Temida por todos y sin temer a nadie, es una de las formas en las que se podría describir a Griselda Blanco, una narcotraficante colombiana que, al llegar a Estados Unidos, se hizo cargo de uno de los imperios de narcotráfico más poderosos de la época.
‘La Viuda Negra’, apodo que se ganó Ana Griselda Blanco por asesinar a varios de sus maridos, fue líder de una organización ilegal que se encargaba de traficar y repartir estupefacientes por territorio estadounidense. No obstante, esta historia de éxito económico y derroche de poder, tuvo un inicio humilde en Colombia.
Blanco nació en Cartagena en 1943, dentro de un hogar con duras situaciones económicas, que la obligaron a buscar diferentes métodos para salir de la pobreza. La solución no tardó en llegar, pues a los 10 años, tras mudarse a Medellín, inició su vida criminal.
‘La Madrina de la Cocaína’, como también era conocida, decidió secuestrar al hijo de una familia adinerada de la ciudad con el motivo de cobrar un rescate. Lo que no esperaba es que su petición fuera negada. Fue aquí, cuando, por primera vez, quitó una vida humana, pues decidió asesinar al niño de 11 años bajo su poder.
Después de esto, su vida criminal siguió en la capital antioqueña, donde dio los primeros pasos dentro de las temidas instituciones criminales de la época como el cartel de Medellín. Además, comenzó su relación con el capo Pablo Escobar.
Durante este tiempo, además, comenzó a ganarse su apodo de ‘la Viuda Negra’, pues asesino a su primer marido, para darle paso a Alberto Bravo, quien le abriría aún más las puertas a este mundo que buscaba dominar.
En compañía de Bravo, Griselda Blanco creció en el negoció y comenzó a aprender las formas de ser exitosa en el mundo del narcotráfico. Es más, se cree que fue la primera en Colombia que contrató sicarios para deshacerse de sus enemigos.
Con idea de lo que quería lograr hacer, a los 21 años, viajó ilegalmente a Estados Unidos en compañía de su esposo y sus tres hijos. Allí, sin nada estable, comenzó a vender mariguana en las calles de la ciudad de Nueva York.
No obstante, los lazos con los capos de Medellín nunca pararon y, desde Nueva York, comenzó también a vender cocaína que traía directamente desde Colombia para distribuir en Norteamérica.
Tras unos años de operaciones, las autoridades estadounidenses comenzaron a seguirle en paso y, en 1975, se vio obligada a devolverse a Colombia para evitar a ir a la cárcel. En este viaje, Blanco asesinó a su segundo marido por la sospecha que estaría trabajando con sus enemigos.
No obstante, al volver a Estados Unidos y radicarse en Miami, el negocio explotó y ‘La Madrina de la Cocaína’ comenzó a controlar gran parte del tráfico de estupefacientes de Nueva York y Miami.
En esta época, que fue en los principios de los años 80, Griselda logró acumular suficiente capital para convertirse en una de las mujeres más adineradas del mundo, además de una de las narcotraficantes más poderosas.
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Su imperio creció de tal manera que, organizaciones rivales, le ofrecieron una suma de 15 millones de dólares para que dejara de dirigir su operación. No obstante, ganar este respeto en el narcotráfico no fue fácil, pues, al parecer, las personas del medio se negaban a hacer negocios con una mujer.
En este periodo de tiempo, varios hombres sirvieron como cara del negocio, no obstante, después de una crisis migratoria que obligó a miles de cubanos huir a los Estados Unidos, la organización de Griselda ganó fuerza tras contratar a un ejército de 135.000 cubanos para que actuaran como sus sicarios.
En su tiempo de gloria, donde manejaba una red de miles de traficantes, utilizaba talco de bebé, harina de arepa, maletas de doble fondo y ropa de mujer para transportar la droga. Sin embargo, en su máximo esplendor, la mercancía se transportaba en pequeñas avionetas desde el territorio colombiano.
No obstante, como todos los grandes imperios de la droga, luego de disfrutar de casi dos décadas de dominio, todo llegó a su fin luego de que Griselda asesinara a su tercer marido, perdiera a un hijo a manos del cartel de Medellín y fuera capturada por las autoridades bajo el delito de asesinato.
En prisión duró 19 años y, al salir, volvió a Medellín donde supuestamente se retiró del su vida y pasado criminal. No obstante, en el 2012, con casi 70 años y después de manejar un imperio criminal, fue asesinada en una carnicería de la ciudad de la ciudad de la eterna primavera.
