El sexo con animales no es mito, es una realidad

Dom, 01/07/2012 - 13:00
‘Zoofilia’ es una palabra de origen griego que quiere decir: ‘zoon’, animal; y ‘philia’, afinidad. Se refiere a la atracción sexual de un humano hacia un animal que no p
‘Zoofilia’ es una palabra de origen griego que quiere decir: ‘zoon’, animal; y ‘philia’, afinidad. Se refiere a la atracción sexual de un humano hacia un animal que no pertenece a su especie. También existe el término ‘bestialismo’. Los estudiosos sobre el tema afirman que la diferencia está en que un ‘zoofílico’ es quien se siente atraído hacia un animal, y ésta es casi una orientación sexual. El que practica el ‘bestialismo’ es quien tiene relaciones sexuales con animales. Del dicho al hecho… El periodista Ryan Duffy, de la revista VICE, viajó a Cartagena exclusivamente a confirmar los rumores que afirman que en el norte de Colombia los hombres tienen sexo con burros. “Lo creeremos cuando lo veamos”, dijo. Lo interesante de sus descubrimientos es que haya llegado hasta Cartagena esperando comprobar un acto de bestialidad con un burro, pero solo encontró burras y se fue del país sin que le contaran que también se cometen actos sexuales con burros, que nada tiene que ver con cómo se hace con una burra. A la burra se la monta por la vagina, al burro, en cambio, se le amarra una cuerda a los testículos que cae hasta el piso y se amarra a una especie de pedal. Cuando se aprieta el pedal, el burro cierra el ano, que es por donde es penetrado. Si Duffy se fue de aquí aterrado, fue porque, claramente, no le contaron cómo es con un burro… Entre los hallazgos del periodista de la revista VICE llama la atención el hecho de que niños de hasta 10 años pierden su virginidad con una burra, actividad que es parte de la cultura del lugar y por lo tanto no es mal vista, todo lo contrario. De hecho, lo que no es aceptado es que un niño de doce años ande por ahí siendo virgen, y es esto precisamente lo que vuelve esta actividad algo completamente normal por lo que nadie que lo practica se avergüenza. Algunos locales aseguran que sus médicos siempre les han dicho que tener relaciones sexuales con una burra asegura el crecimiento del pene y augura un matrimonio exitoso (una vez que se casen con su pareja). Otros explican el fenómeno argumentando que como Colombia es un país tan católico, las mujeres son vírgenes hasta el matrimonio, entonces el hombre debe poder practicar y por ello es que lo hacen con burras. Las mismas mujeres no condenan el acto de bestialidad, siempre y cuando no se cometa cuando estos hombres tengan ya una mujer. A pesar de que ésta sea una practica común en los pueblos más humildes de la costa colombiana, no es exclusiva de las clases bajas. Fulano de Tal es un hombre a punto de cumplir cincuenta años. Es dueño de una compañía muy exitosa, está casado con una mona de pelo alisado y cartera Hermes y tiene cinco hijos. Cuando era niño estudió en un colegio privado en Bogotá, uno de esos colegios del norte cuyos estudiantes viven todos en el norte. Cuando tenía 16 años y aún no se había graduado del colegio, se fue a una finca de sus abuelos en Codazzi, Cesar (a una hora de Valledupar), a donde iba muy seguido a pasar las vacaciones con sus primos. En una de esas idas estaba el sobrino de uno de sus tíos, un joven de su misma edad. El joven le preguntó si había comido burra alguna vez. Jamás lo había hecho. Entonces organizaron un paseo a una finca cercana a comer burra con otros dos amigos. Allá llegaron y encontraron dos burritas en un potrero. Los animales estaban muy inquietos, como si supieran lo que les esperaba. Entonces se demoraron en enlazarlas y cogerlas, las parquearon frente a un montículo de tierra, pues la burra es más alta y quien penetra la burra se debe poner de pie sobre el montículo. Ambas burras, ya tranquilas, no hacían ruido o pateaban. Les limpiaron la vagina con agua de una botella. Cada uno se masturbó un poco para excitarse y a Fulano de Tal le tocó de primeras porque era el único cachaco y el único que nunca había tenido esa experiencia. A la burra se la agarra por los muslos, y se corre la cola del animal hacia un lado, sosteniéndola con la mano apoyada en un muslo. Cuando Fulano penetró al animal, sintió algo muy suave y caliente, pero de lo que más se acuerda y lo que le pareció más satisfactorio de la experiencia es que la vagina de la burra succiona y eso lo ayudó a estimularse. Cuando volvieron a la finca, Fulano se bañó porque sentía mucha impresión. No se arrepiente, pero tampoco está orgulloso de lo que hizo. Es una experiencia a la que define como “sabrosa”, pero no es como para repetirla. Nunca se lo contó a nadie, solo lo supieron quienes estaban allí. Si los hijos de Fulano de Tal le propusieran el tema, él no los llevaría. Prefiere llevarlos a donde una prostituta. Hokusai Es una experiencia sobre la que no habla, y no la repetiría jamás. Fulano es un tipo muy curioso que piensa que las cosas se deben probar para poder opinar al respecto. No le recomendaría a nadie que lo hiciera, porque los humanos deben estar con humanos, los animales son para otra cosa. Una explicación para argumentar esta práctica podría ser debido a que los ancestros del ser humano sobrevivían principalmente gracias a la agricultura, por lo que vivían rodeados de animales. Quizá esta sea la razón por la que comenzaron a tener relaciones con estos animales, por encontrarse muy lejos de cualquier pareja –humana– potencial. Este estilo de vida les dio la oportunidad constante de tener encuentros sexuales con estos animales. Otra explicación de la que es prueba el arte, la música, el folklor y la literatura, está en las civilizaciones griegas, romanas y egipcias en que reinaron los dioses antropomórficos, por lo que se les dio carácter de deidad a las cabras. Tener sexo con una cabra aseguraba más cercanía con los dioses. En Roma existían burdeles con diferentes nombres dependiendo de los animales que allí se ofrecieran. Caprarii era para cabras, Belluarii era para perros, y Ansenarii era para pájaros. No fue hasta que el Viejo Testamento decretó que la zoofilia merecía la pena de muerte que el bestialismo pasó de moda y se volvió un tabú que hoy en día se practica en la clandestinidad. Zoofilia Es una práctica llevada a cabo por mucha más gente de la que el común denominador cree. Expertos en el tema aconsejan que si va a realizarse tal actividad, debe usarse protección en forma de condones para hombres y mujeres. Un gran riesgo es la clamidia, cuya aparición data desde hace casi 7500 años, entre los judíos de la Península Arábica. Es sabido que es muy común encontrar clamidia en la lana de ovejas y se dice que si en la red sexual de una persona aparece alguien con clamidia, esto quiere decir que alguien en dicha red está practicando la zoofilia.
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