ARIAS Y PETRO: como dos gotas de agua en diferente alcantarilla

Jue, 13/02/2014 - 12:14
Nos enfrentamos a una gran ironía nacional: condenar a uno y salvar al otro por el mismo delito supuestamente cometido, desde dos orillas diferentes: el neoliberalismo en el caso de Andrés Felipe Ar
Nos enfrentamos a una gran ironía nacional: condenar a uno y salvar al otro por el mismo delito supuestamente cometido, desde dos orillas diferentes: el neoliberalismo en el caso de Andrés Felipe Arias y el populismo en el caso de Gustavo Petro. Como dos gotas de agua, estos dos personajes públicos son acusados, señalados, investigados y juzgados por el mismo delito: generar gastos innecesarios de recursos públicos. Veamos: Recursos públicos mal utilizados: En el caso Petro, se realizó un detrimento patrimonial por $65.000 millones de pesos al cambiar el sistema de recolección de basuras de la ciudad, aduciendo que se hizo para favorecer a los recolectores particulares y de acuerdo a la ley (populismo) y entregando a dedo un contrato a una empresa estatal que no sabe del asunto, que carece de experiencia y sin realizar licitación previa (atentado a la libre competencia) Por eso se solicitó su destitución, por parte de la Procuraduría, al incumplir la ley que juró defender como alcalde local. En el caso Arias, se señala que durante su ministerio se generó un gasto en administración divulgación y publicidad del Programa AIS por fuera de la ley. Además, la fiscalía solicitó condena por  los delitos de contratos sin el lleno de requisitos legales.   Beneficio a terceros: En el caso Arias,  se realizó una entrega de recursos, en calidad de préstamo, a empresarios que se comprometieron a generar empleo en las regiones con los mismos y a devolverlos luego al Estado, tal y como estaba estipulado en el proyecto AIS que era legal en ese momento. Se detectó favorecimiento a familias poderosas (neoliberalismo) que a su vez partieron sus propiedades para obtener más recursos de los legales, generando mal manejo de recursos públicos y gasto innecesario. En el caso Petro, se contrató un millonario servicio de recolección de basuras con una empresa estatal (populismo de izquierda)sin experiencia, generando detrimento para la ciudad; se realizó compra de vehículos de segunda y en mal estado (sin licitación previa) y sin tener en cuenta que los vehículos recolectores de basura que utilizan las empresas privadas bogotanas son de la ciudad. Además, se realizó recolección de basuras de manera indebida en volquetas, provocando accidentes a los recolectores y acusando caos en la ciudad.   Nivel de conciencia del delito: En el caso Arias, el fiscal  Décimo delegado ante la Corte Suprema aseguró que el exministro era totalmente consciente de las irregularidades que se presentaron en la adjudicación del programa y sin embargo, decidió seguir adelante. En el caso Petro, el Concejo de la ciudad y la Personera afirmaron que 17 veces le hicieron advertencias verbales y escritas de la inconveniencia e ilegalidad de cambiar el modelo de basuras de esa manera, y en todas el alcalde decidió seguir adelante. En el caso Petro, éste favoreció a dedo a la empresa de Acueducto Distrital con un contrato sin tener en cuenta que nombró como gerente a un familiar de su esposa. A su vez, Arias entregó recursos a amigos suyos según se comprueba en correos electrónicos incautados. Otra vez, desde dos orillas o alcantarillas, diferentes. Y el mismo delito. En su defensa, Petro reiteró que lo hizo por el bien de la ciudad y de los menos favorecidos. Arias manifestó que los recursos fueron entregados a familias poderosas de acuerdo a como estaba proyectado hacerlo. Desde su orilla, cada uno de ellos afirma haber actuado conforme a la ley. En el caso Arias, el fiscal ha dicho que “celebró de manera irregular los convenios con el IICA en el cual salieron perjudicados los pequeños y medianos productores” En el caso Petro, el procurador ha dicho que “se realizó irregularmente el cambio del sistema de recolección de basuras afectando a los habitantes y poniendo en gravísimo riesgo su salud, además de la libre competencia” El primero, por neoliberalismo. El segundo, por populismo. ¿Cuál es la diferencia para que dos casos similares sean fallados de manera tan diferente?   Lo que hay: Para Arias ya hay muerte política y la Fiscalía pide cárcel. Hasta ahora, no ha realizado manifestaciones ni se ha autonominado como “víctima del estado”. Para Petro hay destitución de Procuraduría con 15 años de impedimento para ejercer política que no se ha podido aplicar por el “tutelatón” llevado a cabo por el acusado quien además ha pedido medidas cautelares a la CIDH por falta de garantías, ha realizado marchas y concentraciones, discursos veintijulieros desde un balcón proclamándose “víctima de estado”, mientras espera ganar una revocatoria que antes rechazó con energía. Lo cierto: que Arias acabó su carrera política y puede terminar en la cárcel sin derecho a pataleo, con la condena de la sociedad y sin el respaldo de ninguno de los beneficiados con el programa;  que Petro se reencauchó políticamente y utilizó todos los recursos para aparecer como “víctima”. Esa es la diferencia. Mientras que nuestra justicia sea mediática y obedezca a sesgos ideológicos de sus representantes y funcionarios, no se contará con criterios diferentes a lo que se diga en los medios, en la calle o se pacte por debajo de la mesa. Por eso, si de orilla o alcantarilla se trata, ya sabemos cuál es la favorita de las cortes, los magistrados y fiscales…                              
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