LA EÑE

Mié, 31/08/2011 - 06:54
Toda la vida nos han dicho que la Ñ y la N son dos letras distintas. No es así. ¡Falso!  Ño son distintas. Son la misma letra, lo que cambia es sencillamente su gé

Toda la vida nos han dicho que la Ñ y la N son dos letras distintas. No es así. ¡Falso!  Ño son distintas. Son la misma letra, lo que cambia es sencillamente su género.

La N es niña. La Ñ es de género masculino, como lo indica su “virgulilla”, que es el nombre técnico que la Academia de la Lengua le da a la rayita o palito que la eñe lleva encima.

“¿A qué vergajo se le ocurrió bautizar con el diminutivo virgulilla nuestro respetable palo?”, exclamó completamente emverracada una eñe mayúscula, golpeando su puño contra un plato de ñame y piña. Y roja de la rabia vociferó a todo pulmón: “¡Coño, que se vayan para la boñiga, ñeros de cuello blanco!”, que es la expresión que utilizan las eñes cuando quieren mandar a alguien a donde sabemos.

“La palabra me parece vulgar, virgulilla me suena feo. Hubiera sido más decente que la Academia empleara un término científico o médico. Por ejemplo, penecillo. Y no me importaría que penecillo suene a panecillo, pues al fin y al cabo ambas vainas son de comer”, gritó la eñe con su voz ñasal, que es como se denomina la voz nasal de las eñes.

Y con estas palabras concluyó su diatriba la indignada eñe mayúscula, mientras comía buñuelos y con la uña del dedo meñique se quitaba legañas de las pestañas, aquella mañana en un cañaveral al pie de una montaña llena de telarañas:

“La palabra virgulilla no sólo me parece vulgar, sino también machista. Utilizar el diminutivo en este caso es poner de presente y en primer plano el asunto del tamaño, como si eso fuera importante. Mil veces se ha dicho que la envergadura del aparato no importa, la clave está en lo juguetón que el instrumento sea. Más vale maña que decímetros en la leña”. Y en eso me identifico con la Ñ: no importa si se tiene una tractomula, un bus o un micro; la clave es lo divertido que sea uno como conductor.

Mientras más conozco a las eñes, más comprendo el emverracamiento de esta eñe mayúscula con la Academia. Cuando uno sabe qué es en realidad la virgulilla de la eñe, puede comprender por qué la palabra “eunuco” se escribe con ene y no con eñe; por qué “nena” se escribe así y no ñeña. Es lógico, piénselo y verá.

En el mundo de las letras llevar encima de la cabeza las partes nobles, es normal.

No solamente está el caso de la Ñ, sino el caso de la U con diéresis: Ü.

Los puntos encima, son realmente dos diminutas bolsitas (su nombre médico es uscrutu) donde almacenan los uspurmutuzudus, que es como se llaman los espermatozoides de las ues.

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