La monarquía colombiana

Mar, 19/12/2017 - 16:05
Los delitos de sangre no existen. Con ese cuentico los políticos colombianos se han pasado la administración de la nación de mano en mano como cualquier país de reyes, reinas, príncipes y condes.
Los delitos de sangre no existen. Con ese cuentico los políticos colombianos se han pasado la administración de la nación de mano en mano como cualquier país de reyes, reinas, príncipes y condes. Es frustrante, para el ciudadano de a pie, ver cómo los hijos, hermanos y hasta sobrinos de dirigentes “heredan” sus puestos y curules; muy a pesar de que muchos de ellos ni siquiera cuentan con estudios académicos, o experiencia, para ocupar esos cargos, tan solo el apellido. La Real Academia de la Lengua define la monarquía como “una organización del estado en la que la jefatura y representación supremas son ejercidas por una persona que, a titulo de rey, ha recibido el poder por vía hereditaria y puede transmitirlo del mismo modo.” Cualquier parecido con la realidad colombiana, y el comportamiento de los políticos criollos, no es pura coincidencia. Ya en las elecciones de 1974 se presentaba este fenómeno. Alfonso López Michelsen, Álvaro Gomez Hurtado y Maria Eugenia Rojas se postularon para la presidencia de la nación. Ellos eran los hijos de los expresidentes López Pumarejo, Laureano Gómez y Rojas Pinilla. Actualmente, el poder lo ostenta el nieto de el expresidente Enrique Santos y todo indica que para el 2018 este patrón se mantendrá, tanto para la casa de Nariño como para el Congreso. Según Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, para las elecciones de Senado y Cámara las mismas familias podrían llegar a controlar el 35% del Congreso. Para Ávila lo peor es que el poder se concentrará en tan solo 10 familias, en un país de 48 millones de habitantes. Aquí un brevísimo resumen de los herederos al poder, tal cual monarquía. German Vargas Lleras es el primero de la lista, él encarna esa clase política tradicional que ha gobernado a Colombia desde sus inicios como república. Es nieto del expresidente Carlos Lleras Restrepo, penúltimo presidente del llamado pacto del Frente Nacional, periodo desde el cual Conservadores y Liberales empezaron la repartición de Colombia. Curiosamente el primo de Lleras Restrepo, y antepasado de Vargas Lleras, Alberto Lleras Camargo, fue el primer Gobernante del Frente Nacional y por supuesto presidente de Colombia dos veces. German Vargas Lleras ha sido altamente cuestionado por ser el fundador de Cambio Radical y repartir avales a diestra y siniestra a personajes de dudosa reputación. Entre estos se cuentan nueve exgobernadores, cinco alcaldes y un candidato al Concejo. El estandarte de la corrupción de ese partido lo enarbolan Kiko Gómez y Oneida Pinto. Acusado de hacer campaña política con los dineros de la nación como vicepresidente del país, quedará por siempre en la cabeza de los colombianos el capitulo del coscorrón a uno de sus escoltas, que le valió el apodo de “Coscorrón” Vargas. Horacio Jose Serpa. El que el actual senador liberal, Horacio Serpa, haya heredado su curul de $30 millones mensuales a su primogénito se puede calificar como un hermoso y tierno gesto paternal. Para que esto no fuera tan evidente, el curtido político se inventó una pelea de egos con Cesar Gaviria aduciendo que como este último no lo dejó como cabeza de lista al senado por el liberalismo, entonces se retiraba. Eso sí, pidió que votaran por su hijito porque este representa “las nuevas ideas y el cambio que el partido y Colombia necesitan”. Hay que recordar que Serpa papá fue figura cuestionada y clave en el proceso ocho mil, mientras que Serpa hijo tiene a su espalda el querer privatizar la ETB en su breve pasó por el Consejo de Bogotá. Simon Gaviria es otro delfín político que ha ocupado importantísimos cargos en el país quizá sin merecerlo. Hijo del expresidente que llegó de carambola a la casa de Nariño al ser asesinado Luis Carlos Galán, su momento más fulgurante fue cuando declaró que firmó una reforma política cargada de micos sin haberla leído. Aún así, Juan Manuel Santos lo premió con la dirección de Planeación Nacional, entidad que maneja una de las carteras más jugosas. De allí renunció para irse a estudiar becado a la Universidad de Harvard desde donde vendrá a gobernar a vivos y muertos próximamente. Rodrigo Lara Restrepo, hijo del inmolado ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, llegó a la vida publica por apellido. Sus actos más representativos han sido una bochornoso reto a pelear a un humilde vigilante de la Registraduría que le impidió el ingreso al lugar donde contaban los votos, en un notable estado de embriaguez. El escándalo más reciente fue su intento de sepultar la implementación del proceso de paz en la cámara del congreso por lo qué mas de un representante quiso desconocerlo como presidente de la misma. Según el periodista Edgar Artunduaga en Neiva le dicen “carroloco, por su estilo pendenciero, agresivo, irritable y fanfarrón”.  Precisamente la ciudad por donde este personaje arranca su carrera al Senado de la República 2018 y de donde seguramente será elegido, pues su medio hermano, Rodrigo Lara Sánchez, es el actual alcalde. Juan Manuel, Carlos Fernando y Claudio Galán. Los tres hijos del inmolado líder del nuevo liberalismo, y algunos familiares de su clan, han tenido seis cargos ministeriales; 16 cargos diplomáticos; 17 altos cargos de representación entre gerencias, direcciones y secretarias ejecutivas; ocho curules en el congreso (seis en Senado y dos en Cámara); cinco curules en otros cuerpos colegiados (asamblea y consejos) y una curul en la Constituyente de 1991 . Desafortunadamente, son más recordados por la demanda que perdieron contra algunos medios de comunicación por haber replicado una investigación que demostraba la cantidad exagerada de contratos firmados por la Escuela Para la Democracia Galán y la Fundación Galán con el gobierno Santos. Dichos contratos sumaban $114 mil millones para supuestamente, realizar talleres de capacitación en las regiones del país. Martin Santos, hijo del actual presidente del país, se prepara en el exterior para volver en un futuro cercano a encargarse de los negocios de la familia, entre ellos la presidencia de su papá y su tío. Fue asesor en el Consejo de Seguridad en Naciones Unidas a lo que precedió un alto cargo en uno de las más firmas financieras más importantes del gigante del norte, Merril Lynch. Es sobrino nieto de Enrique Santos expresidente de Colombia. Santiago Pastrana, hijo de Andrés Pastrana y nieto de Misael Pastrana Borrero ya hace sus pinitos en la política bajo el manto de las juventudes conservadoras. Tristemente su abuelo será recordado por haber implantado el injusto sistema tributario UPAC que le quitó millones de pesos a los colombianos que compraron casa en su gobierno. Y su papá por desocupar una extensión de 42.000 kilómetros cuadrados en los departamento del Meta y del Caquetá en 1999 en un fracasado proceso de paz con las FARC, donde este grupo rebelde se rearmó y fortaleció. Hoy es enemigo acérrimo del proceso de paz de Santos y nuevo mejor amigo de Uribe. Miguel Uribe Turbay es otro delfín más de la rancia política Colombiana, pues es nieto del ex presidente liberal Julio Cesar Turbay Ayala. Su mamá, la periodista Diana Turbay, fue asesinada por Pablo Escobar el 25 de enero de 1991. Su padre, Miguel Uribe Londoño, ha sido concejal de Bogotá por el Partido Conservador y senador por la misma colectividad . De ahí saltó, gracias a la “dinámica de la política”, a ser director del Centro Democrático en Bogotá y luego a apoyar abiertamente la campaña por la alcaldía de Gustavo Petro. Miguel es Abogado de la Universidad de los Andes y Magíster en Políticas Públicas de la Escuela de Gobierno; la misma escuela de donde han salido graduados muchos ex presidentes de esta humilde patria. Fue presidente del Concejo de Bogotá, presidente del Partido Liberal de la misma ciudad y actualmente ocupa el cargo de Secretario de Gobierno de la alcaldía de Enrique Peñalosa. Iván Duque Márquez fue recientemente nominado por el Centro Democrático como candidato a la presidencia para 2018. Llegó a la política de la mano del ex presidente Álvaro Uribe gracias a la amistad de este con su padre, el político paisa Iván Duque Escobar, quien fuera gobernador de Antioquia, Registrador Nacional y Ministro de Minas de Belisario Betancourt. En este último cargo sucedió la tragedia de Armero y es uno de los que muchos tildan como culpable de la misma. Jhony y Edwin Besaile Fayad. Jhony Moises es el hermano mayor de Musa, preso actualmente por pagar millones de pesos para que el Cartel de la Toga archivara su investigación por parapolítica e investigado por su supuesta participación en el desfalco al departamento de Cordoba. Fue nominado por el ex senador, desde la cárcel, como su “sucesor”. Edwin Besaile Fayad es el actual gobernador de Córdoba y es investigado por el desfalco al mismo departamento. Paloma Valencia salió de la nada directamente al senado gracias a la lista cerrada que presentó Alvaro Uribe por su Centro Democrático. Su apellido influenció en Uribe para tal fin, pues es nieta directa del también expresidente Guillermo León Valencia. Es más recordada por sus posturas extremistas en la defensa del cacique antioqueño, al punto de hacer un cuadro en remembranza a un santo con la cara de Uribe Vélez, que por sus propuestas como senadora. Julio Elías Vidal es el hermano de quien encarna la corrupción en su máxima expresión en Colombia, Miguel Bernardo “El Ñoño” Elias. Es otro que fue designado por el presidario como su “sucesor” en el Congreso de la República. En recientes declaraciones a un medio de la capital colombiana Julio Elías aseguró que su idea es “llevar al departamento de Cordoba un legado nuevo y simplemente salir adelante”. Agregó que José Eduardo Tous, actual Representante a la Cámara y partidario de la ñoñomania, será su compañero para las elecciones de 2018 ya que Tous aspirará al Senado. Richard Aguilar es hijo del excoronel Hugo Aguilar, quien se achaca el privilegio de haber sido quien, supuestamente, propinó el tiro de gracia a Pablo Escobar. Fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por estar vinculado con grupos paramilitares a 9 años de prisión. Se le conminó a pagar una millonaria multa a las víctimas y alegó no tener dinero para eso. Sin embargo ha sido visto rodando las calles de Santander en lujosos carros y se sospecha es dueño de costosas propiedades en cuerpo ajeno. Richard es apoyado por Cambio Radical y quiere ser senador. José Alfredo Gnecco. Su padre Lucas y su tía Cielo apoyaron la campaña del ex gobernador de la Guajira ‘Kiko’ Gómez, quien paga una pena de 55 años en la cárcel por homicidio agravado. Jose Alfredo ya es senador pero buscará ser reelegido para el 2018 con el aval del partido de la U. Rafael Alberto Escrucería, con la bendición de Cesar Gaviria, buscará su curul en el congreso. Su papá, Samuel Alberto Escrucería Manzi, fue el primer congresista del país quien perdió la investidura. Los Escrucería son uno de los clanes políticos más corruptos de Nariño pues tienen un largo prontuario entre los que se cuentan el tráfico de influencias, nepotismo, delitos contra la administración pública y narcotráfico. Nadya Blel quiere repetir en el Senado por el partido Conservador. Su padre, el exsenador Vicente Blel, fue condenado por nexos con los ‘paramilitares. Andrés García Zuccardi y Juliana Escalante Garcia son sobrinos de el exsenador Álvaro, “el gordo” García, condenado por vínculos con paramilitares y la masacre de Macayepo, Bolívar. Varios miembros de este clan están siendo investigados por diversos delitos. Yamina Pestana Rojas es investigada por la Procuraduría por el desvío de $7.000 millones de la EPS de los indigenas, Manexca, a su campaña al senado en el 2014. Pese a esto quiere seguir en el senado. Para completar su hoja de vida es la hermana de Pedro Pestana, condenado por nexos con paramilitares. José Alfredo Gnecco, actual senador de la U, quiere seguir ganando $30 millones mensuales más coimas. Su papá, el exgobernador del Cesar Lucas Gnecco, fue condenado por paramilitarismo. Wadith Manzur, es hijo del exsenador Julio Manzur, quien esta enjuiciado por parapolítica y su participación el ‘cartel de la toga’. Busca llegar a la Cámara de representantes. El panorama anterior presagia el continuismo en el poder de la clase política que ha sometido a Colombia al atraso y al subdesarrollo. Es necesario un pronto cambio que venga desde la ciudadania, pues estos personajes no dejarán que el status quo cambie, pues sus empresas familiares se acabarían. El electorado debería hacer imponer reglas como la no reelección a algún cargo público y que ningún familiar de un servidor oficial, electo o nombrado, pueda trabajar o contratar con el estado hasta el cuarto grado de consanguinidad o primero civil. También deberían esperar un periodo desde el momento en que el oficial electo o nombrado termine su periodo. Y por supuesto fortalecer las penas por delitos conexos a la corrupción y eliminar del todo la “mansión” por cárcel. Solo así quizá, Colombia termine de ser manoseada por las mismas familias que juegan a ser reyes y reinas heredándole el poder a sus vástagos. Y por fin llegue la renovación que tanto necesita la nación.  
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