El Gobierno Petro abandonó el deporte. El recorte acumulado se calcula en $3 billones; pasamos de $813.000 millones en 2022, a $877.000 millones en 2023 y $1.3 billones en 2024, pero solo se ejecutaron $468.000 millones; este año la asignación bajó a $464.000 millones, de los cuales se habían ejecutado $120.000 millones a julio, y el aprobado para 2026 es de $496 mil millones, gracias a la adición de $200.000 millones hecha por el Congreso; por lo tanto, el Ministerio del Deporte no podrá cumplir ninguno de sus programas, las escuelas de talento no tendrán presupuesto para atender 1.300 niños, el déficit del programa de incentivo a medallistas llegará a $27.000 millones, y el programa Deportistas Excelencia, que financia atletas olímpicos y paralímpicos, tendrá menos del 50% de los recursos requeridos ($14.000 millones de los $30.000 millones).
Nosotros entendemos el deporte como una herramienta transversal que impacta salud, educación, productividad, economía e incluso diplomacia; lo concebimos como generador de valores, identidad y cohesión; por eso, nos comprometemos a respetar la Constitución que lo establece como gasto público social, y las leyes que llaman a integrar educación y actividad física, a coordinar la gestión entre Nación y territorios, a desarrollar programas especiales para discapacidad, adulto mayor y sectores vulnerables, a crear espacios deportivos, a promover deporte competitivo y de alto rendimiento, y a fomentar la formación, investigación científica e innovación en deporte.
De hecho, el BID desde 2024 ha definido el deporte como vía para el desarrollo, y por ello viene ampliando programas en la región. Nosotros proponemos seis ejes:
- Deporte como parte formal de la política de salud pública, para la prevención de enfermedades no transmisibles, crónicas, y el mejoramiento de la salud mental. Integraremos en la atención primaria de salud la prescripción de actividad física, siguiendo la línea de la OMS y experiencias de la OCDE; reactivaremos y ampliaremos el programa de hábitos y estilos saludables; e incorporaremos el deporte en las rutas de atención en salud mental.
- Deporte como herramienta de seguridad. Programas deportivos bien diseñados reducen la exposición de jóvenes a entornos de riesgo y mejoran la convivencia. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) facilita guías sobre deporte y prevención del crimen.
- Deporte como pilar de la educación. Las Leyes 115 de 1994 y 181 de 1995 establecen educación física, deporte y recreación como parte esencial del currículo. Vamos a restituir becas y créditos condonables para campeones y entrenadores, y a trabajar en estimulación temprana y deporte para primera infancia.
- Economía del deporte y grandes eventos. Vamos a acelerar la implementación de la Cuenta Satélite Nacional del Deporte, a crear la estrategia Colombia Sede, tomando como referencia el plan Sport 2030 de Australia, que demuestra que la tasa de retorno es de 7 por cada dólar invertido.
- Infraestructura y acceso territorial. De los más de 54.700 escenarios deportivos tenemos que recuperar 16,5% que están en mal estado y 45,5% regular; construir y adecuar 105 escenarios requeridos en Córdoba y Sucre para los Juegos Nacionales, promover uso inteligente de infraestructura en tiempos muertos y combinar escenarios de alta competencia con una red de infraestructura de cercanía.
- Sistema, gobernanza y recursos. Vamos a ordenar el sistema, reducir la burocracia y garantizar el presupuesto para programas y deportistas.
La meta es: Colombia potencia deportiva.
