¿Cómo decirle a su jefe que no está de acuerdo?

Mié, 06/05/2015 - 05:21
Controvertir con el jefe puede ser un tema delicado. Como cualquier relación humana, no siempre se puede estar de acuerdo ni compartir el mismo punto de vista. Pero no es lo mismo estar contra la opi
Controvertir con el jefe puede ser un tema delicado. Como cualquier relación humana, no siempre se puede estar de acuerdo ni compartir el mismo punto de vista. Pero no es lo mismo estar contra la opinión de un amigo, que contra la del superior laboral. Lea también: Estos son los empleados que se tiran las empresas Cecilia Durán Mena, consultora y conferencista internacional en temas de Alta Dirección, reveló a Forbes México, que para nadie es un secreto la importancia que cobra un superior en el trabajo. Su relevancia influye no solo en campo profesional de los empleados, sino también en el personal. Pero entonces, ¿cómo decirle que no estamos de acuerdo en algo?. Lea también: El drama de los empleados por prestación de servicios  Las decisiones que toma el jefe, además de afectar a la organización, influyen en la cotidianidad de sus subalternos. En sus manos puede estar el ascenso o despido de alguien, que se trabaje horas extra o hasta el traslado de su ubicación laboral a un destino recóndito, si así lo desea. Lea también: Las mejores empresas para trabajar en el 2015 Ante cualquier disyuntiva se pueden dar dos opciones: Hablar o quedarse callado. La última es la más usual, pero no siempre es la mejor. Cecilia Mena recopila cuatro aspectos, basados en investigaciones de profesores de Harvard, que explican las situaciones en las que los empleados se pueden arrepentir de no elevar su voz. 1. Comprender las prioridades del superior Por ejemplo, si se conoce que para nuestro jefe es relevante quedar bien ante los ojos del dueño o los accionistas, se le debe advertir, con respeto, que podría cometer un error. No se puede simplemente decir que existe una falla, sino se debe argumentar con cifras o algo de sustento sobre las posibles consecuencias. Guardar silencio en una situación de estas puede ser peligroso; el director o jefe de área puede interpretar el hecho a futuro como desinterés o mala voluntad, así como que sus subalternos no le cubren la espalda ni le advierten riesgos. “Un jefe jamás es un amigo, incluso cuando lo sea. Los rieles de esa relación son distintos y deben ser llevados con profesionalismo. Cuando ese es el tono, se puede decir en forma fundamentada qué es aquello que nos hace estar en desacuerdo”, explicó Mena en Forbes. 2. Cuidado con las expectativas y los egos A nadie le gusta que le señalen los desaciertos. Cuando alguien señala alguno, por lo general, despierta un “monstruo” –dice Mena- que llevamos dentro. Puede ser peor si quien lo hace tiene la razón. “El ego es un material radiactivo y peligroso que debe ser manejado con la pericia de un cirujano y la exactitud de un relojero”, explica la consultora en referencia al tacto que se debe tener al decir las cosas y  en cualquier caso, es aconsejable controvertir una opinión en privado, sin que los demás compañeros de trabajo lo perciban. 3. Afianzar la confianza y el respeto Si no estamos seguros de lo que vayamos a decir, es mejor guardar silencio. Es necesario la seguridad al expresarse y la pertinencia de cualquier comentario. Además, si tenemos todos los soportes y evidencias, no hay que dudarlo. Pero hay que tener cuidado con los comentarios a destiempo. De nada sirve salir con un apunte como “Sabía que eso iba a pasar ( un error)”, si no fue capaz de decirlo en el momento adecuado antes de que ocurriera una crisis en la empresa. Aquel que sabe apuntalar su opinión, y que advierte a tiempo, es un elemento que afianza confianza y respeto. No solo reduce riesgos y evita errores para la compañía, sino que es un empleado que cualquier jefe lo convertiría en su mano derecha. 4. Darle un toque positivo a la relación De acuerdo con la especialista, no hay que obviar las jerarquías. Aunque el jefe sea amable y alegre, hay que tener sumo cuidado con las bromas; el lenguaje y sobre todo el respeto hacia él. No es lo mismo el respeto que el miedo. De la misma forma no se puede confundir la confianza con el abuso.  Cuando se tiene claro lo anterior, se puede decir de manera argumentada qué es aquello no se está en acuerdo con su jefe. Hay que dejar claro que se está tratando de colaborar. Un buen consejo, para finalizar, es conectar nuestro punto de vista con las metas y objetivos del directivo. No solo mostrar una divergencia y una lista de objeciones, sino que el acierto radica en expresar posibles soluciones.
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