Pensar en el cambio de los edificios, las fechas que conmemoran algo de estos y lo que se quiere representar socialmente a partir de estos dos (fechas, edificios) junto con sus usos llama mucho mi atención, y recorrer la ciudad viendo cómo ésta ha cambiado en los años y en sus usos es una tarea fascinante.
Los reconocidos avisos del Transmilenio que son la mismísima cara de los buses que recorren a lo largo y ancho la ciudad indican e invitan a la celebración de los 191 años del Museo Nacional. Pero... esperen un segundo... ¿cuál Museo Nacional? el que hoy conocemos ubicado en la carrera séptima con calle 28 en un edificio de piedra antiquísimo?, o de qué estamos hablando?
Claro, esta pregunta puede parecer muy superficial rayando en la tontería, pero si vemos más en detalle de dónde surge la duda resulta muy interesante adquirir una visión de la historia, la memoria y lo que sucede día a día en la ciudad y como se van superponiendo las actividades, los usos y las representaciones de la materialidad de la misma (edificios, calles, mobiliario siempre cambiantes). La dinámica común y corriente de las ciudades implica un cambio constante: a veces sutil, a veces no tanto pero siempre está en movimiento, en flujo.
Es por ello que cuando leo el aviso de la celebración de los casi 2 siglos del Museo Nacional no puedo evitar pensar en su ubicación actual y dudar de las fechas, pero sobre todo, me produce un profundo interés e intriga reconocer la curiosa sucesión de actividades en el edificio: de temida penitenciaria municipal pasa a ser el museo más importante a nivel nacional que busca la preservación de la historia de la sociedad; las piedras que constituyen el edificio pasan de ser castigadoras y privadoras de la libertad de sus presos a ser protectoras de los bienes culturales que construyen una supuesta representación nacional. De la política de la represión se pasa a la de la representación; sin embargo siguen siendo, en sus dos usos, mecanismos disciplinarios de la sociedad.
Casos como este se encuentran por toda la ciudad, y es lo que precisamente hace interesante esta lectura de la ciudad que ahora estoy descubriendo. Algunos que puedo recalcar en este primer intento son:
- La Fábrica de Bavaria que se construyó en su tiempo en el límite norte de la ciudad, hoy adyacente al Centro Internacional Tequendama y de Comercio Internacional, es hoy el Parque Central Bavaria. Este cuenta con un uso mixto donde se encuentran locales comerciales, oficinas del sector financiero y administrativo, vivienda, así como un proyecto de renovación del espacio público (y también cuenta con sofisticadísima página web). Aquí la producción industrial incipiente de la ciudad se transforma en la producción económica de un sector emergente en la ciudad: el financiero y el terciario; casi que se percibe una sucesión de modos de producción localizados en y entorno a las altas cavas de ladrillo rojizo.
- El Cementerio Central en la Calle 26 destinó una porción de sus terrenos para el Parque El Renacimiento, el Centro de Memoria y la exposición de Arte de los Columbarios de Beatriz González "Auras Anónimas". En esta oportunidad la representación de la muerte, la violencia y el dolor localizados en el cementerio muta a la idea del renacer, del borrón y cuenta nueva y la vida que se supone encontrar en un parque.
- Casonas que a final de la colonia e inicio de la época republicana fueron sub divididas en viviendas a mediados del siglo XX, hoy son galerías de arte con fuertes potenciales tanto artísticos como sociales en tanto que construyen comunidad en sus vecindarios.
- El Matadero Municipal de la calle 13 es hoy la Biblioteca de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. De la producción cárnica para la ciudadanía local que se daba el lujo de consumir dicho alimento pasa a ser el lugar donde se albergan textos, recursos y herramientas de información que para algunos sigue siendo un lujo, o mejor, un privilegio en nuestro contexto. Del recurso alimentario, se pasa al recurso académico. Sin lugar a dudas, y vale la pena señalarlo, este cambio de uso entre los señalados anteriormente, es el más raro e interesante.
