EL PERIÓDICKO
Si el país está al revés, ¿por qué diablos informar al derecho?
La Facultad de Astrología de la Universidad San Marino (sede Bogotá) acaba de hacer públicos los resultados de un estudio efectuado por el equipo de investigadores de la institución sobre un tema crucial: la influencia de los colores en el destino de las personas.
En un acto llevado a cabo en el Aula Máxima del campus universitario, al que asistieron reconocidos sectores de la academia y representantes de las autoridades gubernamentales del orden local y nacional, el decano de la Facultad, Juan Sebastian Estrada de Brigard, presentó las importantes conclusiones que arrojó el estudio realizado a lo largo del quinquenio 2007-2012.
Durante estos cinco años se observó el desenvolvimiento de la historia de 100 personas que usaron cada 31 de diciembre ropa interior amarilla con el propósito de llevar a sus vidas riqueza y prosperidad. Según el estudio, dichas expectativas tan solo se cumplieron para el 2% de las personas, que corresponden -casualmente- a un par de personas involucradas en el 'carrusel' de la contratación. Así, pues, quedó demostrado científicamente que las prendas amarillas no llaman necesariamente al dinero.
"Es lógico que esto ocurra. Se trata de un rito anacrónico que no toma en cuenta que en Colombia los billetes no son exactamente de color amarillo. ", afirmó al respecto Estrada de Brigard. Y con tono de preocupación agregó: "Paradójicamente, el uso de prendas de ese color podría estar generando problemas de salubridad: se estableció que un 7% de las personas que practicaron el tradicional rito, contrajeron fiebre amarilla".
Pero no todas las noticias fueron negativas para las personas que creen que los colores influyen de alguna manera en el devenir de los seres humanos. El decano de la Facultad de Astrología explicó que "si bien el rito de los cucos amarillos no tiene bases científicas, no ocurre lo mismo con el caso de las sillas azules. En efecto, otro estudio realizado el año pasado por los mismos investigadores de la Universidad San Marino, demostró plenamente que 8 de cada 10 personas de la tercera edad que se sientan en las sillas azules de Transmilenio, van al cielo (el área azul por excelencia)".
A raíz de esta alentadora revelación, el gobierno nacional está pensando en impulsar un proyecto de ley que promueva la instalación de un mayor número de sillas azules en los buses públicos, no sólo de Bogotá sino también de todas las capitales departamentales. Como le explicó un funcionario a El Periódicko, "ya que las autoridades no hemos podido garantizar un buen nivel de vida a los ciudadanos, al menos de este modo podremos ofrecerles una mejor vida en el más allá".
@dicksalazar