Los mejores y peores vestidos del Oscar 2011

Lun, 28/02/2011 - 10:04
La ceremonia 83 de los premios de la Academia tuvo como presentadores a James Franco y Anne Hathaway, quien tuvo siete cambios de vestido durante la emisión: Armani Prive en azul platinado ceñido al
La ceremonia 83 de los premios de la Academia tuvo como presentadores a James Franco y Anne Hathaway, quien tuvo siete cambios de vestido durante la emisión: Armani Prive en azul platinado ceñido al cuerpo como una sirena, Atelier Versace con un strapless corazón color borgoña, encaje negro y plata al cuerpo diseñado por Tom Ford, Ricardo Tisci para Givenchy en blanco perla, Óscar de la Renta al mejor estilo del Glam de los setenta y un esmoquin de Lanvin. Esta entrega tuvo más aciertos que desaciertos en temas de vestuario. La nostalgia y el ideal de los clásicos en siluetas y materiales fue la tendencia general. Hubo especial atención al embarazo de la hoy ganadora al premio como mejor actriz Natalie Portman, y el vestido para no cerrar la boca de Scarlett Johansson, ambos en una paleta de color que dominó la noche: el borgoña y berenjena. Scarlett Johansson: Acertadísima con su vestido ajustado al cuerpo en encaje color borgoña y berenjena de Dolce Gabanna. El pelo corto desordenado y el maquillaje pesado la hacen ver moderna y sofisticada. Cate Blanchett ya es una experta en deslumbrar sobre la alfombra roja. La elección para este año estuvo en manos de la casa de modas Givenchy. Un diseño contemporáneo con pedrería en colores pastel. Único, perfecto para ella, el color de su piel, el pelo y todo en general estuvo a su favor. Pocos podrían usarlo como ella. El vestido de Marisa Tomei es como para una fiesta de once grado. No hay más que decir. Nicole Kidman, vestida de Dior, toda de blanco y pedrería. Un corpiño impecable pero el corte asimétrico de la falda desconcierta y no favorece al cuerpo. Peinado de reina con fleco sobre la cabeza que no propone nada especial. Gwyneth Paltrow, muy flaca, estuvo a la medida de su diminuto vestido color champaña, fiel representante de la sobriedad en corte y silueta de Calvin Klein. El diseñador estadounidense debe estar orgulloso, Gwyneth parece publicidad diseñada en especial para sus campañas. Penélope Cruz dio a luz hace un mes y todavía se nota. Mala elección, porque su cuerpo todavía no está para forrarse. Parecía un vestido de baño largo de L’Wren Scott, con un alisado de pelo de cualquier peluquería del Hollywood Boulevard. Michelle Williams estuvo impecable, blanca de pies a cabeza con el corte de duende como una visión de Twiggy,  y un exigente vestido recto de pedrería blanca casi transparente de Chanel Haute Couture. Reese Witherspoon es un buen recuerdo entre la Julia Roberts ganadora del Oscar hace cuatro años, y la Angelina Jolie con esmeraldas gota de aceite colombianas como aretes del año pasado. Elegante con un Giorgio Armani Privé, negro con escote tipo palabra de honor de borde en razo blanco. Un clásico. Amy Adams lució otro clásico, con esmeraldas en sus accesorios y un vestido que recuerda la época dorada de Hollywood. L’Wren Scott saca la cara con este vestido azul enterizo que podría haber usado Rita Hayworth. Adornado con joyas de Cartier de mil cuatrocientos dólares y el pelo perfecto para el tono nostálgico. El embarazo de Natalie Portman estuvo llevado de maravilla, con un vestido color berenjena de Rodarte. Aretes perfectos y un peinado que por su particularidad no suele funcionar, pero que con la cara de Natalie y los aretes complementarios, queda muy poco que objetar. El Versace de Jennifer Hudson deja claro por qué a veces la casa de modas italiana, dirigida por Donatella Versace, tiene que ser una elección a dedo y con lupa. Jennifer no parece “material de Oscar” sino de Señorita Colombia. Halle Berry todavía tiene un cuerpazo y el corte de pelo que mejor le sienta, pero el vestido de Marchesa funcionaba hasta la rodilla para abajo. Allí parecía como si el detalle de última hora del vestido hubiese sido el tul de una cortina de velo pegado con grapas. Florence Welch, quien interpretó la canción de la película 127 horas, llegó a la alfombra roja con un vestido diseñado por Valentino. Muy poco apropiado para la ceremonia y más adecuado para una fiesta de salón del antiguo oeste Fred Astaire y Gary Cooper les habrían hecho compañía sin problema a Robert Downey Jr. y Jude Law. Mila Kunis en Eelie Saab, color lila, encaje y tul con detalles en el escote. Muy femenino y elegante. Perfecto con los diamantes como accesorios. Hillary Swank lució un diseño de Gucci Premiere Couture, con unos brazos que recuerdan cuando ganó el Oscar por interpretar a la boxeadora de Million Dollar Baby. Muy elegante, de confección impecable, pero parece que lo hemos visto ya muchas veces en varias ceremonias. Helena Bonham Carter es la esposa perfecta para Tim Burton: excéntrica y fuera de lo común al extremo. Sin embargo, estuvo carismática. Ya es costumbre verla desentonar y dejar a todos con la boca abierta por su estilo. Tal vez este ha sido su mejor intento, al menos ambos zapatos eran del mismo color. Al menos todo estaba del mismo color. Hailee Steinfeild logró lo que Miley Cyrus no ha podido durante toda su adolescencia: ser una estrella y niña al mismo tiempo. La casa de modas Marchesa atendió el deseo de la nominada a mejor actriz de reparto, de sólo catorce años, con un vestido sutil, femenino y muy apropiado para la edad y el evento. Peinado y accesorios complementarios impecables. Colin Firth, ganador a mejor actor por El Discurso del Rey, estuvo vestido de manera impecable gracias al diseñador Tom Ford, con un esmoquin estilo vintage.
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