Bogotá, la gran urbe colombiana, crece en todos los sentidos, no obstante, la infraestructura que la rodea parece poco a poco quedar estancada en un modelo que, para las demandas de hoy en día, no funciona.
Para solucionar este problema, que entre otras ramas, también radica en la movilidad, las administraciones del distrito desde 1963 están proponiendo la construcción de un metro que conecte a los distintos sectores de la ciudad de manera rápida y eficiente.
Ahora, en el 2023, 60 años después de que el alcalde de Bogotá, Jorge Gaitán Cortés, hiciera la primera propuesta que se considera en el congreso para este proyecto de movilidad, en el patio taller se adelanta la construcción de la primera línea del Metro de Bogotá.
Esta mega obra, hasta el momento, se adelanta casi que en su totalidad desde el Patio Taller de la primera línea del Metro, que se ubica en la localidad de Bosa, al sur de la capital de la república.
En lo que parece un terreno baldío o un simple potrero bien protegido, se alza una gran estructura azul llena de logotipos blancos a los lados que denotan la razón de la edificación y dan una pista de lo que, adentro, se adelanta.
Esta estructura de lata representa el Patio taller del Metro de Bogotá y, desde Kienyke.com, tuvimos la oportunidad de ingresar a estas instalaciones y conocer de primera mano las distintas actividades que se adelantan para lograr terminar el Metro de Bogotá.
¿Qué hay detrás de las puertas del predio?
Una vez se llega a la portería del lugar, lo primero que se puede ver es un gran filtro de seguridad, donde cada persona que entra es revisada con máquinas biométricas y le es requerido mostrar un documento de identificación.
Pasado este filtro, es necesario montarse en un carro para llegar a donde se adelantan la obras y dónde, además, se ubica el campamento; un espacio construido a base de contenedores que, al momento, sirve como oficinas administrativas.
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En el recorrido dentro de la camioneta, que transita por una calle destapada, se alcanza a evidenciar a lo lejos como comienza a aparecer la enorme estructura de lata color azul, a donde entran constantemente un gran flujo de camiones y camionetas oficiales del proyecto.
No obstante, en nuestra visita, el carro en el que nos movilizábamos no tomó dirección al Patio Taller, sino que, por el contrario, se acercó al campamento dónde nos esperaban para iniciar el recorrido.
¿Qué se hace dentro de este predio y de los edificios?
A diferencia de lo que se puede pensar antes de conocer el lugar, dentro de estas estructuras de lata no se encuentra nada que, para el ojo no entrenado, este relacionado con trenes o metros.
En este terreno de 19 mil metros cuadrados, actualmente hay una fábrica que, día a día, crea las bases para las estructuras que, en un futuro, sostendrán los vagones y las vías del Metro.
Dentro de estas estructuras se llevan a cabo varios procesos cruciales para la construcción del metro. En primer lugar, y lo más visible cuando se llega al lugar, es que en este predio se almacenan los pilotes construidos para que, cuando sea el momento, sean trasladados hasta los diferentes puntos de obra activa.
Estos pilotes se ubicarán bajo tierra y servirán como apoyo estructural para las columnas donde estarán recostadas las vías del futuro Metro.
Además de servir como almacenamiento, los edificios están llenos de maquinaria, traída desde la China, que se encargan de construir los pilotes de manera automática dentro de las instalaciones.
Una de las curiosidades que se conocen cuando se realiza el tour es que, dentro de las operaciones, dos mujeres del consorcio chino viajaron directamente desde el país asiático para manejar las grúas que, diariamente, transportan los pilotes a los camiones.
Por otro lado, en las instalaciones, se encuentran espacios para la mezcla y la prueba del cemento que será utilizado para construir los pilotes, esto con el motivo de asegurarse que las bases de los rieles resistan el peso de las estructuras.
La técnica detrás de la fachada
Antes de iniciar el recorrido, los funcionarios del Metro realizan una presentación en donde se especifican varios de los aspectos técnicos de la obra de movilidad que plantea conectar a la capital del país.
En este espacio se explicó que el proyecto tendrá 16 estaciones, de las cuales 10 tendrán conexión directa con el Transmilenio y conectarán al Portal de Las Américas con la Calle 72 con avenida Caracas.
Además, hicieron la aclaración que este trayecto durará alrededor de 27 minutos y que los trenes tendrán una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora, logrando una notable mejora en el tiempo entre los trayectos.
¿Dónde quedó la política?
En el lugar, los trabajadores se muestran un poco cerrados a abordar el tema de la pelea política detrás del proyecto, pues su labor es mostrar toda la parte técnica de la obra y demostrar que la construcción está en marcha.
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Los empleados de la obra que se encargan de realizar el tour, aseguran que les parece ilógico la pelea política que hay detrás de la obra, en especial por parte de los sectores políticos que niegan el avance de la construcción, pues, según argumentan, ello ven como el Metro avanza día a día.
Cabe resaltar que, hasta ahora, la primera línea se está construyendo completamente elevada y, si se cambian los planes, los pilotes construidos y las obras avanzadas quedarán obsoletas.
¿Cuál es el futuro de ese predio?
Estas estructuras son propiedad del consorcio chino, China Harbour, que ganó la licitación para la construcción de la primera línea. Esto quiere decir que, una vez se termine la construcción, esta empresa se llevará sus máquinas e infraestructura devuelta a Asía o al próximo proyecto férreo.
En este predio de 19 mil metros cuadrados, una vez se fabriquen todos los pilotes, se comenzará la construcción de los edificios que albergarán los talleres de los trenes una vez el sistema entre en funcionamiento.
Para lograr esto, también se está adelantando una adecuación del suelo del terreno con el motivo de volverlo apto para resistir el peso de las estructuras que se elevarán en el futuro, dónde, se espera, podrán parquear alrededor de 60 trenes.
Aunque estas imágenes y testimonios parecen prometedores, los bogotanos aún quedan con la duda de si, en algún momento, esta megaobra se hará realidad y cuanto ayudará a la movilidad y a la vida de los habitantes de la capital.
