"¡Qué viva el sagrado Uribe!", gritaba una y otra vez una monja con megáfono en mano a las afueras de la Corte Suprema de Justicia. Nadie sabía de dónde salió la inusual manifestante, y hasta el día de hoy quedan muchas dudas sobre la iglesia que respalda como monja a Adriana Torres, como más tarde se identificó.
Si bien en el país lo correcto es que las iglesias tengan su personería jurídica, según el Ministerio del Interior no es un requisito para el funcionamiento de una entidad religiosa.
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Situación que abre todas las puertas para que se engañe o estafe por medio de la fe. Denuncias han llegado, pero el Ministerio asegura que si bien recibe estas acusaciones a ellos la ley no les faculta el control, inspección y vigilancia de los centros de culto, por lo que la Fiscalía es quien se encarga de esos casos.
Sin embargo algunos medios de comunicación insistían en el teoría de que no era monja. Una periodista de Blu Radio la abordó el 22 de octubre “¿Usted por qué no quiere hablar con nosotros? ¿Cuéntenos por qué tiene escoltas? ¿Por qué se sigue vistiendo como monja si no es monja?”, le preguntó sin recibir respuesta pues la religiosa subió a un carro inmediatamente.
Pasaron los días y el tema fue quedando a un lado. Hasta que en las últimas horas trascendió una carta de acreditación, firmada por el Monseñor Edwin Leonardo Avendaño Guevara, asegurando que tanto Noticias Caracol como Blu Radio debían rectificar la información sobre la monja Adriana Torres, pues ella sí era monja de la Iglesia Católica Apostólica Nacional de Estados Unidos.
Sin embargo, Avendaño que pertenece a la Fraternidad Apostólica de Cristo Sacerdote, y que este medio rectifica que sí cuenta con personería jurídica, avaló en la carta a la misionera que en cambio pertenece a una iglesia que no posee personería en Colombia.
¿Fue un engaño lo de la "monja uribista"?
No es común en estos años que miembros de la la Iglesia Católica muestren tan fervorosamente el apoyo a un político como lo hizo la hermana Adriana Torres. Una situación que sorprendió a muchos por lo que la actitud de la monja no cayó muy bien en algunos sectores. Las arengas que profesaba la religiosa dando su apoyo al expresidente Álvaro Uribe, sacudieron las redes sociales pues el video se viralizó en cuestión de horas y la convirtieron en toda una tendencia nacional. A los pocos días de darse a conocer, la Conferencia de Religiosos de Colombia negó que Adriana Torres perteneciera a una congregación llamada Carmelitas Misioneras, como ella lo había afirmado ante los medios de comunicación ese 8 de octubre. La duda quedó sembrada sobre la procedencia de la inusual monja que apoyaba con fervor al líder político. ¿De dónde salió? Se preguntaron muchos. [single-related post_id="1210828"] Con la polémica encendida, el 15 de octubre un empresario de Medellín, que fue el que le pagó el pasaje a Bogotá a Torres, envío a los medios un comunicado en el que comprueba con un carnet que la religiosa pertenece a las "Misioneras Carmelitas de Santa Teresita, en la provincia de Norteamérica", y dijo que estas están vinculadas a la Iglesia Católica Apostólica Nacional en los Estados Unidos.
Sin embargo algunos medios de comunicación insistían en el teoría de que no era monja. Una periodista de Blu Radio la abordó el 22 de octubre “¿Usted por qué no quiere hablar con nosotros? ¿Cuéntenos por qué tiene escoltas? ¿Por qué se sigue vistiendo como monja si no es monja?”, le preguntó sin recibir respuesta pues la religiosa subió a un carro inmediatamente.
Pasaron los días y el tema fue quedando a un lado. Hasta que en las últimas horas trascendió una carta de acreditación, firmada por el Monseñor Edwin Leonardo Avendaño Guevara, asegurando que tanto Noticias Caracol como Blu Radio debían rectificar la información sobre la monja Adriana Torres, pues ella sí era monja de la Iglesia Católica Apostólica Nacional de Estados Unidos.
Sin embargo, Avendaño que pertenece a la Fraternidad Apostólica de Cristo Sacerdote, y que este medio rectifica que sí cuenta con personería jurídica, avaló en la carta a la misionera que en cambio pertenece a una iglesia que no posee personería en Colombia.
