
La ciudad de Cali está de luto tras la muerte de Indira, una tigresa bengala blanca que vivió más de 21 años bajo el cuidado del Zoológico de Cali. El fatal desenlace ocurrió durante un enfrentamiento territorial con su propia cría, Canú, según la institución y reportes periodísticos.
El incidente se produjo la tarde del sábado 16 de agosto, cuando un choque entre Canú —que nació en el zoológico y tenía cerca de 13 años— e Indira desencadenó una disputa por los límites del recinto. Pese a los esfuerzos inmediatos del equipo de bienestar animal y el personal veterinario para trasladarla a la zona de manejo y brindarle atención médica especializada, las heridas resultaron mortales y su corazón dejó de latir.
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Una cuidadora expresó el dolor que embarga al equipo: “Nuestro corazón se encuentra muy triste, muy afligido. Hubo un enfrentamiento... donde macho y hembra tuvieron una disputa por límites territoriales”, mientras el zoológico confirmó que este tipo de comportamiento nunca se había observado entre ambos ejemplares en los más de 12 años que coexistieron.
El Zoológico de Cali, al emitir un comunicado oficial, lamentó la partida de Indira y destacó su entrega por 21 años al equipo: “Su partida nos recuerda que la vida y la muerte hacen parte del mismo camino... pedimos a nuestra comunidad acompañarnos en este duelo”.
Impactos y retos a futuro por esta muerte
Esta situación no solo impactó emocionalmente a cuidadores y visitantes, sino que reavivó el debate sobre la viabilidad y ética del cautiverio de especies exóticas en ambientes reducidos. En redes sociales, la senadora Esmeralda Hernández, autora de la ley "No Más Ole" que prohíbe espectáculos taurinos, lamentó el suceso y cuestionó los roles que cumplen los zoológicos: “Un animal tan majestuoso debe estar en su casa, en su hábitat, no condenado a cadena perpetua”.
Los hechos suponen ahora un reto para la Fundación Zoológica de Cali, que deberá evaluar protocolos y condiciones de los recintos. Canú permanece bajo observación veterinaria, mientras se revisan medidas para prevenir que incidentes similares se repitan.
El Zoológico de Cali, fundado en 1969 y reconocido como uno de los mejores de América Latina, cuenta con acreditación de la Asociación de Zoológicos y Acuarios (AZA) y aloja aproximadamente 2.500 animales de 233 especies en un entorno de conservación, educación e investigación.
Este triste episodio, junto a otro ocurrido en febrero de 2025, cuando Orus, un puma, murió tras un escape, pone en evidencia los riesgos inherentes al manejo de fauna salvaje en cautiverio, y la necesidad de profundizar en protocolos de bienestar animal estrictos y adaptados a especies con grandes exigencias territoriales.