La jugada de Lucho contra Hakimi, en Champions, trajo a mi memoria la lesión de Falcao en 2014 que lo sacó del mundial. Como afirman los expertos en arbitraje, fue impetuosa, quizás desmedida, pero no para sanción ejemplar, suspensión temporal o cárcel.
Son acciones comunes, típicas del futbol. Jugador que pierde la pelota, va por ella, sin contemplaciones. Si no lo hace lo reprueba la tribuna por falta de agallas. Lucho fue al balón que se fue de su control, con el mismo entusiasmo que lo conduce cuando es suyo.
Impetuosos también los futbolistas del Once Caldas, incapaces de asumir las críticas de aquellos que en su momento los ensalzaron empalagosos, después del fracaso de la temporada, que aún no asimilan.
Dayro vuelve a figurar por la renovación en trámite de su contrato y porque Herrera, el entrenador, lo considera punta de lanza en el próximo proyecto.
O los de Pereira que encontraron la inesperada oportunidad de huir como agentes libres por la crisis. El club no paga los salarios. Actitud tolerada por las autoridades que, frente a los abusos, miran para otro lado.
Se afirma que, para guardar silencio, que es cómplice y forzado frente a lo que ocurre, proliferan las amenazas perversas.
Brilla Nacional con futbol y futbolistas. Crece su favoritismo. Tiene jugadores diferentes, identifica sus fortalezas con poderosos contragolpes. El indicado para plantarle cara, el Medellín, deslumbra, pero se ahoga con frecuencia en su irregularidad y sus errores defensivos.
Pocos hablan de Fortaleza. No tiene prensa, con poca hinchada, pero con ambiciones y objetivos. Su futbol, lo demuestra, es diferente. Silencioso es el trabajo de Sebastián Oliveros, su técnico. Lo mismo el de los dirigentes con los pies sobre la tierra. Con una nómina inferior lleva rato codeándose entre los grandes.
Como lo hacen este año Rionegro y Alianza, sorpresas del torneo actual.
Días de futbol. Con denuncias por amaños de partidos y apuestas desenfrenadas de los futbolistas que empañan la liga. Sin respuestas.
Todo lo que rodea a Millonarios, produce ruido con estruendo. Faltan jugadores y no hay futbol.
A su alrededor proliferan los rumores sin tomar forma de noticias. Con poco espacio de maniobra porque son pocos los jugadores, en entredicho ante la afición, que culminan sus contratos.
Lo que reduce el espacio de maniobra para los nuevos fichajes que el público espera. O pagar indemnizaciones de salida o enfrentar el reto de reforzarse con pocos recursos.
Santa Fe produce noticias adentro y afuera de los estadios, por hechos que inquietan. Con un técnico interino, Pacho López, a quien todos los días los medios le anuncian su reemplazo. ¡Qué vida!
Junior está en lo alto pero pálido es su futbol. Tolima, eterno aspirante, no se consolida. América da saltos con su rendimiento inesperado y está en los ocho. Discontinuo, combina graves errores con aciertos.
Cierre del torneo colombiano con alto voltaje emocional y poco futbol. Los estadios abren generosos sus puertas a los artistas en concierto. Imposible un no para Shakira. Es una forma de pagar factura porque qué irregular es nuestro futbol.
