Humberto Coral, una víctima olvidada de Pablo Escobar

Lun, 11/06/2012 - 15:30
-Negra, quiero estar en calma. Ya hice lo que tenía que hacer, me quiero dedicar a mi familia –dijo el mayor Humberto Coral a su esposa, Luz Mery Garrido, a través del teléfono.

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-Negra, quiero estar en calma. Ya hice lo que tenía que hacer, me quiero dedicar a mi familia –dijo el mayor Humberto Coral a su esposa, Luz Mery Garrido, a través del teléfono. Habían transcurrido cuatro meses y unos pocos días del ingreso de Coral al Bloque de Búsqueda, la unidad de operaciones que dio de baja al narcotraficante Pablo Escobar. Antes de colgar el teléfono, Humberto le dijo a su esposa: “hasta mañana, mi amor. Por favor, ora mucho por mí”. Era la noche del 22 de abril. Luz Mery había tomado de la mano a sus hijos, Humberto y Jennifer, para llamar desde un teléfono público situado a tres cuadras de su casa en Ibagué. Era la única manera de comunicarse con su esposo, quien se encontraba en Medellín. Aquel día, Coral habló con su esposa e hijos durante dos horas. A su hijo Humberto, como siempre, le dijo que cuidara de las mujeres de la casa. A Mery le recordó que le había enviado una encomienda con una biblia, una enciclopedia para los niños y una sorpresa para ella: un disco de Eros Ramazzotti. Pocas horas después de haberse comunicado por última vez con su familia, el mayor Coral fue asesinado.  Era un blanco de la Operación Venganza, un plan para acabar con la vida de los oficiales que integraron el Bloque de Búsqueda y dieron de baja a Escobar. Su nombre, al igual que el de más de 50 mil víctimas de Escobar, quedaría en el olvido. Mayor Humberto CoralEl mayor Coral integró el Bloque de Búsqueda, que dio de baja a Pablo Escobar. A los 31 años, el mayor Humberto Coral, tenía la cabeza cubierta de canas. Tal vez por los 15 intensos años que sirvió en la Policía Nacional. Coral se vinculó muy joven a la institución por influencia de su papá, quien también vistió el uniforme verde oliva. Estuvo más de nueve años en zonas rojas del país. Pasó por el Comando de Operaciones Especiales, el Cuerpo Especial Armado, la Unidad Anti Secuestros y Extorsión (Unase) de Medellín y el Bloque de Búsqueda. Entre las distinciones que le otorgaron por su desempeño se cuentan la Medalla Ayacucho, la Cruz al Orden Público, un diploma de la DEA por su lucha contra el narcotráfico y la Cruz al Mérito Policial. Sin embargo, la batalla más grande no fue la suya, sino la que tuvo que enfrentar su familia. Luego de 18 años de haber perdido a su papá, Humberto Coral Garrido quiere que los colombianos recuerden la historia de las víctimas de Pablo Escobar. A través del teléfono y con pocos recuerdos, Humberto reconstruye el retrato del hombre que le dio la vida y habla de los sufrimientos que tuvo que vivir por su ausencia. Humberto tiene en su casa un pequeño altar donde conserva algunas pertenencias del mayor Coral. Atesora recortes de periódico, fotografías, uniformes, gorras y algunas medallas. También tiene más de cien telegramas y algunos escritos que su papá enviaba desde la distancia. Y siempre lleva en la billetera el grado de Mayor y el Escudo de la Policía que usó su papá. Entre todas aquellas pistas que le ayudan a conocerlo, hay una pequeña nota que lo conmueve de manera especial. Mayor Humberto Cartal helicopteroEl mayor Humberto Coral estuvo vinculado a la Policía Nacional por más de 12 años. Años antes de morir, Coral les escribió a sus hijos el siguiente mensaje: “hijos míos: sé que soy el peor papá del mundo y que nunca he estado a su lado cuando me han necesitado. Pero espero que para el otro año tenga mejor suerte y Dios me perdone mis pecados”. A los 9 años, Humberto, su hermana y mamá vieron por última vez al mayor Coral. Era marzo de 1994. Su papá había viajado a Ibagué a pasar unos días de vacaciones que le concedieron luego de la baja de Pablo Escobar. La familia reunida comenzó a planear el futuro. El mayor Coral le prometió a su esposa Luz Mery –a quien conoció de 15 años– que pasarían más tiempo juntos. Pero el añorado momento familiar se interrumpió por una llamada. El mayor Coral tenía que suspender sus vacaciones y retornar a Medellín para hacer un reemplazo. Sin dudarlo y con el compromiso que siempre tuvo con su trabajo, empacó su maleta y tomó un avión al Aeropuerto Perales de Ibagué. Llevó a su familia para que lo despidiera. Humberto recuerda que su papá se despidió de manera amorosa, como siempre. Antes de subirse al avión, el mayor Coral miró a  su familia, levantó su mano y se despidió para siempre. Le quedaba un mes de vida. Pablo escobar tejadoEl narcotraficante Pablo Escobar dejó más de 50 mil víctimas en el país. Días después de que el Bloque de Búsqueda diera de baja a Escobar, el mayor Humberto Coral fue llevado a Bogotá para una condecoración junto a sus compañeros. Teresa Huertas, una abogada que se dio a la tarea de escudriñar su caso y fue para el mayor una suerte de segunda mamá, cuenta que el grupo de hombres, entre ellos Coral, aparecieron en la televisión recibiendo una medalla de oro que, luego del show mediático, les fue retirada. Después de aquel reconocimiento, Coral retornó a Medellín. A su llegada notó que su vida estaba amenazada y pidió su traslado. Así lo evidencia una carta con fecha del 19 de enero de 1994. En un pequeño párrafo, Coral solicitó que se estudiara la posibilidad de que fuera llevado a la División Cuerpo Especial Armado del departamento de Policía del Atlántico. También especificó tres motivos para hacer aquella solicitud. Sin embargo, no habló de su seguridad personal. El traslado no le fue concedido y Coral permaneció los primeros meses de aquel año en la Escuela de Policía. Según Teresa Huertas, el asesinato de Coral se ejecutó a través de una agente de policía, quien esa noche lo invitó a salir en compañía de dos personas más. Huertas asegura que se aprovecharon de la debilidad de Coral por las mujeres para que éste saliera del lugar. Mayor Humberto CartalAunque el mayor Coral solicitó su traslado este nunca le fue concedido.  El grupo pasó parte de la noche en un lugar llamado Chócolo. Al salir de allí, Humberto llevó a la mujer que lo acompañaba a su casa. Pero una cuadra antes de llegar, el carro que conducía fue rodeado por varios hombres armados. Recibió tres tiros en la cabeza. Uno de ellos entró por el lado derecho del cuello, lo cual permite presumir que el copiloto del carro, su acompañante, le disparó desde ese costado . En principio, la Policía dijo que Humberto había perdido la vida cuando intentaban robarle el carro en que se movilizaba. Sin embargo, Teresa presentó un recurso de reposición diciendo que no había muerto por ese hecho, sino por su participación en el operativo contra Pablo Escobar. La Policía revocó su decisión. Luego de su muerte, Coral fue ascendido a mayor y se reconoció la pensión a sus cuatro hijos. Pero su familia fue olvidada por el Estado. Hoy, Humberto Coral Garrido, clama porque las víctimas de Pablo Escobar no queden en el olvido.
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