Hace unos días se hizo público el informe llamado “Basta Ya” que el Grupo de Memoria Histórica entregó al presidente Juan Manuel Santos. ¿Quién lo recuerda hoy? Según dicho informe, desde 1958 (año de surgimiento de la guerrilla) hasta 2012 hubo en Colombia 220.000 muertes violentas y más de cinco millones de desplazados. El ochenta por ciento de las víctimas ha sido población civil y el resto combatientes o miembros de los diversos grupos que han infringido tanto dolor y sufrimiento: guerrilla, paramilitares, narcotraficantes, soldados y policías. Comparadas estas cifras con las dictaduras más sangrientas del subcontinente -como las de Chile y Argentina- Colombia se lleva la palma en ese ranking de dolor.
Hay muchas cosas que llaman la atención en este informe, pero quiero detenerme en dos que me chocan particularmente. Una, el desinterés de los colombianos por conocer esta triste realidad, y otra las posibles razones de tanta barbarie.
El informe fue presentado a las 10:00 de la mañana del miércoles y en los noticieros del mediodía, a las 12:30, los dos canales de televisión no consideraron de suficiente interés la cosa. Por ejemplo, el Canal Caracol Televisión consideró que era más importante la visita del Papa a Brasil, un atraco frustrado a un supermercado en Bogotá, la primera boda gay en Colombia o el robo colectivo que sufrieron los jugadores del equipo español de fútbol Sevilla en Medellín. Para el Canal RCN, que lo dio antes, tampoco tenía entidad suficiente para iniciar el informativo. En un país que no fuera Colombia un informe de tal magnitud habría tenido prioridad absoluta.
La actitud de los canales, y en general de la prensa colombiana, frente a esta realidad refleja el desinterés de este país por sus muertos y por sus víctimas. Aquí la gente se ha acostumbrado a un goteo de infamias cotidianas y detenerse a reflexionar sobre eso da como mucha pereza.
Pero bueno, uno se pregunta ¿Por qué? Dice también el informe que Colombia es un país con una “tendencia latente al pensamiento único”, en donde las diferencias políticas se dirimen mediante la eliminación del contradictor. Un país con fama de civilista y teóricamente respetuoso de la legalidad ha practicado durante los últimos años, todas las modalidades de eliminación física de los opositores políticos y en donde los contradictores han infringido a quienes no comparten sus ideas todas las modalidades imaginables de sufrimiento.
El país está sobrediagnosticado en libros, estudios, análisis, informes sobre el por qué de la violencia y con ellos se podrían llenar bibliotecas enteras, pero nadie da la solución. Yo personalmente creo que la razón de tanta violencia es porque este es un país profundamente iracundo. Proclamo aquí mismo, antes de seguir adelante, mi agnosticismo pero también mi gran respeto por los principios morales que inspiran a algunas de las grandes religiones y la ira, pecado capital para la religión que mayoritariamente han practicado los colombianos durante años, domina la vida nacional.
Por una extraña razón que escapa a mi entendimiento todos los países de tradición o influencia judeocristina en donde he vivido o pasado largas temporadas, tienen uno o dos de los pecados capitales para la religión Católica que son el motor de su sociedad. En España, la envidia y la soberbia; en Francia, la gula y la avaricia; en Italia, la lujuria; en México y Filipinas, la pereza y en Colombia, la ira y la avaricia. Colombia es un país de pedigüeños que anda pidiendo que “le regalen” cosas y que tiene una actitud ante el dinero que difiere mucho del resto del continente.
Pero no es eso lo que ahora me interesa, lo que me interesa es esa reacción irreflexiva del colombiano que, a pesar de las buenas maneras que lo caracterizan, termina desatando la violencia, matando a alguien. Ese expresidente iracundo, que habla con amables diminutivos, que parece siempre al borde de lanzarse a la yugular de sus contradictores, es el arquetipo del colombiano medio, del colombiano que parece a punto de matar a alguien. Doscientos veinte mil muertos en el último medio siglo en nombre del pensamiento único que no permite siquiera escuchar las razones del otro.
No en vano este país tiene una fecha que marca un hito en su historia: el 9 de abril, máxima expresión de la iracundia nacional, ese sentimiento que por lo visto rige y regirá siempre la vida de los colombianos. Y es que este país, con fama de violento, no reflexiona nunca sobre el hecho de que antes de que la violencia aparezca, siempre hace antes su aparición la ira.
¿Cuáles son las razones de la barbarie que ha vivido Colombia?
Mar, 30/07/2013 - 01:27
Hace unos días se hizo público el informe llamado “Basta Ya” que el Grupo de Memoria Histórica entregó al presidente Juan Manuel Santos. ¿Quién lo recuerda hoy? Según dicho informe, desde 1