El agua no es lo único que moja y el fuego tampoco el único capaz de quemar. Nos la pasamos en la vida entre experimentos y así intentando explicarlo todo, tratando de tener la razón desde el inicio y obstinando la mente es que la cagamos a veces pero en otras la coronamos. Quien no arriesga un amigo, jamás tendrá un ex novio.
En los más de 21 años que llevo gateando el mundo me he caído y levantado tantas veces como se me ha venido en gana. He sido el único responsable de cada lambida de piso y compartido más de un triunfo. Pero además aprendí entonces que todos tenemos algo en común que nos hace distintos.
Todos amamos diferente, pero sufrimos igual: Cada cuento de hadas tiene un hilo distinto después del "había una vez". Hay historias que inician en baños de bares, otras en Instagram y algunas de un salón de clases. El flechazo va a parar a cada corazón en X dirección y cada quien se embolata a su modo, pero si todo lo que sube baja, pues todo lo que inicia termina.
La tusa es aquello que nos demuestra que efectivamente en algún momento, que no sabemos cuál, pues nos enamoramos del levante chevere ese que teníamos y ya no hubo vuelta atrás, alguien nos hizo mierda. Pero según me dijo alguna vez uno de los psicólogos que se le midió a entenderme, el olvido es un ciclo en el que se entra dolido y se sale sin culpa. Pero antes de la paz se tiene que llorar, maldecir, entrar al importaculismo, recaer en la traga, planear asesinatos, renacer de la cenizas, clavar algún clavito o hasta enguaricharse del todo.
Lo que nos hace seres humanos no es pensar ni mucho menos amar, lo que nos hace racionales es sufrir por pendejadas. Nada se queda sin solucionar y no hay mal que dure cien años (tampoco amor o tusa). Aunque nadie tenga remplazo, la vida sí sigue y los momentos cambian a la medida que la rutina tiene otras costumbres. Nadie jamás se murió de amor y el despecho ameniza el rato a nuestros amigos ¡que carajos! también a nosotros.
Si usted no ha sufrido por alguien, pues que aburrida es su vida parce, mejor salga a cagarla y regrese más experto, con historias para contar y rajar. Déle sentido a tantos versos de Darío Gómez y cante de corazón esa bello poema que cita "Rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho". Tenga presente entonces que se trate del amor de su vida o sólo un amorío de verano, va a sufrir de todos modos cuando se acabe, pues toda pérdida es eso: una pérdida.
Pero como ya lo he dicho antes muchas veces (generalmente a gente entusada). Disfrute mientras dure, goce de cada mañana entrepiernada y hasta de las calientes reconciliaciones que en verdad eso es lo que le hace buena la historia. El idilio es lo que diferencia a Romeo Montesco de Jack Dawson. Pues al final ambos terminaron muertos por pendejos, no por amor y ni alcanzaron al despecho.
Nos pasamos la vida buscando la mitad de la naranja y por algo debe ser. Quizá y sea bonito exprimirla para tomarse el jugo con vodka o tal vez sea el desparche lo que digievoluciona en amor y nos jode la vida. Entonces no queda conclusión más que el masoquismo de vivir bueno a nuestra manera, para sufrir fotocopiados en el hombro de alguien más en algún final.
Todos amamos diferente, pero sufrimos igual.
Sáb, 12/10/2013 - 02:56
El agua no es lo único que moja y el fuego tampoco el único capaz de quemar. Nos la pasamos en la vida entre experimentos y así intentando explicarlo todo, tratando de tener la razón desde el inic