‘Pa’ quererte’: ¿contra el derecho a ser mamá por elección?

Jue, 18/03/2021 - 13:05
La telenovela muestra a 'Juliana', una adolescente de carácter errático que no está lista para ser madre pero fue forzada a conservar a un hijo no deseado. Kienyke.com recogió diversas opiniones para analizar el mensaje que reciben las audiencias.

En una de las tramas de la telenovela Pa’ quererte, producida por el Canal RCN y presentada todos los días a las 8 de la noche, se cuenta la situación de Juliana, una adolescente que enfrenta un embarazo no deseado y el abandono de su madre y su pareja, más la presión de su padre para “hacerse cargo de las consecuencias de sus acciones” —es decir, criar a un hijo no deseado sin recursos ni la posibilidad de contemplar otras alternativas—.

Analizar las situaciones que se presentan en una obra de ficción puede parecer una decisión banal por parte de una casa periodística, excepto porque está comprobado por diversos estudios que los personajes ficticios sí pueden influenciar la personalidad y la toma de decisiones de las audiencias. Es decir, algunos padres de familia podrían considerar que es una buena idea presionar a sus hijos a ir en contra de su voluntad para seguir adelante con un proceso de embarazo y crianza.

Tras considerar que vale la pena iniciar estos debates para educar a las audiencias, Kienyke.com presenta un análisis sobre la situación presentada en esta popular telenovela del prime time colombiano, acompañado por voces autorizadas en el tema.

El drama de Juliana

Pa’ quererte es una adaptación colombiana de la serie mexicana Papá a toda madre. La trama se centra en cuatro hombres con personalidades diferentes, así como sus roles de padres de hijos con distintas edades.

El personaje de Jorge Morales -interpretado por Manuel Sarmiento-, uno de esos cuatro padres, es descrito en el portal del canal como “honesto, decente, recatado, digno, decoroso, excelente padre, gran marido, el mejor de los amigos, el más comprometido de los ciudadanos y el más ejemplar de los abogados”.

Juliana Morales -interpretada por la joven actriz Camila Jurado- es la hija adolescente de Jorge. Ambos tienen que enfrentar juntos la desaparición de Catalina, la esposa y madre del hogar -interpretada por Diana Wiswell-, quien se fuga del hogar porque Jorge es demasiado correcto para pasar por alto un crimen cometido por ella.

El drama se complica más porque Juliana quedó en embarazo a pesar de haber tenido relaciones con protección. Para colmo, su novio huyó al exterior para no hacerse cargo. Al notar que sería muy difícil para ella ser madre soltera y disfrutar su etapa juvenil al mismo tiempo, tomó la decisión de entregar a su bebé en adopción.

Sin embargo, Jorge no estuvo de acuerdo. Impidió que Juliana contactara a un servicio de adopciones, la forzó a llevársela a su casa y hasta eligió su nombre sin consultarle: Esperanza. Pasó por encima de su decisión de no tocar o amamantar a su bebé, acciones que hacen más sencillo el desapego de un proceso de adopción, y a veces la obligaba a quedarse a solas con Esperanza para que tuviera que cuidarla y desarrollara algún vínculo con ella. Este comportamiento es aprobado por el resto de personajes.

Cuando ella lo confrontó sobre su malestar, él mencionó que ella debía aceptar la maternidad de su bebé como una forma de “asumir las consecuencias” de sus acciones. 

Como ella decidió que definitivamente no estaba lista para ser madre, la decisión de su padre fue sacarla de la casa y quedarse con la bebé. Hay que anotar en este punto que, pese al embarazo, el personaje aún es menor de edad y está en edad escolar.

En este punto de la historia, que aún no termina de emitirse en el horario prime-time, Juliana está buscando posada de casa en casa. Entre tanto, la serie muestra el sufrimiento de Jorge: está quebrado, sobrecalificado y debe trabajar en un spa canino para llegar a fin de mes con su nieta, quien ya le saboteó una entrevista laboral en una prestigiosa firma de abogados.

El mal santo

La telenovela está recreada en la Bogotá de 2019 -sus personajes nunca usaron tapabocas- y buena parte de su contenido de valor es mostrar historias en las que los televidentes se pueden ver reflejados, contrario a una novela biográfica, cómica o temática. Ese fue el secreto para posicionarse en los primeros lugares de audiencia hasta la llegada de Desafío The Box, la competencia directa en horario.

Además, la mayoría de los personajes fueron construidos con bases humanas: tienen virtudes, defectos e historias de vida complejas por cuenta de buenas o malas decisiones. La construcción de Jorge es diferente: es posicionado como alguien a quien le ocurren cosas a pesar de obrar bien. Su mujer lo engaña y abandona, su hija no lo respeta, su nieta es demasiado pequeña para ser de ayuda, los empleadores no lo contratan y sus amigos lo consideran un santo.

Al ser Jorge un personaje que representa la bondad y la entereza, resulta sencillo que los espectadores sientan empatía por él y por sus demostraciones de valores. Por ese motivo, algunos de ellos comparten en redes sociales sus opiniones en contra de Juliana, un personaje que aparentemente se niega a madurar, escapa a sus responsabilidades y no valora la generosidad de su padre. 

La propia actriz Camila Jurado, quien en la vida real tiene posturas feministas y animalistas,  ha leído los comentarios que los internautas emiten sobre Juliana y opinó sobre la historia de su personaje a través de un video de Instagram. A esa publicación le puso el título “¿Eso le pasa por abrir las piernas?”.

“Para nosotros, desde afuera, es muy fácil juzgar. [...] No, no todas las mujeres ni todas las personas tenemos el instinto o tenemos esas ganas profundas de ser mamá o papá. Acá no estoy hablando de las decisiones que uno puede tomar o de las cosas que se pueden hacer. Simplemente estoy abriendo poquito la conversación a ser un poco más empáticos como pasa con el resto de cosas”, dijo la actriz.

Además, según el mismo video, a ella le preocupa que las personas juzguen de la misma forma a quienes realmente viven la situación de un embarazo no deseado o una depresión posparto. “Si nos empezamos a dar cuenta que tenemos este tipo de comentarios, así sea con personajes ficticios o con situaciones ficticias, tal vez podemos ver un poco de estas cosas en nuestro día a día y en nuestra cotidianidad que podríamos cambiar para no ser esa piedrita en el zapato para otras personas que están pasando por un momento difícil”.

¿Madre por obligación?

Camila Jurado no es la única preocupada por la recepción del personaje de Juliana en Pa’ quererte. Kienyke.com habló con Ana*, una mujer que dio a su bebé en adopción hace seis años tras haber dado a luz a la edad de 17 años. Según ella, es peligroso que a las niñas y a sus padres se les muestre la posibilidad de la adopción como un abandono o un regalo.

“Quiero una familia, sí, pero ese no era el momento para tenerla. Estudié en un colegio de monjitas y me dieron la espalda cuando se enteraron de que iba a tener la bebé. Mi propia familia me dijo que no, que qué pena. Abortar me daba mucho miedo también por todo lo que le dicen a uno: que es pecado, que después no puedes tener más hijos, todo eso. Pero yo sabía que no, que en ese momento no”, confiesa.

Cuando se le pregunta si se arrepiente de dar a su hija en adopción, dice que no. Está a punto de terminar la carrera de enfermería con mucho esfuerzo mientras su hija crece con una familia que la adora. “Además, [los del centro de adopciones] me dieron casa cuando no tenía”, señala.

Jimena* es abogada especializada en gestión pública. Recientemente se casó y espera tener hijos con su esposo, aunque se sometió a un aborto hace unos años tras quedar en embarazo de su pareja anterior. En su opinión, ni ella ni la relación estaban en un punto adecuado para recibir a un hijo. “Mi carrera iba mal y yo me sentía mal. Era una carga adicional. Yo no podía con tanto”, dice.

Ana y Jimena se unen al 95% de mujeres que no se arrepienten de no haber asumido una crianza indeseada, de acuerdo con cifras de un estudio publicado por la Universidad de California San Francisco en 2020. 

Además, de acuerdo con la psicóloga infantil Juliana Fonseca, ejercer presión en una niña o adolescente para seguir adelante con un embarazo o crianza no deseada puede hacer que ella busque salidas radicales y perjudiciales.

“Los adolescentes son personas que, a pesar de que corporalmente ya tienen la apariencia de un adulto, psicológicamente no razonan como tal. Tienen problemas para el control de sus impulsos, para ver consecuencias a largo plazo de sus comportamientos y suelen buscar soluciones rápidas definitivas; eso los pone en un riesgo mayor. Entonces, el acercamiento debe ser tratando de darles un espacio para que ellos escuchen, para que se sientan escuchados, para que para que puedan tomar una decisión con plena libertad”, asegura la experta.

Según Fonseca, forzar a una adolescente a maternar tiene consecuencias para el desarrollo del niño y de su madre, que por su edad sigue en crecimiento y es sujeto de protección. Además de la obligación de criar con los recursos económicos de un adolescente, que son pocos, puede crear resentimientos difíciles de reconciliar. También añade que un hijo producto de un embarazo adolescente tiene más riesgo de ser padre adolescente, lo cual perpetúa una cadena de sufrimiento.

“Puede traer sentimientos de rechazo al bebé, de culpa hacia sí misma, de rabia hacia el entorno que no ha sabido protegerla y apoyarla. Todos estos sentimientos perfectamente pueden redundar en trastornos psicológicos de todo tipo: que haya relaciones muy tensas entre la mamá y su bebé, que haya violencia porque hay menor capacidad de control de las emociones. Esa mamá seguramente lo va a ver como un obstáculo o va a sentirse culpable o enojada por esta decisión a la que fue obligada”, señala.

A la psicóloga también le parece una mala idea la postura que asume el padre ejemplar de Pa’ quererte: considera que forzar una crianza para “asumir las consecuencias” es un gesto poco empático, poco razonable y un error motivado por la incapacidad de los padres para pensar por encima de sus propias emociones.

“Eso es ridículo; es como permitir que nuestros hijos metan los dedos en un enchufe para para que asuman las consecuencias de sus actos. Lo mejor que podemos hacer es evitar que nuestros hijos pasen por esa situación, así hayan cometido un error. Es más fácil remediar un error en el presente que seguir generando una cadena de errores que se van a prolongar en la siguiente generación. Hay que pensar con cabeza fría sobre qué es lo mejor, más allá de lo que están sintiendo, de la frustración, del dolor y la rabia que tienen cuando los hijos atraviesan estas situaciones”, aseguró la experta.

A propósito, Juliana Fonseca también compartió con este medio una recomendación para las audiencias y los creadores de contenido: estos mensajes deben ser tomados con pinzas, especialmente cuando vienen de personajes con un perfil justo que son puestos en un contexto demasiado parecido a la realidad.

“Como este personaje ha sido un modelo a seguir, genera un sesgo cognitivo que se llama efecto halo. Los creadores de contenido deberían tener un poco más de conocimientos sobre estas características de la cognición humana, sobre los riesgos que que hay en el razonamiento, porque al dar el mensaje de que este personaje es el más equilibrado y está tomando una excelente decisión, se puede volver un modelo a seguir para para el que puede estar en esa situación”, concluyó.

¿Qué hacer?

Si usted o un familiar se encuentran en una situación similar, la psicóloga recomienda que se consideren las tres opciones —crianza, entrega en adopción o interrupción del embarazo—, que se escuche la voluntad de la adolescente y se tengan en cuenta sus circunstancias reales. De esa manera se puede llegar a una decisión informada y responsable.

*Nombres cambiados para conservar la privacidad de la fuente.

Creado Por
Erika Mesa Díaz
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