Juan Guillermo Monsalve, testigo clave en el proceso judicial contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, fue trasladado de urgencia desde la cárcel La Picota a una clínica en Bogotá en la noche del 24 de julio. Según informó el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), el interno presentó un fuerte dolor en el pecho, lo que activó los protocolos de emergencia. El hecho ocurre a pocos días de que el juez encargado emita el fallo del caso, previsto para el próximo 28 de julio.
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Monsalve fue llevado inicialmente al Hospital de Usme, donde, de acuerdo con su abogado Miguel Ángel del Río, se le diagnosticó una angina de pecho. Posteriormente, fue remitido a una clínica privada en el norte de Bogotá para recibir atención más especializada, especialmente por su historial médico. Del Río explicó que su defendido ha presentado múltiples complicaciones cardíacas, incluidas dos angioplastias recientes y diagnóstico de arritmias, por lo que cualquier síntoma representa un riesgo serio para su salud.
“Su situación es delicada, porque además de los antecedentes cardíacos, el estrés propio del proceso ha afectado significativamente su estado físico”, aseguró el abogado a medios de comunicación. Añadió que el testigo “está estable”, pero permanecerá bajo observación médica hasta que los especialistas descarten cualquier complicación adicional.
La defensa de Monsalve ha reiterado en diversas oportunidades la necesidad de que el Estado garantice la integridad física del testigo, quien ha sido pieza central en el proceso que involucra al exmandatario. El juicio gira en torno a presuntos intentos de manipulación de testigos, y Monsalve ha señalado directamente a Uribe de estar involucrado en actos delictivos relacionados con el paramilitarismo.
¿Cómo se encuentra en estos momentos?
El Inpec confirmó que, luego de superar la emergencia, Monsalve fue devuelto a La Picota bajo estricta custodia, aunque continúa bajo monitoreo médico. La entidad también señaló que se seguirá evaluando su estado de salud de manera constante, con el fin de tomar medidas oportunas si se presentan nuevas alertas médicas.
La situación ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos y sectores políticos, que ven en este episodio un elemento sensible en la recta final del proceso judicial. El traslado de urgencia y su posterior evolución clínica ocurren en medio de un clima de alta expectativa nacional por el futuro jurídico del expresidente Uribe.
El episodio refuerza los llamados de la defensa para que se tomen medidas de protección especiales, tanto por la salud como por la seguridad de Monsalve, quien ha denunciado amenazas y presiones desde hace varios años. El caso sigue siendo uno de los procesos judiciales más relevantes del país, con impacto en la opinión pública, la política y el sistema judicial.
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