Angel Herbert, de 25 años, no debe quedar embarazada, De lo contrario podría morir en el parto. Tiene una anomalía en el corazón y aunque corría un riesgo si quedaba encinta, soñaba con ser madre. Herbert, junto a su marido, buscaba la forma de poder tener un hijo sin correr riesgos, fue cuando Linda Sirois, madre de Angel, le propuso prestar el vientre para hacer feliz a la pareja.
Durante meses buscaron clínicas que hicieran el procedimiento. La mayoría rechazaban la idea de que la abuela alquilara el vientre, pero finalmente la clínica Reproductive Science en Massachusset accedió al ver las ansias de Angel en tener un hijo.
Los especialistas tomaron muestras de la pareja (semen y óvulos) y los implantaron en el cuerpo Linda. Durante nueve meses la abuela cargó a su propio nieto. La mujer de 49 años ya había tenido cuatro hijos y, a pesar de la edad, los médicos vieron que el embarazo no generaba complicaciones.
Angel Herbert tiene una anomalía en el corazón que la ponía en riesgo de morir en el parto.
A mediados de agosto nació el bebé. Angel y su esposo, Brian, de 29 años, están disfrutando de la paternidad. La abuela que prestó el vientre dijo que había sido el parto más fácil y se siente orgullosa de haberle dado el mejor regalo a su hija: convertirla en madre.
