En la era actual, los juguetes digitales parecen ganar terreno sobre los analógicos. Esos juguetes con los que jugaba la generación del siglo pasado parecen caducos, sin embargo, a pesar de que ya no cuentan con mucho público, se resisten a desaparecer.
Este 6 de junio se celebra en todo el mundo el día mundial del Yo-Yo, un clásico juguete que en su momento cautivó no solo a niños, sino también a adultos.
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El Yo-Yo es un artefacto compuesto por dos discos de plástico o madera que se unen por medio de una cuerda en la mitad. El objetivo es enrollar y desenrollar la cuerda para hacer que los discos suban y bajen por medio del movimiento humano, ya que uno de los extremos estará atado a un dedo.
Y aunque la idea del juego parece simple, el objetivo no es solo hacer que el artefacto suba y baje a través de la cuerda, sino también suspender el movimiento del disco sin que se enrolle. Además, hay otras técnicas que hacen más complejo el juego, solo apto para profesionales.
El origen del Yo-Yo
Se cree que este popular juego se remonta al año 1000 antes de Cristo en China, con la aparición del diábolo. No obstante, el Yo-Yo tal y como se conoce, se puede observar por primera vez en Grecia entre el año 400 y 500 antes de Cristo, gracias a una pieza de cerámica ateniense que colgaba de una cuerda.
Además, se cree que los migrantes producto de la Revolución Francesa lo convirtieron en uno de los juguetes más famosos de la época. Incluso, se denominaba a este juego como «emigrette» o «joujou de Normandie», lo cual podría dar luz sobre el origen de su nombre actual.
Al parecer, este juguete también estuvo inmerso entre los gustos de la monarquía francesa; una pintura realizada por Madame Lebrun deja en evidencia a Luis XVII, hijo del rey Luis XVI, sosteniendo un Yo-Yo en su mano derecha. Incluso, Napoleón y su ejército utilizaban este juguete durante la Batalla de Waterloo.
¿Por qué se celebra el 6 de junio el día mundial del Yo-Yo?
Aunque la primera patente de este clásico artefacto data de 1866 en Estados Unidos, fue Pedro Flores, un migrante filipino que llegó a tierras norteamericanas, quien habría sido el encargado de traer al continente el Yo-Yo moderno como se le conoce hoy, sin cuerda fija al eje.
Tras convertirse el Yo-Yo en un boom en Estados Unidos, el empresario Donald Duncan decidió comprar Yo-Yo Company, la empresa de Flores, y fundar Duncan Toys Company, una compañía que hasta la actualidad es la marca más popular de este juguete en Norteamérica.
Es por eso que el día del nacimiento de este empresario, el 6 de junio de 1892, quedó establecido como el día internacional de este famoso juguete.
Duncan falleció el 15 de mayo de 1971, tras sufrir un accidente automovilístico en Palm Springs, California
Actualmente la empresa de Duncan sigue funcionando en Middlefield, Ohio y su producto más conocido sigue siendo el Yo-Yo, un juguete que se ve cada vez menos, pero que se resiste a desaparecer.
Hasta existen campeonatos mundiales de Yo-Yo patrocinados por la empresa Duncan, en donde jóvenes y niños son protagonistas. En estas competiciones el juego no solo radica en que los discos suban y bajen, sino en una serie de piruetas casi imposibles de imitar.
