La boda más importante del año está a menos de dos meses y medio de ser una realidad. Meghan Markle y el príncipe Harry se casarán en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, en el condado de Berkshire, Reino Unido. Sin duda alguna, será el evento más mediático y popular de todos los tiempos.
Sin embargo, cuando Markle aceptó el compromiso, en teoría, también aceptó una serie de reglas a seguir. Cuestiones básicas de protocolo establecidos por la realeza.
[single-related post_id="826463"]
KienyKe.com ahondó en el tema y trae las reglas protocolarias que se deben seguir y qué comportamiento debería tomar la pareja real a la hora de tener presencia en público.
Esta regla empezó a aplicarse cuando en 1952 la Reina Isabel recibió una infortunada noticia. La muerte del Rey George VI y no llevaba en su equipaje una prenda adecuada de color negro.
Como en cualquier familia, también debe pedirse permiso. Según el Acta de Matrimonios Reales de 1772, en caso de querer contraer matrimonio, si pertenecen a las seis primeras de sucesión, se debe pedir permiso a la Reina para casarse. Isabel está en todo el derecho de negar la unión.
Claro, en un par de veces ha dicho que no. El más recordado fue cuando la Princesa Margarita, su hermana, tuvo el infortunio de que le dijera no a su amor con un hombre divorciado. No era bien visto por el pueblo. La realeza quedaba mal. Apropósito de este punto, Meghan, la futura esposa real, es una mujer separada.
Al tema de los permisos también se suman los aspectos de seguridad. Ni heredero, ni sucesor pueden volar juntos.
Los autógrafos son y serán siempre rechazados para evitar que falsifiquen la firma de algún miembro de la realeza. La familia real solo escribirá su nombre en documentos oficiales. Sin embargo, hay excepciones. El príncipe Harry rompió hace un tiempo esta regla al escribir con su puño y letra una carta a la esposa enferma de uno de los excompetidores de los juegos adaptados, Invictus Games. Competencia creada por él.
El parlamento británico dicta que "aunque no hay una ley que lo prohíba, se considera inconstitucional que un monarca vote durante las elecciones”. Esto quiere decir que ningún miembro de la realeza debe tener inclinaciones políticas y tampoco ocupar cargos de este tipo.
No se le dice a la Reina “encantado de conocerla”. Ella sabe que es así.Antes, de empezar, cabe resaltar que hace uno días Meghan Markle rompió el protocolo que establece que todas las mujeres de la realeza deben llevar un bolso de mano o clutch. Markle fue captada con un accesorio que no estaba permitido por la realeza. Una cartera de correa.
Los besos y abrazos no son bien vistos. De hecho ninguna muestra de cariño debido a que estar en público significa trabajo y se debe respetar la corona. El único momento en el que podrían estar un poco "más relajados" es en los eventos deportivos. O a caso, ¿cuándo se ha visto que la Reina Isabel y el Príncipe Felipe tengan este tipo de comportamientos? Nunca. A pesar de estar juntos por más de 71 años respetan el protocolo. Las mujeres que hacen parte de la realeza nunca posarán con las piernas cruzadas. Simplemente no es una postura de princesa. Las rodillas y tobillos deben estar siempre unidos. Las hace ver elegantes y sus piernas lucirán más largas en las fotografías. Tampoco pueden olvidar llevar un traje negro en su equipaje, pues nunca se sabe cuándo tengan que mostrar sus condolencias.Meghan Markle's Purse Just Broke With Royal Tradition in a Major Symbolic Way - There's a reason Kate Middleton always carries a clutch. https://t.co/nB1WzgwdnE
— 35+Lifestyle (@35Lifestyle) 14 de febrero de 2018
Esta regla empezó a aplicarse cuando en 1952 la Reina Isabel recibió una infortunada noticia. La muerte del Rey George VI y no llevaba en su equipaje una prenda adecuada de color negro.
Como en cualquier familia, también debe pedirse permiso. Según el Acta de Matrimonios Reales de 1772, en caso de querer contraer matrimonio, si pertenecen a las seis primeras de sucesión, se debe pedir permiso a la Reina para casarse. Isabel está en todo el derecho de negar la unión.
Claro, en un par de veces ha dicho que no. El más recordado fue cuando la Princesa Margarita, su hermana, tuvo el infortunio de que le dijera no a su amor con un hombre divorciado. No era bien visto por el pueblo. La realeza quedaba mal. Apropósito de este punto, Meghan, la futura esposa real, es una mujer separada.
Al tema de los permisos también se suman los aspectos de seguridad. Ni heredero, ni sucesor pueden volar juntos.
Lo mismo pasa con el presidente y vicepresidente.De esta manera, la linea de sucesión puede mantenerse intacta. Si el príncipe Harry quisiera volar en el mismo helicóptero con su progenitor, deberá pedir permiso a Isabel II. Por otro lado, si bien ver a la Reina es todo un acontecimiento, lo mejor será no tratar de tomarse selfies como si se tratara de Messi o LeBron. El príncipe Harry, cero amigo de las fotos, considera que es un acto de mala educación debido a que la gente se fija más en el encuadre de la fotografía y no de un encuentro de frente, en persona.
Los autógrafos son y serán siempre rechazados para evitar que falsifiquen la firma de algún miembro de la realeza. La familia real solo escribirá su nombre en documentos oficiales. Sin embargo, hay excepciones. El príncipe Harry rompió hace un tiempo esta regla al escribir con su puño y letra una carta a la esposa enferma de uno de los excompetidores de los juegos adaptados, Invictus Games. Competencia creada por él.
El parlamento británico dicta que "aunque no hay una ley que lo prohíba, se considera inconstitucional que un monarca vote durante las elecciones”. Esto quiere decir que ningún miembro de la realeza debe tener inclinaciones políticas y tampoco ocupar cargos de este tipo.
Isabel II está al tanto de la situación política del reino y del planeta.¿Qué hay de las festividades. De la navidad y las vacaciones de fin de año? No todos están invitados a pasar festividades con la realeza. Solo quienes estén comprometidos o casados pueden ingresar y ser parte del banquete. Sin embargo, esto no fue impedimento para que el príncipe Harry invitara a Meghan a la pasada cena de navidad, quebrantando una vez más el protocolo. Romper la reglas de la realeza no pasará a mayores, solo traerá titulares de prensa. Es la carnada perfecta para que los medios especializados en chismes reales piquen el anzuelo e inicie un frenesí mediático, que en teoría, es insignificante.
