Su temperamento está claro. Es fuerte, correcto y directo, sin embargo, la imagen que Samuel Vanegas dejó en la cancha durante 19 años no refleja su forma de ser, puesto que es conocido por su sonrisa, alegría y perseverancia, pese a que también tiene un poco de su forma de ser en la cancha en su vida cotidiana.
Samuel Vanegas Luna nació en Copacabana el 8 de septiembre de 1976, y a sus 41 años, cuenta con orgullo todo lo que vivió disfrutando su sueño de ser futbolista.
Comenzó a muy temprana edad jugando con sus amigos en el barrio Cristo Rey de ese municipio. Allí forjó su carrera, siendo selección Copacabana, luego ascendió a selección Antioquia y se fue ganando un puesto en la Primera División del Fútbol Profesional Colombiano, al llegar a Atlético Nacional.
Sin embargo, antes de ese debut soñado, Vanegas trasegó en ese deporte. Su posición natural es defensa central, pero inició su carrera como delantero, incluso, le afirmó a Kienyke.com que era todo un goleador. Pese a eso, un día, mientras estaba previo a un partido, al equipo le faltaron sus defensas centrales y él se arriesgó a jugar ahí, descubriendo su verdadera posición: "le dije al profe que me colocara de central y desde ese día comenzó mi carrera en ese puesto, pese a que yo quería era hacer goles".
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Después de jugar en inferiores y de haber estado en Leones Fútbol Club, Samuel Vanegas llegó a Atlético Nacional y en 1999 ganó su primer título como profesional. Luego de ganar su título, el equipo se vino abajo y el defensor fue criticado duramente por unos errores específicos en la primera final de Copa Sudamericana que jugó el verde antioqueño, contra San Lorenzo de Almagro.
De ganar ligas con Nacional a levantar la Libertadores con Once Caldas
"Llegué a Once Caldas porque fui despedido en Nacional y no sabía que mi destino iba a ser tan positivo allá". Llegó a Manizales solo con la oportunidad de entrenar, porque estaba sin equipo y las directivas del equipo no habían oficializado su fichaje y no lo podían ver en la sede entrenando: "Me tocó dormir en una colchoneta mientras todos los compañeros dormían en sus casas, pero eso no me importaba, yo solo quería jugar y salir adelante en Once Caldas".
Después de un tiempo de haber estado así, escondido, el profesor Luis Fernando Montoya, director técnico en ese entonces, habló con las directivas del equipo y accedieron a darle un contrato. Jugando para el equipo quedó campeón de la liga en 2003 y eso les dio el cupo al torneo internacional más importante de América, la Copa Libertadores.
"Pasar por encima de Boca Juniors en una final no es fácil para algún equipo y menos para el de nosotros que no éramos conocidos, éramos un equipo de amigos". Pese a no ser los claros favoritos a ganar el certamen, todos se colocaron la tarea de avanzar lo máximo que pudieran en el torneo, sin pensar en que iban a llegar a disputar la final.
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Todo fue paso a paso. Primero pasaron la fase de grupos, luego superaron los octavos y ya en cuartos el equipo comenzó a creer y se fue haciendo más grande el sueño. Por el camino dejaron equipos como Barcelona de Ecuador, Sao Paulo, Santos y Vélez Sársfield, hasta que llegaron a la gran final.
Al llegar a La Bombonera, estadio de Boca, Vanegas aseguró que sintió miedo, pese a la madurez que ya tenía en ese entonces, sin embargo, lograron lo épico luego de empatar cero a cero. En Manizales el partido terminó empatado también, y gracias a una brillante noche de Juan Carlos Henao, Samuel Vanegas pasó de ser un defensa que se escondía de los directivos a levantar el título más importante de su carrera.
La segunda oportunidad de brillar en Antioquia para Samuel Vanegas
"Cuando me salió la oportunidad de llegar a Medellín no lo dudé. Quería volver a mi tierra y llegar a este equipo era una gran oportunidad". Pese a que los directivos querían retener a Samuel para que se quedara en Once Caldas, el futbolista decidió dar un paso al costado y lo intentó en el "Rojo de la montaña", donde en su primer experiencia no brilló mucho el equipo y terminó en las últimas posiciones.
Luego de eso llegó al plantel Leonel Álvarez y cosechó su primer título con ese equipo. Después dejó su primer ciclo en el Medellín y partió a Brasil, donde no se encontró con lo que esperaba.
A Brasil le sobra fama sobre el fútbol. El país amazónico ha entregado al mundo figuras de la talla de Ronaldinho, Pelé, Ronaldo, Rivaldo, Roberto Carlos y muchos más, sin embargo, para Samuel Vanegas fue difícil adaptarse.
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Contó que en el equipo al que llegó le tocaba entrenar tres veces al día, a veces en canchas de pésimo estado, y entrenamientos muy duros, aunque eso no fue impedimento y se quedó terminando la temporada.
Luego regresó a Medellín, y terminó su carrera pasando por Águilas Doradas, Junior y regresando al conjunto dorado para culminar con su carrera como futbolista.
Ahora solo espera "devolverle al fútbol lo mucho que aprendí". Actualmente entrena jóvenes y niños en Copacabana, y sueña con algún día dirigir en las grandes ligas y por qué no, repetir un título, pero como entrenador de fútbol.