Un hombre con camiseta de la Selección Colombia se acerca a dos mujeres japonesas para grabarlas, aunque ellas no entienden español, comprenden que él les pide repetir sus palabras y ellas acceden con ingenuidad. En su ignorancia del lenguaje, el hombre les hace decir: "Yo soy perra, bien perra, más puta pa' donde".
Según las respuestas del autor del video, Guillermo Morales, él envió el registro a sus amigos para hacerlos reír, pero ellos determinaron publicarlo y rápidamente las voces de rechazo llenaron las redes sociales.
Los videos fueron abundantes en todas las plataformas virtuales durante el martes 19 de junio hasta provocar la reacción de entidades oficiales. Morales, quien filmó el video insultado a las mujeres japonesas, ya ofreció disculpas públicas en entrevistas con medios de comunicación nacionales.
Según él, todo fue producto de una broma de amigos y la "calentura del momento". Dijo que nunca fue su intención ofender a la cultura japonesa ni a las mujeres ya que tiene "hijas y esposa", y que espera que el hecho no trascienda sobre los problemas más relevantes del país.
Pero como otra fiesta del agravio nacional, surgió otro video que despertó la indignación de los colombianos. En este aparecía un grupo de hinchas que anunciaba la burla a la seguridad rusa, al ingresar licor en el compartimento de unos binoculares al estadio de Mordovia, donde la Selección Colombia se enfrentó con el equipo japonés. El grupo de hinchas celebró la hazaña y le atribuyeron la ocurrencia al "ingenio paisa".
https://twitter.com/CancilleriaCol/status/1009154789068955648
Una broma de graves consecuencias. La Cancillería del país aseguró que coordinará con las autoridades rusas para determinar las sanciones y solicitó a todos los colombianos en Rusia que celebren y disfruten el Mundial de Fútbol en el marco del respeto. Pero la aerolínea Avianca fue mucho más lejos, le canceló el contrato a uno de los hombres que ingresó licor al estadio por considerar que sus acciones van en contra de los principios y valores de la compañía.
La paja en ojo ajeno
Fuera del contexto internacional y más allá de la polémica, ¿cuándo han cancelado el contrato a un hincha de un equipo local por ingresar licor a los estadios del país?, ¿cuándo han rechazado el ingreso de comida a un cine?, comportamientos que también están prohibidos, pero que no han tenido la magnitud que los recientes videos provocaron desde Rusia."Uno podría pensar que la actuación de los hinchas colombianos está causando una vergüenza en el extranjero, una vergüenza a la identidad nacional, la pregunta es ¿nos preocupan estos comportamientos cuando lo hacemos fuera de Colombia, pero no cuando muchos de estos también los hacemos en nuestro contexto?", se pregunta el profesor de sociología de la Universidad Nacional, John Alexander Castro, en diálogo con KienyKe.com.El experto plantea que la polémica y el rechazo a los videos difundidos levantó los ánimos de los colombianos por haber ocurrido en Rusia y no por el hecho en sí mismo. Si esto hubiese ocurrido al interior de Colombia, la polémica habría sido nula o menor. Es decir que se producen este tipo de reacciones porque cuando se realizan en Colombia no tienen consecuencia. [single-related post_id="894109"] "Es una cuestión fundamental: que nosotros no tenemos un reconocimiento por las leyes, tal vez porque nos sentimos oprimidos por estas, buscamos torcerlas. Estamos bastante confundidos respecto a qué es lo que debemos obedecer y qué es lo que no. Aceptamos la norma no por legitimidad sino por miedo", afirma Castro. De hecho, los colombianos se sorprendieron al ver a los japoneses recoger la basura que quedó en el estadio tras el encuentro deportivo. Según el sociólogo, la sorpresa es porque los colombianos no sienten la obligación de hacerlo, creen que es un problema ajeno a ellos, mientras que los japoneses entienden que son parte de ese problema. "Tenemos una línea bastante ambigua entre lo legal y lo ilegal y muchos de esos comportamientos los normalizamos. Para nosotros es normal que se roben los recursos públicos, pero no lo que hicieron en Rusia. Si yo voy conduciendo y veo el semáforo en amarillo, en cualquier parte del mundo es una señal de reducir la velocidad, en Colombia el amarillo sirve para aumentarla. Somos anómicos a menos que nos castiguen de una forma radical", dice el sociólogo. https://twitter.com/Bogota/status/1009186024101240834 Por eso causa extrañeza que se condenen los comportamientos de los personajes en el exterior. Tal es el caso de los hinchas durante la celebración del cumpleaños de Millonarios que destruyeron algunos bienes públicos del centro de la ciudad, pero no generó el mismo rechazo a través de redes sociales. "Esto hace preguntar qué es lo que está pasando en nuestra idiosincrasia para que nosotros no respetemos al otro, ya sea el otro colombiano, o al otro por el simple hecho de ser otro, independientemente de su nacionalidad", concluye el sociólogo Castro.