¿Les gustaría a los del Chicó Sur vivir en el Chicó del norte?

Mié, 12/11/2014 - 13:45
“Si me regalan una casa en el Chicó (cerca al Parque de la 93 de Bogotá) la acepto. Pero no viviría ahí, la vendería”, dice Óscar Peláez, residente del barrio popular El Chicó Sur, ubicado
“Si me regalan una casa en el Chicó (cerca al Parque de la 93 de Bogotá) la acepto. Pero no viviría ahí, la vendería”, dice Óscar Peláez, residente del barrio popular El Chicó Sur, ubicado en la localidad de Usme, al suroriente de Bogotá. El alcalde capitalino, Gustavo Petro, propuso construir viviendas de interés prioritario (VIP) para población víctima de la violencia en un exclusivo sector al norte de Bogotá, donde se encuentra el exclusivo barrio El Chicó, ubicado al norte de la ciudad. Lea también: Así es la vida en El Caracolí, uno de los barrios más peligrosos de Bogotá Peláez, de 33 años, vive hace 25 años en el “Chicó pobre”, como él lo llama, una zona de unos 12.000 habitantes. Dice que allí cuenta con mayores opciones de educación y alimentación de las que podría tener si viviera en el “Chicó rico”, como suele nombrarlo. KienyKe.com consultó con otros habitantes de ese sector sobre la controvertida propuesta de la administración distrital. En general, coinciden en que se postularían para recibir la vivienda, pero no están seguros de querer vivir en los apartamentos asignados. “¿Cuánto nos puede costar hacer mercado, comprar el desayuno y el transporte?”, dijo el mecánico Manuel Rengifo, de 44 años,  residente del Chicó Sur. Lo que ignoran los habitantes del Chicó Sur es que las viviendas que les asignarían no se pueden comercializar. Durante los próximos 10 años, después de la entrega, esas casas no podrán ser arrendadas o vendidas. En caso de venta, el distrito será el primero que tenga la opción de compra. El punto que más les preocupa a los futuros vecinos del Chicó norte es el costo de vida que tendrían en ese sector. Solo cuenta con reconocidos y exclusivos almacenes de cadena - Carulla y Olímpica, entre otros-, donde el precio de la canasta familiar es alto. “Aquí una bolsa de leche me cuesta $1.300 pesos. ¿Cuánto me podría costar allá?”, se pregunta Mariela Márquez, madre de dos niños, de siete y nueve años. “Allá no creo que haya tiendas de barrio donde nos fíen”, sentencia. Uno de los objetivos de la administración distrital es disminuir la segregación social y la desigualdad en la ciudad. “Con estos proyectos queremos demostrar que sí es posible que convivan las víctimas del conflicto armado con el resto de la comunidad”, dijo Nicolás Corso, gerente de Metrovivienda, cuando dio a conocer la construcción de 372 viviendas de interés prioritario, 256 apartamentos y 2.256 metros cuadrados de áreas comerciales en los exclusivos barrios El Chicó, Santa Bárbara y El Lago. Chico surChicó del Sur, al suroriente de Bogotá.  En este sentido el alcalde Gustavo Petro Urrego sostuvo “Como les duele a muchas que los pobres vivan en un buen sector. Como si fueran animales, como si fueran inferiores, como si no fueran humanos", escribió Petro en su cuenta de Twitter luego de la polémica que se produjo por el anuncio de las construcciones. Los posibles aspirantes a las viviendas cuentan que en los sectores populares también se percibe la segregación. “Cuando llegué de Chocó, nos tocó vivir en un barrio de invasión (en Usme). Las personas desconfiaban de nosotros. Allá también nos pasará lo mismo y hasta más notorio, así nos entreguen lindos apartamentos”, advierte Mariela, quien sobrevive con un salario mínimo como empleada de aseo. “¿Dónde estudiarán mis hijos?” Expertos dicen que aunque por los primeros diez años los ocupantes de las viviendas de interés prioritario pagarán el costo de los servicios públicos fijados para el estrato uno, es posible que en el futuro una administración distrital o el alcalde decida que esas viviendas sean de otro estrato. Sumado a esto, los habitantes del Chicó Sur se preguntan dónde estudiarán sus hijos. La localidad de Usme, donde se encuentra El Chicó del Sur, cuenta con 53 colegios distritales, según la Secretaría de Educación de Bogotá, el número suficiente para satisfacer la demanda de una población de más de 700 mil habitantes. En la localidad de Chapinero, a la que pertenece el otro Chicó, hay 37 colegios, según la misma fuente. La mayoría de los colegios del distrito están ubicados a más de 40 cuadras de distancia del posible lugar de construcción de las VIP. “Aquí podemos llevar a los niños a estudiar a pie. No sabemos si  haya colegios públicos” en el Chico del norte, sostiene la mujer. Las ventajas Tanto Mariela, Óscar y Manuel coinciden en que la ubicación de las viviendas VIP es algo positivo. Es un lugar central y queda cerca de algunos de sus trabajos. “A veces gasto hasta dos horas y media en llegar a mi trabajo”, dice Mariela, que trabaja en un edificio en la calle 85, cerca a donde podría vivir si fuera elegida para los subsidios. “Si fuera beneficiada con una de esas casas, sería una bendición porque no tengo casa propia, pero preferiría que fuera en otro lugar. Allá nos mirarían como mosco en leche”, sentencia la mujer.
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