Dewell Bozella fue condenado a cadena perpetua por asesinar a una mujer de 52 años. Ingresó a la prisión estatal de Sing Sing y allí aprendió a boxear. En sus entrenamientos soñaba con convertirse en boxeador profesional, pero no imaginaba que ese sueño se fuera a materializar.
Bozella contrató los servicios de dos abogados para que estudiaran su caso. Los penalistas encontraron que varios de los testimonios eran falsos y, finalmente, el verdadero culpable confesó. En 2009 quedó en libertad tras más de dos décadas de presidio.
El ex presidiario había sido condenado a cadena perpetua por asesinato.
Antes del debut, efectuado en los Ángeles, el presidente Barack Obama llamó al Bozella para manifestarle su apoyo en la pelea y dijo: "Todo lo que conseguiste estando en prisión y después de tu liberación es algo que admiramos". El ex presidiario ganó contra el pugilista Larry Hopkins de 30 años. Ahora, con su primera victoria, quiere montar un gimnasio para impulsar el boxeo entre la gente de la calle.
Dewell Bozella ingresó a la prisión estatal de Sing Sing, lugar donde aprendió a boxear.