?
Más de marihuana...
¿Y sigue fumando?
Sí, cada tanto, pero no mucho... Las drogas duras me hacen mal... La marihuana para mí ya es una droga dura (y suelta sonora carcajada).
¿La ha buscado por aquí en Colombia? Hay de buena calidad...
No es necesario buscarla. Llega sola.
¿Y qué siguió en su vida?
Con 22 años tuve dos hijos.
Al tiempo, a la vez... ¿Dos mujeres?
No, mellizos. Entonces sentía que no sabía si estaba fumado o no... Me sentía que me había pasado un camión de caña por encima.
¿No fue consciente, entonces, de lo que estaba viviendo?
Yo sabía que algo podía pasar... pero no que iban a venir dos....
¿Y sigue con la madre de esos dos hijos?
Es mi mujer. Después tuvimos otro par de mellizos. Soy doble platino.
Cómo conservar un matrimonio en medio de una profesión tan complicada...
Los viajes son fundamentales, viajar mucho nos ha salvado.
¿Es reencontrarse con ella y arrancar de nuevo?
Es ir renovando las ganas de verse. Yo creo que si no hubiera girado tanto en estos 15 años, si no hubiese viajado tanto, no podría estar con la misma mujer...
22 años, dos hijos, un hogar, marihuana y pobreza. ¿Qué hizo entonces?
No sabía absolutamente nada. Tenía que darles de comer y de ser posible comer algo yo. Salí a mostrarme, a tratar de conocer gente, salí a la jungla a mostrar mis canciones, a componer, a tratar de escribir letras que no pasaran desapercibidas...
¿Hasta ese momento no lo conocían?
No... yo hacía canciones desde los 11 años. Pero me abrí un poco. Me miré al espejo y me dije… de qué vamos a vivir.
Y miró esa cara demacrada y dijo… este tipo no va a poder...
Tenía que poder. Y lo único que sabía era hacer canciones. Entonces empecé, como el jugador que se muestra en la cancha y pide la pelota todo el tiempo. Que tiene ansias de ganar, que tiene ansias de gol... hambre... así es como empecé a jugar esa vida...
Y llega la primera canción... el primer éxito...
Sí... el gran éxito llegó con Color esperanza.
¿Y cómo le fluyó una letra tan linda en ese desespero?
Porque estaba mirándome al espejo.
¿Por qué no la cantó usted y se la entregó a Diego Torres?
Había muchos artistas, ya consagrados, que necesitaban canciones. Hacer una carrera como artista es algo mucho más largo. Y empecé a descubrir muchas cosas que tienen que ver con la escritura de las canciones. Es algo que me atrapó, me gustó... fue el mejor trabajo que conseguí.
Luego vino Te quise tanto, que escribí para Paulina Rubio, que se convirtió en número uno en Billboard durante semanas, meses, recibió un montón de premios. Fue una canción muy popular.
Si a mí me dicen Coti, simplemente, digo quién es el tipo; si me lo muestran con sus zapatos blancos y su pinta de hoy, pregunto en qué le podemos ayudar; si lo escucho, mis respetos y mi admiración. ¿Ahora qué piensa?
Ganamos la batalla campeón....
¿Y su familia?
Nos queremos mucho y vivimos a caballo entre Buenos Aires y Madrid. Me siguen en las giras siempre que pueden. Estoy contento. Estoy presentando el sexto disco. Me gané un lugar en este medio que es complicado y voy a seguir ocupando ese lugar mientras me echan.
¿Existe alguna canción que le haya dado a otro artista y luego se arrepintiera?
No, porque las canciones uno no las pierde. Ahí siguen, las compuse, son mías.
¿A qué horas, cuándo y cómo escribe sus cancione
Todos los días escribo al menos 3 ó 4 hojas. De lo que sea. De prosa, de poesía, de ideas, de cualquier cosa. Ese es mi modo de empezar el trabajo creativo.
¿En qué se inspira?
Es una mezcla de realidad y fantasía, de lo que se vive y uno quisiera vivir. Hay un disco que se llama Gatos y Palomas, que es una mezcla de ying y yang, de lo que uno vive y lo que quiere vivir, de la realidad y los sueños... las dos cosas.
¿Usted además de la letra le pone la música, al tiempo?
Empecé siendo músico. A la letra la abordé más adelante. Yo estudié música. Soy autodidacta haciendo letra.
¿Le ha perdido el cariño a alguna canción suya?
Me pasó con Color esperanza, fue tan usada, tan manida, utilizada en campañas políticas por personajes que yo no quería…que me fui alejando de la canción. Le ha pasado al flaco Espinetta con 'Muchacha ojos de papel', le ha pasado a Litto Nebia con 'La balsa', le ha pasado a un montón... a Fito, con 'Dale alegría a mi corazón'... a Roberto Carlos… en fin, le ha pasado a muchos compositores, porque hay canciones que se nos van de las manos...
¿Qué lo ha sorprendido de Colombia?
He venido muchas veces. Ya no me sorprenden demasiadas cosas. Pero siempre me vuelvo a encontrar con el cariño de la gente que trabaja conmigo, de la gente que voy conociendo...
"La droga en Colombia no se busca, llega sola": Coti
Sáb, 13/07/2013 - 08:01
Por su nombre de pila –Roberto Ernesto Sorokin Esparza, argentino, 40 años- no lo conocen ni en su casa. En el mundo artístico es “Coti Sorokin”, que tampoco le dice mucho al grueso de los col