Cuenta la leyenda, que en una ocasión Juan de Palafox, virrey de la Nueva España y arzobispo de Puebla, visitó un convento poblano, fue en ese sitio donde se le ofreció un banquete, para el cual los cocineros como es de esperarse se esforzaron en preparar. El cocinero principal era fray Pascual. Ese día se encontraba particularmente nervioso y comenzó a regañar a sus ayudantes “cosas que nunca pasan en la actualidad”, viendo el desorden que imperaba en la zona de cocina caliente. El mismo fray Pascual comenzó a amontonar en una bandeja todos los ingredientes para guardarlos en la alacena y era tal su prisa y nivel de estrés que fue a tropezar exactamente frente a la sartén donde unos suculentos guajolotes (pavos) estaban listos para ser servidos. Allí fueron a parar los chiles, trozos de chocolate y las más variadas especias echando a perder la comida que debía brindarse al Virrey. Fue tanta la angustia de fray Pascual que éste comenzó a orar con toda su fe, justamente cuando le avisaban que los comensales estaban sentados a la mesa. Cuando el servicio retornaba, él mismo no lo podía creer al escuchar a todos los asistentes elogiar el accidentado pero suculento platillo.
- SUPREMAS DE PAVO 2 UNIDADES
- DIENTES DE AJO 3 UNIDADES
- ACEITE DE CANOLA 80 ml
- CEBOLLA CABEZONA ROJA 4 UNIDADES
- TOMATES ROJOS 6 UNIDADES
- ALMENDRAS 50 gr
- MANI 20 gr
- CANELA EN RAMA 2 UNIDADES
- SEMILLAS DE ANIS 5 gr
- UVAS PASAS 50 gr
- CLAVO 5 UNIDADES
- CHOCOLATE AMARGO 50 gr
- PIMIENTA NEGRA 5 gr
- CHILES GUAJILLOS 2 UNIDADES
- AJONJOLI 20 gr
- CILANTRO 20 gr
- CREMA DE LECHE 100 ml
- LIMONES 4 UNIDADES
- HARINA DE TRIGO 200 gr
- MANTEQUILLA 50 gr