El apoyo incondicional no existe, siempre tiene que ser crítico. Y si no, no es apoyo, es lambetismo.
Pepe Mujica, presidente Uruguay.
Sentados en la comodidad de su casa frente a la pantalla del computador, algunos han decidido emprender la cruzada en defensa de unas tesis, que para ser reales no necesitan de esas ayudas pues en su mayoría se defienden solas; y lo digo porque estoy convencido que la palabra cuando es pensada anda como un ser racional por la calle, con autonomía y dignidad.
Es evidente mi respaldo a la Bogotá Humana y al alcalde Gustavo Petro, he acompañado sus tesis y posturas desde hace muchos años y considero que hoy sus ideas y postulados de transformación social se defienden solos, no necesitan que unas personas, desconocedoras del ejercicio político y con ínfulas de mosqueteros, se lancen a la defensa de estas, con la intensión primaria de convertirse en el centro de atención.
Desde hace algunos días he venido evidenciando que al igual que en las toldas del ex presidente Uribe, cada vez que alguien lanza una crítica, sea del tema que sea sobre alguna implementación de la política pública o sobre argumentos netamente personales de funcionarios en Bogotá, saltan como ardillas asustadas desde su madriguera algunos tuiteros, y entonces se entiende cuándo alguien dice: salen como barras bravas.
Yo mismo participe de estos ejercicios, hasta cuando entendí que las redes sociales y en especial twitter no es más que un lugar para mostrar argumentos y debatir, pero no al calor del tropel, sino al contrario con decencia, solidaridad y fraternidad. Aprovecho para ofrecer excusas a los periodistas Nacho Gómez y Daniel Samper y al Concejal Sanguino, por esos mensajes subidos de tono y con cierto sarampión que lograron que me bloquearan.
Con todo lo que viene enfrentando la Bogotá Humana liderada por Gustavo Petro, no es justo ni para él ni para el proceso que cada día, por el berrinche de unos pocos que pretenden arreglar todo a “trompadachines” se conviertan en comida mediática los mensajes que como francotuiteadores disparan sin la menor compasión con las verdaderas necesidades de la ciudad y sus ciudadanos.
Cada mensaje fuera de lugar, cada agresión a los contradictores, cada provocación sin cerebro; a una sola persona le causa daño: al Alcalde; y por ende a nuestra Bogotá, pues acá si al alcalde le va bien a Bogotá le va bien, pero la viceversa también existe.
Estoy convencido que Bogotá Humana no necesita un ejército suicida, ni defensores a sueldo; hoy me convenzo más que este proyecto requiere cada día con más fuerza, en palabras del maestro Raúl Gómez Jattin, una legión de ángeles clandestinos que miren de frente el futuro, que se atrevan a salir a las calles y mirar a los ojos a todos y todas, y que sean capaces, en palabras de Benedetti, de no llorarse las mentiras sino cantarse las verdades.
Addenda: “Cuando los odios andan sueltos uno ama en defensa propia”, a propósito de los posibles acuerdos entre Progresistas – Verdes – Compromiso Ciudadano
@gabobenavidesb
gabriel.benavides@etb.net.co
