Para escritores y personas del común...

En un país donde las historias caminan solas y en cada partícula de aire se abrigan muchas más, ya no queda nada difícil escribir un libro, solo es cuestión de recordar, preguntar y conocer; la ciencia ficción y la fantasía es cosa del pasado desde hace mucho tiempo cuando los productores pasaban días, semanas y hasta meses enteros tratando de imaginar seres inexistentes, historias insólitas y finales crueles hoy en día tomarse ese trabajo sería hasta perder el tiempo en muchos casos, la situación que se vive en este mundo maneja todo tipo de circunstancias e historias y cada persona pasa por tantas cosas que más que una vida, cada quien tiene una serie de películas de todos los géneros en su memoria. Personalmente creo que quien escribe actualmente no es solo por las habilidades de redacción, o imaginación, sino que debería ser medido por la capacidad que tiene de recordar lo que ha sucedido en su vida, canalizar todos los sentimientos que han pasado por su cuerpo y construir su propia novela reconstruyendo algo sucedido, en cuanto al objetivo pues no sería más que salvar a otros de cometer un error porque todo lo que nos pasa en la vida son resultados de nuestro accionar, cada final cada quien lo clasifica como bueno, malo o lección de vida;  sería una buena manera de mostrarle al mundo las cosas extraordinarias que pueden suceder si se dejan llevar por su propia mente; además, en el caso que fuera la trama de la historia lo que resultaría difícil de armar, eso sería una excusa falsa pues todo lo hay. Como mencione anteriormente, todo es cuestión de recordar, aunque bueno, cada persona tiene una manera distinta de expresión y comunicación y aunque me dirijo en este momento hacia los escritores, inventores de historias también hay para el público pues si no se pretende poner al descubierto la propia vida y los sucesos personales pues  tu alrededor puedes encontrar miles de oportunidades para inspirarte, desde el mismo presidente de la república, el jefe, el profesor, el alumno y hasta el habitante de la calle tienen historias más sorprendentes que cualquier película de dragones y duendes que hayas podido ver en cine. De hecho, es de considerar que a veces quien menos se tiene en cuenta, tiene un mundo mucho más amplio e interesante que alguien que imaginas que lo ha vivido todo; así por ejemplo, ese vagabundo que camina por las calles por algún motivo esta allí y si ha sobrevivido a tantas cosas no ha sido por ser una persona más igual a los demás, en cambio el aventurero que gasta millones escalando montañas y viajando por avión conociendo famosos te dará solo una explicación de distintas maneras, y no será más que una historia monótona. Pero claro, el miedo de conocer lo inexplorado o mejor, de caminar en la oscuridad, hace que no encontremos el interruptor de la luz y podemos estar perdiéndonos de grandes cosas que quedan en el vacío de la ignorancia y el miedo hasta que llega alguien más que las descubre y nos las muestra como una “idea innovadora” cuando realmente siempre estuvo allí. Esta es una invitación a no buscar por fuera lo que siempre está dentro, no inventar cuando la realidad se inventa y se redescubre a diario más cerca de lo que cada persona imagina, aprender de un error es más fácil que ir a comprar un libro de autoayuda, solo se trata de saber conocer y escuchar a la persona que pasa a diario por tu lado pero nunca te has tomado el trabajo de preguntarle su nombre y cómo llego allí, aunque a veces no es necesario tampoco buscar tan afuera cuando muchas respuestas de tus propias preguntas están en tu memoria a la espera de ser recordadas como algo que ya hiciste, que te dio resultados pero a lo mejor no aprendiste de ello.