Sofía Petro se ha hecho conocida en los últimos días por impulsar la campaña presidencial de su padre, Gustavo Petro. En esta segunda vuelta presidencial, la hija del líder de izquierda se ha hecho visible para convocar a los jóvenes y a las mujeres a votar por él.
Sin embargo, unas declaraciones suyas no cayeron nada bien en algunos sectores de oposición. Sofía expresó puntualmente ante el medio de comunicación El País que: “No podemos dejar que (Rodolfo) sea presidente. Creo, a mi parecer, que si llegara a ser el caso, podría generar un estallido social mucho peor que el del año pasado”.
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Por esas palabras, fue objeto de insultos y señalamientos. Algunos tomaron sus declaraciones como un llamado al estallido social en caso de que su padre no ganara la presidencia. Sin embargo, tanto ella, como Gustavo Petro salieron a desmentir dicha interpretación.
Votó por primera vez el pasado 29 de mayo, seguramente lo hizo por su padre. Desde ese momento lo acompaña frecuentemente a las entrevistas que realiza y algunas giras por el país.
Sofía nació en Bogotá hace 20 años atrás, creció en el seno de una familia que no tiene una vida normal; no sabe lo que es salir de su casa sin tener un escolta. Su padre como senador desentrañó uno de los oscuros episodios de la historia del país, la relación de los paramilitares con la política.
Tal vez, por eso decidió irse a estudiar a Francia apenas terminó el colegio. Y aunque en su vida estuvo presente siempre la política, antes de generarle un hartazgo decidió estudiar Ciencias Políticas, pero para sentirse libre y sin esa presión social, se decidió por el país europeo.
No se ve participando activamente en política, por lo menos no por ahora. Durante una entrevista para el diario El País de España señala que su vocación está en ayudar a la gente, planteo que, según ella, no está presente en la política colombiana. Incluso, califica al Estado como un monstruo gigante lleno de corrupción.
Actualmente, aprovecha la candidatura de su padre para realizar su proyecto de grado, pero a su vez apoya con decisión los ideales que Gustavo Petro le ha inculcado, aunque ella se diferencia de él en el énfasis feminista de la política. No lo culpa por eso, más bien exalta que está en un proceso de “desconstrucción”, según aseguró en una entrevista para el El País de España.
Se hizo progresista y feminista en Francia, al salir de la burbuja en la que estaba; no solamente la de su casa, sino también la del país. Allí pudo incluso reflexionar sobre algunas vivencias escolares propias y de sus compañeras que en su momento fueron abusos sexuales.
Es por eso que presionó con gran ímpetu para que Francia fuera la formula vicepresidencial de su padre, pero no solo por los adeptos que podría alcanzar, sino también, y pricipalmente, por su capacidad para gestionar desde su experiencia de vida.
“Francia ha vivido en carne propia todas las cosas que realmente hay que cambiar en Colombia. Ningún otro político las conoce como ella”, asegura para El País.
Si su padre llega a ganar la presidencia, su vida no cambiará mucho, según reconoce. Continuará estudiando en Francia, haciendo su propio camino sin beneficiarse del Estado, según ella, esta es una de las prácticas más frecuentes de la corrupción en Colombia.
