Hace cinco años nació esta pasión que esperan se convierta en un negocio. Con su primera publicación, ‘30 días’, de Juan Mejía, Laguna Libros nació como un proyecto interesado en la formación de un público para las artes y la cultura. Su objetivo no es llegar a una población especializada sino aportar herramientas a todo tipo de lectores para que se aproximen, identifiquen y comprendan este mundo a través de un enfoque editorial con características comerciales y sostenibles.
La editorial fue fundada por Juana Hoyos y Felipe González en asocio con Carolina Loaiza. Hoy en día, el equipo lo conforman maestros en arte con diferentes énfasis, en el área comercial Sergio Escobar, en el área de arte Isabel Tovar y en el área de contenidos Sebastián Lapidus. Felipe González sigue estando a la cabeza de Laguna Libros, es el editor y al mismo tiempo trabaja en el área de investigación con Julián Serna y Nicolás Gómez, quienes recientemente hicieron la curaduría de la sala Modernidades 1948–1965 en el tercer piso de la exhibición permanente del Museo Nacional de Colombia y se encuentran trabajando en las salas de la nueva exhibición permanente del Museo La Tertulia en Cali, que esperan inaugurar en febrero.
“Mi experiencia como investigador en Historia del Arte Colombiano me ha mostrado que este es un país con una creatividad y una riqueza cultural increíbles. Tristemente muchas obras artísticas y literarias de altísima calidad han quedado en el olvido”, dice Felipe González. La editorial tiene dos objetivos claros, rescatar las obras que han sido dejadas en el olvido y hacerse responsables de que las que se producen hoy, no tengan ese mismo destino. Su meta es ayudar a los artistas y autores a divulgar su obra al tiempo que se contribuye a la formación de públicos que puedan llegar a apropiarse del libro desde el aprendizaje y el entretenimiento.
Para González los bajos índices de lectura no se relacionan con las clases sociales sino con el desapego de pensar que lo que está en los libros no tiene nada que ver con nosotros pues decir que los libros son costosos no es más que una excusa para no leer. Por eso Laguna Libros utiliza un lenguaje no restrictivo al que cualquier persona con un mínimo de interés, puede aproximarse y comprender. En una época de cambios, las nuevas tecnologías deben proponer alternativas para una industria en crisis. La idea no es defender ciegamente el libro impreso ni negar rotundamente las posibilidades del libro electrónico sino encontrar la cooperación que siga permitiendo el acceso a la cultura.
Sus libros se encuentran distribuidos en Bogotá, Cali, Medellín, Cartagena y Barranquilla por la Librería Nacional, en Cali también por Lugar a Dudas y en Medellín por el MAMM. En Bogotá cuentan con más puntos de distribución, por ejemplo, La Madriguera del Conejo, Biblos, Casa Tomada, Babel, San Librario, Luvina, entre otros. Así mismo la tienda virtual es un recurso a disposición de quienes no tienen la facilidad de acercarse a una librería.
“Cada proyecto es, de antemano, un sueño para nosotros y para los autores. Sólo esperamos que también lo sea para los lectores”, dice González.