Las historias de personajes y circunstancias que rodearon el éxito y fracaso de la que fuera la más grande y prestigiosa EPS del país, SaludCoop y de su expresidente Carlos Palacino, hoy en la cárcel, han vuelto a ser tema de interés en Colombia como consecuencia de la decisión de reversar la venta de Cafesalud-EPS al consorcio Pretasalud, que le dio vida a Medimás EPS y que tienen en vilo a 4.6 millones de usuarios.
KienyKe.com revive hoy esas historias, la leyenda que rodeó las acciones de Palacino Antía que la llevaron a la intervención de la EPS más grandes del país y dueña de Cafesalud-EPS, así como las versiones de cómo funcionaba y el recuento de su intervención, liquidación y la venta que dio paso a la agonizante Medimás.
Lo que está pasando con esta empresa promotora de servicios de salud contrasta con los 17 años de vida de la antigua EPS-SaludCoop, cuando sus usuarios se sentían satisfechos con la atención que recibían en las consultas y que después de ser considerada un modelo Colombia, terminó por liquidarse como consecuencia de manejos por fuera de la ley de sus directivos.
Para quienes laboraron durante años en esa EPS, el éxito de la operación estaba cimentado en la forma como su presidente, Carlos Palacino, controlaba todo.
En su despacho, cuentan sus más cercanos, tenía pantallas conectadas con las antesalas de los consultorios de Bogotá para controlar que los usuarios no esperaran más de 15 o 20 minutos para ser atendidos, si se sobrepasaba este tiempo se dirigía a los centros y enfurecido hacía que se agilizara el servicio. Para evitar que él viera las salas de espera llenas, los empleados trasladaban a oficinas y consultorios vacíos a los pacientes mientras llegaba su turno.
La larga luna de miel llegó a su fin cuando comenzaron las quejas sobre la forma como Palacino Antía manejaba SaludCoop, pasándose por encima de la ley 100, que modificó el sistema de salud colombiano y que entre otras cosas prohibía la “integración vertical”, que básicamente estableció que las EPS no podían manejar instituciones prestadoras de servicios, más conocidas como IPS, a lo que hizo caso omiso y montó un imperio que bautizó Grupo SaludCoop.
Montó clínicas, laboratorios, centros de rehabilitación, unidades de imágenes diagnósticas, ópticas y muchos servicios más, entre ellos un colegio en Bogotá, el Gimnasio de los Pinos. Entre otras fundó una empresa de confección, Work and Fashion que proveía de uniformes a los empleados del grupo y a los alumnos del centro educativo, Healthfood, servicios de comida para sus clínicas, Serviactiva, Biorescate, Epsipharma, una empresa de vigilancia, Control y Seguridad, un Call Center, Contac Service, Serviactiva cooperativa que proveía empleados y dos cerezas del pastel: las EPS Cruz Blanca y Cafesalud.
Desplome en cadena
SaludCoop nació en 1994 con 2.500 millones de pesos de capital y en 2011 tenía un patrimonio de 439.391 millones de pesos. En solo 16 años multiplicó por 176 veces su capital. Carlos Palacino estaba considerado como uno de los más exitosos ejecutivos del país, ejemplo para las nuevas generaciones, en una década hizo crecer 200 veces el tamaño de la EPS y logró tener más de cuatro millones de usuarios.
Mientras SaludCoop EPS crecía la Superintendencia de Salud revisaba con lupa sus operaciones, pero con un retraso imperdonable. Tres fueron los antecedentes a la intervención en mayo de 2011. El primero fue la orden que le dio la Supersalud de restituir $627.000 millones de pesos utilizados indebidamente para adquirir bienes y activos, con recursos destinados a la prestación de servicios de salud.
El segundo una denuncia del senador Jorge Robledo porque las tres EPS del grupo le generaban mayores costos al Gobierno por sobrefacturación de medicamentos y la tercera la solicitud de la Contraloría General de la República a la Superintendencia de Industria para que definiera la conformación del grupo económico SaludCoop, que tenía el control de 26 clínicas, cooperativas, laboratorios y empresas de salud, sobrepasando lo permitido por la ley.
La Supersalud la intervino a la EPS en mayo de 2011 entre otras razones porque encontró que se giraron más de 8 mil cheques por un valor de 271 mil millones de pesos y no se pagaron, la información financiera enviada por SaludCoop, con corte al 31 diciembre de 2010 era diferente a la encontrada en una visita de inspección realizada por la Supersalud, así mismo se evidenciaron diferencias sobre el reporte de las inversiones por un monto de 5 mil millones de pesos. Encontró también que invirtió recursos de la salud en conjuntos residenciales y turísticos, clubes deportivos y conformó empresas en otros países.
Remedio peor que la enfermedad
La intervención de SaludCoop pasó por muchas etapas antes de que la Supersalud diera la orden de liquidarla, tuvo cuatro los interventores y dos los liquidadores. El grupo era propietario además de las empresas de inmuebles y venderlas resultaba la mejor opción para recuperar liquidez. La esperanza se centraba en una de las torres en el Paralelo 109 en Bogotá y cuatro pisos en otra de ellas, que se pusieron en venta.
El interventor de la época Mauricio Castro Forero, trató de sacar adelante a la EPS y devolvérsela a sus dueños, las cooperativas que la fundaron. Inició negociación con un grupo que deseaba comprar las propiedades, pero la fiscal Sandra Morelli ordenó el embargo de todos los inmuebles, por las deudas fiscales que tenía la EPS. La quiebra era inminente, y no había de donde sacar recursos. Abatido y desilusionado Castro renunció.
Guillermo Grosso su sucesor, después de un par de años, cuando SaludCoop entró en liquidación pasó a Cafesalud. Sus colaboradores y él mismo creían que Cafesalud sería la heredera de la EPS que moría, pero el Supersalud lo removió en medio de un escándalo por irregularidades y manejos indebidos de recursos de la salud.
En un reciente informe la Procuraduría entregó los resultados de una investigación en la que se evidenciaron pagos con recursos de la salud de vuelos charter para viajar a Cartagena a seminarios dictados por un capacitador traído de Canadá, remodelación del todo el piso de oficinas que alguna vez ocupó Palacino, a las que equipó hasta con sillas masajeadoras y pantallas digitales que nunca funcionaron. Las obras se hicieron en un edificio que ni siquiera era de propiedad de SaludCoop.
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La liquidadora de SaludCoop EPS abrió una licitación para vender Cafesalud. El consorcio Prestasalud, el 24 mayo de 2017, solo 3 meses después de haberse conformad, fue seleccionado para la compra, y cambió el nombre de la EPS por el de Medimás.
En un año y cinco meses de funcionamiento tuvo innumerables problemas: medida cautelar del Tribunal de Cundinamarca por Acción Popular interpuesta por el senador Jorge Robledo, medida preventiva de Vigilancia Especial por seis meses, ordenada por la superintendencia, sanción por mas de 600 millones de pesos por “serios incumplimientos en la conformación y el correcto seguimiento a su red de prestadores”, confirmación en segunda instancia de una sanción de a Supersalud por 1.100 millones de pesos por fallas en la prestación de servicios, prorroga por un año de la medida preventiva de Vigilancia y el pasado 3 de octubre la agente liquidadora anunció que revocaba el proceso inicial de venta.
Medimás se vino a menos y sus 4,6 millones de usuarios siguen cargando una cruz que llevan a cuestas desde 2011 cuando comenzó este calvario y necesitan con urgencia "apartar de ellos este cáliz"
