Después de nueve días de la coronación de Millonarios como campeón del fútbol colombiano, llegan las reflexiones del campeonato número quince conseguido por Miguel Ángel Russo ante Independiente Santa Fe.
Los embajadores con un juego de apertura de laterales, manejo de espacios en el ataque y salida desde el primer paso, generó una sinergia de principios de fútbol dentro de la cancha que se fueron implementado con el paso del tiempo a través de entrenamientos.
Además, los jugadores con los que se contaba como Jhon Duque, Matías De Los Santos, Andrés Cadavid, Ayron del Valle en cada una de las líneas del equipo, fueron fundamentales para ver un equipo que llegaba atacando y generando propuestas en el área rival.
Así mismo, con un invicto de 14 fechas y el mejor rendimiento de visitante (4 empates, 4 victorias, 1 derrota en la fase todos contra todos) y dos victorias de visitante en las fases finales, el equipo se comenzaba a consolidar de la forma por la cual los hinchas se comenzaban a ilusionar con la estrella número 15. También convirtió el Estadio El Campín en un fortín que se convirtió valioso para la obtención del campeonato.
En las finales, quizá por la ilusión y el apoyo, todo conspiró para que en la adversidad (a través de la visita) todo se consiguiera de la mejor forma. Por lo tanto, todo se daba para la ilusión de los capitalinos que llegaban a la final enfrentando a su rival de patio en un partido histórico. Independiente Santa Fe no fue fácil debido a su juego: juego aéreo, líneas sólidas y la serie estuvo definida por pequeños detalles como las marcas.
Con la ida, Matías De Los Santos puso en ventaja a los azules en la fórmula preferida de los cardenales: el juego aéreo. Ya en el juego de vuelta, todo estaba relatado también para que se definiera desde jugadas decisivas que al final con un error en la marca, permitiera el remate de Henry Rojas para que la 15 se bordara en el escudo de Millonarios. Así fue como el azul se tomó la capital y llegó a desbordar a media Bogotá.
