Con un margen estrecho para la duda, Hebe de Bonafini, titular de las Madres de Plaza de Mayo, se queda cada vez más sola. Los medios de comunicación argentinos ya no se contienen por respeto y entregan todos los detalles del escándalo que rodea a la entidad, no por su lucha por los derechos humanos, sino por la forma en que se forjó un negocio inmobiliario multimillonario. Su beneficiario principal parece haber sido Sergio Schoklender, apoderado de la asociación hasta hace poco.
Puede decirse que las Madres de Plaza de Mayo tienen, hoy por hoy, la constructora de vivienda de interés social más grande de su país. ¿Por qué? Porque era la forma de realizar aquello que sus hijos pudieron por culpa de las desapareciones en la dictadura militar de los años setenta. Así surgió el proyecto Sueños Compartidos, a expensas de la Asociación, que se dio a la tarea de mirar hacia el futuro y construir un futuro mejor para los más necesitados.
Sergio Schoklender, ex apoderado de la asociación, se habría aprovechado de dineros de la constructora de interés social de Las Madres de Mayo.
A pesar de que muchos no comprendían la relación entre los derechos humanos y las viviendas, se las dejó trabajar sobre la base de su impecable pasado. Si bien desde la época de Alfonsín reciben mes a mes un jugoso aporte económico para el sustento de su labor, fue con los Kirchner que ese aporte estatal se transformó en poderío.
Y con el poderío, llegaron los problemas. A nadie se le ocurrió que pudiera ser un futuro inconveniente dejar a una ama de casa octogenaria como Hebe en manos de Sergio Schoklender, un hombre al que le dio una mano hace años cuando salió de la cárcel tras cumplir su condena por el asesinato de sus papás, cometido en compañía de su hermano, Pablo. A nadie se le ocurrió que Sergio podría conformar una dupla cuando menos dudosa con Felisa Miceli, encargada de las finanzas de las Madres por pedido de Néstor Kirchner, luego de que él mismo la hiciera renunciar como Ministra de Economía al no haber podido explicar la presencia de una bolsa repleta de dinero en efectivo escondida en el baño de su oficina. Estos son sólo algunos motivos para pensar que alguna calamidad se avecinaba, porque hay más.
Sergio y Pablo, los parricidas, aniquilan a las Madres de la Plaza de Mayo. Como dice Estela de Carlotto, representante de las Abuelas de Plaza de Mayo –que hay que separar de este asunto–, Bonafini “no pudo estar ajena” a lo sucedido, sobre todo cuando Sergio Schoklender es, a su vez, el dueño de la constructora que hace o hacía las viviendas de la fundación, dato imposible de ignorar.
Cristina Kirchner avisó de forma oportuna el escándalo, una jugada que le permitió a Hebe de Bonafini, titular de las Madres de Plaza de Mayo, expulsar a tiempo a SergioSchoklender de la asociación.
El círculo íntimo de Hebe afirma que está deprimida. Parece que no valió la pena poner en riesgo el honor por unas casas, tanto así que se la ha visto muy desmejorada físicamente en sus últimas apariciones públicas. Ahora la justicia determinará cuáles y cómo fueron los malos manejos de Sergio Schoklender, a quien le han encontrado un Ferrari coupé 2006, avaluado en 250 mil dólares, un yate Sirius de medio millón de dólares, un Porsche 911 y dos aviones, entre otros, además de un complejo entramado de empresas involucradas que está en investigación, todo esto desde que Sueños Compartidos empezó su contundente accionar con él a la cabeza.
Los rumores en los tribunales indican que los Schoklender están muy próximos a volver a la cárcel. Sin embargo, tampoco puede olvidarse que su caso recayó en el juez Norberto Oyarbide, quien siempre ha tenido la suerte de ganarse los temas sensibles al gobierno en el sorteo electrónico de reparto.
Puede presumirse como espaldarazo de Cristina Kirchner el oportuno aviso del escándalo, una jugada que le permitió a Hebe expulsar a tiempo a Sergio de la asociación y, en los últimos días, a su hermano Pablo y al resto de “contaminados. La ex ministra Felisa Miceli ya fue citada a rendir indagatoria. También le han ofrecido toda la asesoría legal que se necesite de aquí en adelante, ya consumado el despilfarro. Intentarán, y quizá con éxito, dejar a limpia a Hebe.
Las Madres de Plaza de Mayo tienen la constructora de vivienda de interés social más grande de Argentina. Esa era la forma de hacer aquello que sus hijos no pudieron.
Por su parte, las asociaciones de derechos humanos se han desligado de las Madres. Entre el desconcierto y la indignación, hacen lo posible por sortear este duro golpe a su trabajo, que llevan a cabo con tanta valentía y esfuerzo desde hace décadas.
Lea también http://www.kienyke.com/2011/04/03/el-lado-oscuro-de-las-madres-y-abuelas-de-la-plaza-de-mayo/


